Una plaza única

La rehabilitación de la Iglesia de los Santos Juanes en Valencia revitalizará un espacio singular en España, donde conviven gótico, barroco y modernismo

La fachada principal de la Iglesia de los Santos Juanes, al lado del Mercat Central de Valencia.MÒNICA TORRES

La rehabilitación de la Iglesia de los Santos Juanes de Valencia por parte de la Fundación Hortensia Herrero revitalizará una de las plazas más singulares de España, donde se entremezclan el gótico de la Lonja de la Seda, el modernismo del Mercat Central  y el barroco de ...

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La rehabilitación de la Iglesia de los Santos Juanes de Valencia por parte de la Fundación Hortensia Herrero revitalizará una de las plazas más singulares de España, donde se entremezclan el gótico de la Lonja de la Seda, el modernismo del Mercat Central  y el barroco de la Iglesia de los Santos Juanes. Este valioso conjunto histórico-monumental de la capital, uno de los más visitados por los turistas, se someterá en los dos próximos años a una  operación de regeneración urbana para darle unidad.

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El templo, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1947, recibirá seis millones de euros para la restauración de las pinturas de su bóveda -del artista Antonio Palomino-, dañadas por el paso del tiempo. También se va a actuar sobre el edificio, con una fachada barroca característica por su balcón, desde el que la gente contemplaba desde un desfile a un ajusticiamiento; y las covetes, semisótanos a los pies del templo.

Las obras en la iglesia, propiedad del Arzobispado de Valencia, y cuyos cimientos sufrieron daños con las obras subterráneas del metro y de un aparcamiento, comenzarían  el último trimestre de 2020 y terminarían, si se cumple el calendario, en 2024, han explicado los responsables de la fundación privada, que ha restaurado también el Colegio de Arte Mayor de la Seda o la iglesia de San Ncolás.

La reforma del templo revitalizará uno de los polos monumentales más ricos de la capital valenciana, que contará en breve con un proyecto de urbanización integral, encargado por la Generalitat y elaborado por las arquitectas Elisabet Quintana y Blanca Peñín, que elimina lo superfluo y permite apreciar la calidad de los tres edificios históricos, explica el arquitecto y asesor de Urbanismo del Gabinete de Alcaldía de València, Sandro Pons.

"Es de lo mejor de la ciudad y un espacio bastante único", apostilla Carles Dolç, arquitecto y autor junto a otros colegas de un estudio elaborado sobre el entorno del Mercat Central en 2014. "Será un gran espacio público porque abarca un ámbito enorme. Lo mejor que puede pasarle es que la gente lo haga suyo y lo reinterprete a su gusto", añade.

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"La plaza del Mercat ha sido el centro civil de la ciudad durante siglos y ese valor ha permanecido" continua Dolç, si bien otras plazas de la capital han ganado en protagonismo: es el caso de la plaza del Ayuntamiento, que cobró mucho valor desde la República, y la plaza de la Virgen, convertida en centro religioso -está la Basílica- y político porque está el Palau de la Generalitat.

En opinión de Dolç, la razón por la cual la plaza ha tenido ese carácter desangelado y duro es porque se había convertido en una carretera utilizada para atajar por el centro histórico. "Y esa impresión dura se ha mantenido hasta hace poco que se peatonalizó parcialmente", añade. 

La Lonja de la Seda, Patrimonio de la Humanidad y exponente del gótico civil europeo, cambió hace unos años su acceso al público -ahora se entra por detrás- para aliviar su entrada principal de la presión turística y el trasiego constante de autobuses y vehículos. El Ayuntamiento peatonalizó su entorno para evitar precisamente el mal de la piedra -deterioro que sufren los monumentos por efecto de la polución-.

La fachada barroca de la Iglesia de los Santos Juanes de Valencia.MÒNICA TORRES

"Uno de los estudios en torno a la Lonja de la Seda advertía de que había hasta 80 artefactos o elementos urbanos a lo largo de la fachada del recinto colocados sin mucho sentido y que entorpecían la visión del monumento", puntualiza Pons.

El cambio de Gobierno en la Generalitat y en el Ayuntamiento de la capital en 2015 desembocó en un concurso de ideas para reurbanizar este valioso conjunto. En marzo de 2018, la UTE formada por Quintana y Peñín ganaba la competición para la regeneración urbana de la zona, con su trabajo Confluència.

Un entorno BIC

La reurbanización del área, pendiente desde hace una década por la paralización de las obras del metro y de un gran aparcamiento, que finalmente se inauguró el pasado mes de diciembre, costará en torno a los cuatro millones de euros. No es una obra dura, que exija movimiento de tierra, pero cambiará la fisonomía de la zona.

"Nos ha costado casi todo el mandato pero se ha llegado a tiempo con el aparcamiento [de Ciudad de Brujas] y con la reurbanización de la plaza. El proyecto está informado por el Ayuntamiento y falta el acuerdo con la Generalitat porque es un entorno BIC. Entonces, estará en condiciones de licitarse su ejecución", prosigue el asesor de Urbanismo de la alcaldía.

La reorganización del entorno del Mercat no es tarea fácil porque está en un centro de enorme complejidad, con mucha actividad. El concurso ha tenido muy en cuenta la peatonalización, el acceso del transporte público y el tratamiento de vacío y espacio urbano, reorganizando, por ejemplo, la vegetación.

"Ensalzará el caracter unitario de un entorno histórico que reconoce las aportaciones de cada época", dice Pons del proyecto. "lo que permitirá una buena lectura del espacio sin elementos accesorios", concluye. 

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