“Los niños no ven el cielo en Madrid”

Antonio del Solar aunó desde joven sus dos pasiones, la fotografía y la astronomía, y retrata la superficie del sol a diario

Antonio del Solar, astronomo aficionado, regenta una tienda de reparacion de camaras fotográficas en Madrid.CARLOS ROSILLO

Antonio del Solar tiene muy bien puesto el apellido; rima bien con su afición irredenta por la astronomía. Regente desde hace más de cuatro décadas de una tienda-taller de reparación de aparatos de fotografía en Santa Feliciana, 10 (Chamberí), lleva años fotografiando el sol cada mañana y multiplicado al infinito el alcance de su cámara Nikon gracias a un telescopio que le permite mirar directamente a la fuente de la vida de nuestro planeta. Nació en África, se crio en Extremadura y llegó a Madrid a los 16 años para quedarse. Dice que se jubila este año, al borde ya de los 72. Pero hay pasione...

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Antonio del Solar tiene muy bien puesto el apellido; rima bien con su afición irredenta por la astronomía. Regente desde hace más de cuatro décadas de una tienda-taller de reparación de aparatos de fotografía en Santa Feliciana, 10 (Chamberí), lleva años fotografiando el sol cada mañana y multiplicado al infinito el alcance de su cámara Nikon gracias a un telescopio que le permite mirar directamente a la fuente de la vida de nuestro planeta. Nació en África, se crio en Extremadura y llegó a Madrid a los 16 años para quedarse. Dice que se jubila este año, al borde ya de los 72. Pero hay pasiones de las que difícilmente puede uno retirarse.

Empezaría muy pronto esa pasión por la fotografía

Claro, desde los diez años cuando conseguí tener mi primera cámara... En el servicio militar, que hice en Alcalá de Henares, ya reparaba allí los flashes; pedía estar de guardia los domingos para poder trabajar. Como me gustaba tanto la astronomía, uní esas dos vertientes.

Los equipos deben de ser bien potentes. ¿Cómo surgió esta costumbre de fotografiar el sol a diario?

Por esa facilidad que da ahora el material. Lo hago con un telescopio que ve el sol en H-Alfa, adaptado a la cámara. Antes solo se veían las manchas, lo demás lo captaban los observatorios; ahora puedes fotografiar las tormentas, las explosiones, las protuberancias... Todo lo que tiene el sol es magnético. Cuando hay tormentas se ven fulguraciones, que es lo que provoca más auroras boreales. He visto algunas que pueden equivaler a millones de bombas atómicas.

El comportamiento mismo del sol...

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Que cumple un ciclo cada once años. Y cada 22 se invierten sus polos, el norte y el sur. Aunque lo más bonito de fotografiar son los cometas.

"Los niños no ven el cielo aquí en Madrid, es imposible. Tienen que ir al pueblo de los abuelos, o a zonas más alejadas del núcleo urbano, como Ciudad Universitaria"

Dicen que no se ven muchas estrellas desde Madrid

Es muy complicado. Solo se pueden ver lunas, algún cometa... Si se ve un cometa en el campo es una preciosidad; aquí se queda muy deslucido. Yo uso el telescopio para el seguimiento... Mira [enseña un mapa astronómico]: aquí está la gran nebulosa de Andrómeda, que nos devorará en unos cuantos millones de años... Porque las estrellas, las galaxias, no chocan entre sí; chocan los gases. Y ese choque de los gases nos puede mandar a...

Dará mucho que pensar esto, mirar al cielo cada día

Siempre. Es la primera pregunta que se hace el ser humano, desde que empezó a mirar hacia arriba. Todas las civilizaciones, cualquier tribu —aunque estén aisladas— siempre tienen una creencia en algo que viene de allí. Los egipcios adoraban al sol y la luna; los babilonios, etc. Antes los cielos eran absolutamente negros, con lo que podían observar cómo los planetas se movían sobre el fondo estrellado, unos puntos sobre el fondo fijo. Que por eso se llaman planetas [del griego planétes: vagabundo, errante]. Los babilonios se dieron cuenta de que había un calendario según el cual cada 19 años se producía un eclipse lunar. Los griegos sabían muchísimo también. En nuestra galaxia hay 400.000 millones de estrellas.

Y esto se ha ido perdiendo

Sí, porque los niños no ven el cielo aquí en Madrid, es imposible. Tienen que ir al pueblo de los abuelos, o a zonas más alejadas del núcleo urbano, como Ciudad Universitaria.

Y la evolución de la fotografía, ¿cómo ha ido afectando a su negocio, tan a la manera clásica?

Nos integramos bastante bien. El paso a lo digital no fue un gran problema porque no ocurrió de golpe, como si se hubiera vuelto digital todo de un día para otro... La electrónica estaba ya muy avanzada.

¿Entonces sigue teniendo su público?

Lo que ha sido letal para esto es el teléfono. La inseguridad que había antes en la fotografía se ha perdido también: cuando hacías una foto y decías: "¿saldrá bien?", "¿habrá entrado la luz?", etc.

Había mucho más cuidado al hacer la foto

Claro; era más caro. No se usaba el material como se usa ahora. Las exposiciones no eran infinitas. Ahora puedes hacer mil fotos si quieres, hasta dar con ella.

LA LUNA, SIEMPRE MÁS "AGRADECIDA"

Lo que con más claridad puede verse desde Madrid, según Antonio, son "Júpiter, Saturno, Marte cuando se aproxima...". Y la luna: "siempre muy agradecida" de observar y fotografiar porque "nunca es la misma". "Como tiene un movimiento de vibración norte-sur-este-oeste, ninguna es igual", asegura.

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