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Brasil cae ante Paraguay y ahonda la agonía para llegar al Mundial 2026

Vinicius pide perdón por el mal juego de la Canarinha mientras arrecian las críticas a un equipo sin rumbo

El jugador brasileño del Real Madrid, Rodrygo Goes (centro), en un partido de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026 contra Paraguay en el estadio Defensores del Chaco en Asunción el martes.
El jugador brasileño del Real Madrid, Rodrygo Goes (centro), en un partido de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026 contra Paraguay en el estadio Defensores del Chaco en Asunción el martes.Juan Pablo Pino (EFE)
Naiara Galarraga Gortázar

No da pie con bola. La selección brasileña de fútbol cayó este martes por 1-0 frente a Paraguay en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026, una derrota que agrava la agonía para lograr una plaza en la Copa que acogerá Norteamérica y ahonda la crisis que arrastra la Canarinha. Asoma en los fans un punto de inquietud a no clasificarse por primera vez para una Copa del Mundo. Tras perder ante los paraguayos, la selección que dirige Dorival Júnior cae del cuarto al quinto lugar y queda empatado a 10 puntos con Venezuela, sexto. Se clasifican los seis primeros colocados y el séptimo disputará una repesca. Pero las críticas por el mal juego se multiplican contra un equipo que también quedó fuera de los Juegos de París.

Tras la derrota, la cuarta en los últimos cinco partidos clasificatorios, Vinicius declaró: “Pido perdón a la torcida, que siempre está de nuestro lado. Pero es un momento complicado”. El madridista añadió en declaraciones a Globo Esporte: “Tenemos que asimilar las críticas para devolver cuanto antes a Brasil a la cima”.

Cuando se celebre el próximo Mundial masculino, el único pentacampeón de la historia llevará ya un cuarto de siglo sin conquistar el título, desde 2002 con Ronaldo. Toda una generación de brasileños solo ha visto a sus futbolistas alzar el máximo trofeo en viejos vídeos de YouTube. Eso duele —y mucho— en el país que alumbró a Pelé y que aún presume de ser el país del fútbol. En el campeonato de Qatar cayó en cuartos, en los penaltis, ante Croacia. Y tuvo que asistir al golpe añadido de que la victoria fuera para el rival más acérrimo: la vecina Argentina con Messi a la cabeza.

Brasil arrancó el partido frente a Paraguay con una delantera que podría ser la del Real Madrid: Vinicius, Rodrygo y Endrick. Aunque acabó el encuentro con cinco atacantes, le resultó imposible dar la vuelta a un partido sentenciado en la primera parte con un golazo de Diego Gómez. Los cambios tampoco surtieron efecto en esta octava ronda de la clasificación. Hacía 16 años que la Canarinha no caía ante los paraguayos.

En los diez partidos que Dorival Júnior lleva como entrenador de Brasil no ha logrado articular al equipo, sumido en una crisis de juego e identidad. El técnico brasileño reconoció después que la primera parte del partido de Asunción fueron los peores 45 minutos de juego de la Canarinha desde que asumió el cargo. Brasil tiró a puerta solo tres veces en todo el partido aunque su porcentaje de posesión fue muy superior al de Paraguay.

Con el equipo perdido y sin Neymar, lesionado, Brasil navega a la deriva. Y sus estrellas, especialmente Vinicius, libran la guerra cada uno por su cuenta, un camino tortuoso para garantizarse la plaza en el Mundial de Canadá, EE UU y México.

Neymar es cada día más añorado. Los seguidores reclamaron desde la grada el regreso del jugador, apartado hace casi un año por una lesión de rodilla, pero esa vuelta llevará bastante más tiempo del que los fans, sus compañeros y el equipo técnico desearían. La selección, que sigue muy de cerca el proceso de recuperación de su estrella, es consciente tras las últimas pruebas médicas de que Neymar probablemente no se reincorporará antes de 2025.

Los comentaristas deportivos brasileños critican hace ya tiempo la falta de creatividad del equipo. Ahora se suma la indecisión constante del entrenador. Pone un centrocampista, lo quita, pone un falso nueve, lo quita. El equipo está totalmente desarticulado. Ese es el principal lastre, pero a la falta de rumbo, se suma que la selección está en un profundo proceso de renovación con la llegada de muchos jóvenes. Siempre hay un recién llegado en fase de adaptación para integrarse en el conjunto, ahora Endrick y Estevão.

Otro problema ya muy arraigado, es que Brasil exporta desde hace décadas su talento futbolístico a Europa. Prácticamente ninguno de los miembros de su selección masculina juega en casa.


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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).
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