El Papa nombra cardenal en Perú a un progresista crítico con Dina Boluarte y el Congreso

A los 74 años, el arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, monseñor peruano de ascendencia italiana, ha sido designado por el papa Francisco como nuevo cardenal. Las misas de los domingos de Castillo Mattasoglio se han hecho muy populares en Lima. Los feligreses acuden a escuchar sus homilías en las que se muestra crítico con la actual presidenta, Dina Boluarte, y los congresistas, que mantienen una parálisis institucional y se han convertido en un verdadero obstáculo para las reformas del país. Sus comentarios irónicos y sutiles despiertan simpatía.

Será el sexto en la historia del Perú, junto a Pedro Barreto, Juan Luis Cipriani, Juan Gualberto Guevara, Augusto Vargas Alzamora y Juan Landázuri Ricketts, estos tres últimos ya fallecidos. La consagración de los 21 nuevos purpurados se llevará a cabo el 8 de diciembre en el Vaticano. Séptimo hijo de un policía y una devota, Castillo Mattasoglio fue ordenado sacerdote en 1984. Se doctoró en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana y es sociólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Durante más de treinta años dictó cátedra en teología en la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde fue nombrado Gran Canciller en marzo de este año. Es autor de una decena de libros de carácter teológico y ha trabajado intensamente con la pastoral juvenil en diversos distritos de Lima.

En el 2019, Carlos Castillo Mattasoglio se convirtió en el primer sacerdote diocesano en ser nombrado arzobispo de Lima desde el cardenal Juan Gualberto Guevara, quien desempeñó su cargo hasta mediados de los años cincuenta. Sus predecesores pertenecieron a otras órdenes religiosas: Juan Luis Cipriani (Opus Dei), Augusto Vargas Alzamora (Jesuita), Juan Landázuri Ricketts (Franciscana). Desde su etapa de formación eclesial es cercano al dominico Gustavo Gutiérrez, el máximo representante de la Teología de la Liberación, una corriente que propone una nueva lectura del Evangelio con un alto compromiso social.

“La palabra cardenal viene de cardine (latín), que significa bisagra. Desde este día, cumplo con ser la bisagra entre el Papa y ustedes. El camino que estamos haciendo es un camino de fidelidad para que la iglesia se reforme y sea real testigo de Jesucristo”, dijo Castillo Mattasoglio durante la homilía el último domingo en el Santuario de Las Nazarenas en Lima, la iglesia que guarda la imagen del Señor de los Milagros que por tradición sale de procesión todos los años en octubre. Después brindó una conferencia de prensa, donde opinó sobre la coyuntura política como en tantas otras ocasiones e instó a los congresistas a reformular o derogar la cuestionada ley de crimen organizado que excluye al delito de extorsión y, además, elimina el factor sorpresa de los allanamientos policiales al ser imprescindible la presencia del abogado del imputado.

“Hay una indiferencia a los problemas humanos del país y hasta signos de complicidad con el mal. Por eso invito personalmente a recapacitar y reformular esas leyes o a derogarlas. Llamo a los hermanos del Congreso a que escuchen la voz del pueblo. No podemos seguir amparando cosas terribles como esas leyes que, de cierto modo, sirven de sombrilla para que llueva el malestar, la amenaza y el chantaje”, invocó el nuevo cardenal. La semana pasada la Junta de Portavoces del Congreso rechazó por mayoría debatir la derogación de dicha norma.

A través de sus cuentas oficiales, la Presidencia saludó la designación de Carlos Castillo “confiando en que su inquebrantable fe y vocación de servicio serán la guía de la comunidad católica del país”. Pero lo cierto es que más allá de estas formalidades, el flamante cardenal ha lanzado más de un mensaje durante sus homilías que ha descolocado a la presidenta Dina Boluarte y a sus ministros. En julio, en medio del escándalo de los relojes de alta gama denominado Rolexgate, dijo enfrente de la mandataria durante el Tedeum: “La frivolidad es un grave problema espiritual con el que todos vivimos (...) Porque es verdad, la gente no sigue a quien no muestra signos sinceros de credibilidad, al no notar transparencia ni sintonizar con su yo profundo”.

En el Tedeum del 2023, cuando el Ejecutivo se encontraba en el ojo de la tormenta por las muertes durante las protestas ciudadanas, Carlos Castillo Mattasoglio esgrimió una defensa del pueblo y, además, pidió reparación para las víctimas. “Parece que no se dieran cuenta de que nuestro pueblo existe, sufre y demanda cambios urgentes (...) Invoco a las máximas autoridades del país a colocarse en la situación de aquellos que más sufren, afrontando cara a cara nuestros desaciertos y los graves males en que hemos incurrido, incluida las muertes que esperan justicia y reparación”.

El Arzobispo de Lima desde hace un quinquenio ha respaldado en varias ocasiones a las diversas manifestaciones que se han suscitado. Eso sí, exigiendo que tengan un carácter pacífico. En el 2020, tras las movilizaciones que provocaron la caída del brevísimo gobierno de Manuel Merino, pidió por las vidas de Inti Sotelo y Bryan Pintado, quienes murieron por proyectiles de armas de fuego. “El 86% de la población peruana estaba de acuerdo con que ese día se saliera a las calles. Y dos ramas tiernas y muchos heridos estaban presentes ahí, y dos ramas tiernas murieron: Bryan e Inti. Y hoy día los queremos recordar porque nos recuerdan a nosotros la ternura con la cual hemos de actuar. Valentía también, pero sobre todo ternura, cariño por el país. No podemos olvidarlos”.

Carlos Castillo Mattasoglio, además, ha condenado el término caviar, empleado por la derecha para cuestionar a quienes luchan por la justicia social, pero viven con lujos y comodidades. “Es una actitud de desprecio a toda aquella persona que quiere aportar algo, que con su inteligencia, como sucede con todos nosotros, aportamos para mejorar en nuestros lugares, en nuestras comunidades. (...( Hoy estamos en un menor nivel porque se han perdido las bases educativas y se ha reemplazado al educado por el nombre caviar y eso es muy serio. Es un insulto”.

En la última misa, el nuevo consejero del papa Francisco criticó la falta de vocación de quienes nos gobiernan. Recalcó que allí está una de las raíces de nuestros problemas, pues usan sus cargos para sus propios beneficios. “La Iglesia no es de derecha, izquierda ni de centro, la Iglesia es del fondo”, ha subrayado. A partir de ahora, Carlos Castillo Mattasoglio participará activamente del grupo de asesores del papa y podría asumir asignaciones específicas como la responsabilidad de administrar dicasterios. Además este cargo honorífico y vitalicio le permite formar parte del cónclave para elegir al nuevo pontífice en caso de muerte o renuncia hasta antes de cumplir los 80 años.