La Sagrada Familia compra un solar junto al templo dentro de sus planes de expansión

La adquisición de dos propiedades de la Sociedad General de Aguas de Barcelona se cerró el mes pasado

La Sagrada Familia vista desde la azotea del edificio de la calle de Mallorca. CARLES RIBAS

La Junta Constructora de la Sagrada Familia ha adquirido parte de un solar de la Sociedad General de Aguas de Barcelona próximo a la basílica, entre los números 424 y 432 de la calle de Mallorca. Una operación inmobiliaria que se enmarca dentro de los planes expansivos del templo que quiere construir una escalinata de acceso a la fachada de la Glòria, sobrevolando la calle de Mallorca, algo que supone el desalojo de cientos de familias y el derribo de inmuebles. Ese solar fue barajado hace años para realojar a los afectados.

La compra está anotada en el Registro de la Propiedad en un as...

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La Junta Constructora de la Sagrada Familia ha adquirido parte de un solar de la Sociedad General de Aguas de Barcelona próximo a la basílica, entre los números 424 y 432 de la calle de Mallorca. Una operación inmobiliaria que se enmarca dentro de los planes expansivos del templo que quiere construir una escalinata de acceso a la fachada de la Glòria, sobrevolando la calle de Mallorca, algo que supone el desalojo de cientos de familias y el derribo de inmuebles. Ese solar fue barajado hace años para realojar a los afectados.

La compra está anotada en el Registro de la Propiedad en un asiento del pasado 28 de octubre que hace constar que se trata de dos edificaciones que dan a la calle de Mallorca. Uno de los edificios está destinado a garaje y almacén, de una sola planta y es de algo más de 600 metros cuadrados y otro, colindante y también almacén, de 429 metros cuadrados. Los dos están sobre parte de una parcela de 5.340 metros cuadrados.

Ese solar se ha convertido en una pieza clave para los planes expansivos de la Sagrada Familia empeñada en construir una gran escalinata como parte de un acceso monumental a la fachada de la Glòria, de la calle de Mallorca. Y, de hecho, ya fue barajado en dos ocasiones por el Ayuntamiento de Barcelona, en el mandato de Joan Clos (1999/2003) y en el de Xavier Trias (2011/2015), como posible ubicación de los pisos a construir para realojar a los vecinos que resultarían afectados por las expropiaciones, un amplio frente de dos manzanas del Eixample, desde la calle de Mallorca hasta Aragò.

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En ambas ocasiones, el consistorio partía de la base de que el coste de la operación, si finalmente se hiciera, debería correr a cargo de la Sagrada Familia ya que era ella la promotora. Cuando se estudió la operación en época de Clos, se descartó por la beligerencia que mostró la Junta Constructora con el proyecto del túnel del AVE que lo recurrió a los tribunales. Más tarde, en el mandato de Jordi Hereu se volvió a barajar —de forma más somera— para intentar desencallar los contenciosos ante los tribunales por el AVE. En el caso de la etapa de Trias, la propuesta llegó a ser aprobada por una comisión de Urbanismo del consistorio en enero de 2014 pero no se llegó a implementar.

Debate sobre la ‘paternidad’ de Gaudí

La Junta Constructora del templo de la Sagrada Familia avala sus planes de construcción de la escalinata y la gran plaza de acceso por la calle de Mallorca a que esa idea formaba parte del proyecto original de Gaudí. Un extremo que fue negado por técnicos y expertos consultados por el Ministerio de Cultura hace más de 40 años cuando la Sagrada Familia intentó paralizar —sin éxito— el edificio de pisos de Núñez y Navarro que ahora se ve amenazado por el proyecto expansivo del templo y una cuestión que se abordará en el contencioso sobre el que se pronunciarán los tribunales.

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La compra de esa parte del solar el pasado mes de octubre apunta a que los responsables del Patronato prosiguen, ahora, con sus planes, después de que hayan regularizado el pago de la licencia de obras —que no tuvieron durante más de un siglo— y de que el Ayuntamiento aprobara el Plan Especial que normalizaba toda la construcción de la manzana que ocupa el templo. Y un poco más: autorizaba, también, a levantar un voladizo de cinco metros de profundidad por más de 40 de largo en la fachada de la calle de Mallorca. Una estructura que, de facto, posibilitaría en un futuro construir la gran escalinata.

Aguas de Barcelona declinó ayer cualquier comentario sobre la operación. Y portavoces del templo tampoco facilitaron información sobre la compra del solar. No aclararon si la Junta Constructora ha dado ese paso con el convencimiento de que el Ayuntamiento de Barcelona daría luz verde a una operación que, de entrada, obliga a una recalificación de terrenos. El citado solar tiene, hoy por hoy, calificación urbanística de equipamiento por lo que se debería recalificar a edificable para levantar pisos. Y no explicaron, tampoco, si esa adquisición se había realizado con conocimiento del consistorio que en junio pasado se comprometió a iniciar este otoño un proceso de debate sobre los planes expansivos del templo entre las partes directamente implicadas: responsables de Urbanismo, la Junta Constructora y los vecinos.

Los afectados por los derribos se oponen frontalmente a los planes de la Sagrada Familia. Alrededor de 200 constituyeron una plataforma y recurrieron tanto la licencia como el Plan Especial por la vía de lo contencioso administrativo a los tribunales.

 

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