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Sergio Muñoz Riveros: “En el Partido Comunista estiran la cuerda con el Gobierno de Boric confiados en que no se cortará”

Tras unas semanas marcadas por las discrepancias del PC con el Ejecutivo, el escritor y exmilitante de la colectividad señala que se ha generado un clima de desconfianza

Sergio Muñoz
Sergio Muñoz en su casa en Santiago.SOFIA YANJARI
Antonia Laborde

Sergio Muñoz Riveros (Santiago, 80 años), columnista y escritor, militó por más de 30 años en el Partido Comunista (PC), y se salió de sus filas en 1986. Quien fue preso político tras el golpe de Estado perpetrado por Augusto Pinochet en 1973 y exiliado en Holanda, observa con mirada crítica a la colectividad. Durante la Unidad Popular de Salvador Allende, dice: “Conocí a otro PC, uno que había aprendido a valorar las libertades”.

Durante dos semanas el Partido Comunista, parte fundamental del oficialismo del presidente de izquierdas Gabriel Boric -lidera tres importantes ministerios- se ha enfrentado duramente a la propia Administración. Primero fue por la desvinculación de Juan Andrés Lagos, miembro de la comisión política del PC, de la subsecretaría del Interior, donde era asesor. Y luego por un operativo policial en Villa Francia, un barrio popular que tuvo un papel protagónico en la oposición a la dictadura de Pinochet (1973-1990), donde la Fiscalía encontró armas y hubo detenciones. Varios de los dirigentes comunistas han criticado en especial al ministerio del Interior, que lidera la ministra Carolina Tohá, del Socialismo Democrático. Incluso, mencionaron la posibilidad de un montaje, exigieron la entrega de los detalles del procedimiento y una diputada señaló que la intervención le recordaba a la dictadura.

Para Muñoz Riveros, integrante de País Humanista, el nuevo centro de humanidades de la Universidad San Sebastián, y autor de los libros La democracia necesita defensores y La democracia bajo asedio, esta controversia, de as varias ocurridas en 2023 y 2′24, “no se trata de un incidente más”.

Pregunta. ¿Cómo se explican las fuertes críticas del Partido Comunista a las decisiones del Gobierno de Boric como el despido de Juan Andrés Lagos y el operativo en Villa Francia?

Respuesta. Esos y otros antecedentes darían para pensar que los dirigentes del PC ya decidieron tomar distancia del Gobierno, y que incluso se les pasa por la mente la posibilidad de abandonarlo. Pero no creo que tengan mucha claridad sobre su propio futuro. Todo se ve precario en su actuación. Los gestos crispados, las consignas, la virulencia verbal solo disimulan la ausencia de un pensamiento articulado. Y estiran la cuerda de las discrepancias con el Gobierno confiados en que la cuerda no se cortará.

P. Algunos parlamentarios del PC dijeron que el operativo en Villa Francia les recordó el período de la dictadura. ¿Cómo se entiende esta postura?

R. No se trata de un incidente más. El jefe del PC, Lautaro Carmona, llegó a decir en radio Nuevo Mundo que “la gente tiene derecho a decir: esto es una provocación, esto es un montaje”. En los hechos, los dirigentes comunistas cuestionaron la rectitud del ministerio del Interior, de Carabineros y del Ministerio Público. Y su partido está en el Gobierno. Es gravísimo. El allanamiento en Villa Francia y en otros lugares de Santiago se originó en una petición de la Fiscalía Metropolitana Sur y dio como resultado la incautación de material explosivo y numerosas armas de diverso calibre. La Corte de Apelaciones de Santiago dejó en prisión preventiva a los detenidos. Los chilenos vivimos en democracia, y que el PC lo ponga en duda es muy revelador de su ambivalencia respecto de la legalidad que sostiene las libertades.

P. ¿Qué ha significado el liderazgo de Lautaro Carmona para el PC?

R. Es muy extraño todo lo hecho por el PC este año. Es como si Carmona y su grupo se hubieran propuesto seguir una línea autodestructiva, dándoles la razón a todos los que tienen dudas acerca de la lealtad del PC con el Estado de Derecho. Fue obscena su reacción casi automática para salvar al régimen de Nicolás Maduro de cualquier sospecha frente al horrible asesinato del teniente venezolano Ronald Ojeda. Hoy la propia Fiscalía señala que el punto de origen del crimen está en Caracas, y hasta se conocen los nombres de algunos de los asesinos. En aquellos días, el PC recibió con aplausos al embajador venezolano en un acto partidario.

P. ¿Cuánto cree que ha influido en la línea de acción del PC el que su excandidato presidencial Daniel Jadue se encuentre en prisión preventiva, acusado de graves cargos?

R. Creo que el encarcelamiento de Jadue ha influido decisivamente. Él es un firme aliado de Carmona, Lagos y los demás miembros de la directiva. El empeño por mostrarlo como un perseguido político es, por supuesto, una orientación dada por la directiva. El alcalde no está procesado por sus ideas, sino por cohecho, estafa, fraude al fisco y administración desleal. Jadue tiene un gran poder partidario, al punto de que la mayoría de los diputados obedece sus instrucciones. De él parece depender que Carmona y su grupo logren controlar el próximo congreso nacional del PC y, consiguientemente, mantenerse en sus cargos. El problema es que están quedando muchos heridos en el camino.

P. ¿En qué se ha convertido el PC para el Gobierno de Boric?

R. Al parecer, en un problema mayor. Nadie duda de que el despido del dirigente Juan Andrés Lagos como asesor de la subsecretaría del Interior no fue resuelto por el subsecretario Monsalve, sino que fue aprobado por el presidente y la ministra del Interior. Fue un punto de inflexión. Creo que Boric entiende mejor ahora que su deber es asegurar la estabilidad institucional y la gobernabilidad. Y también que la primera prioridad es fortalecer la seguridad pública, lo que exige combatir la delincuencia y el terrorismo.

P. La ministra Tohá dijo que hay “desconfianzas” de parte del PC y habló de “la complejidad de las diferencias”. ¿Cómo convive una coalición con esas divergencias?

R. La coalición gobernante carece de acuerdos sustantivos, funciona como una corporación de intereses y no creo que sobreviva al actual Gobierno. Es posible que ese hecho esté condicionando los pasos dados por los partidos oficialistas en estos días, como la grotesca maniobra para conseguir que el voto obligatorio no incluya una multa a quienes no voten, lo que significaría volverlo voluntario en los hechos. Es visible que las fuerzas gobernantes quieren que vote menos gente porque anticipan que la elección de octubre [municipales y de gobernadores] será como una ducha helada y volverá borroso el futuro. Por si fuera poco, las encuestas presidenciales son abrumadoras. No habrá un segundo gobierno del bloque que está en La Moneda.

P. ¿Cuán afectada puede verse la convivencia entre el PC y el resto de los partidos de la coalición de Gobierno?

R. Está afectada. Fue particularmente duro el choque de Carmona con Paulina Vodanovic, la presidenta del PS. Se ha generado un clima de desconfianza en la coalición. Aunque el jefe comunista retrocedió de su posición original sobre el operativo de Villa Francia, todo el país escuchó sus declaraciones y las de algunos diputados. Hicieron todo lo posible por socavar la autoridad de Carolina Tohá. Probablemente, Boric tratará de apaciguar los ánimos porque la elección municipal y de gobernadores está demasiado cerca.

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Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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