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El comando de campaña de Maduro: los más fieles, astutos y bregados en contiendas electorales

El presidente se ha rodeado de veteranos operadores políticos como Jorge Rodríguez o Diosdado Cabello para tratar de movilizar a un electorado chavista desgastado por 25 años de revolución bolivariana

Nicolas Maduro en campaña electoral
Nicolás Maduro acompañado de Cilia Flores, Diosdado Cabello, Delcy Rodríguez y Jorge Rodríguez, en Caracas, en febrero.Leonardo Fernandez Viloria (REUTERS)

Nicolás Maduro se enfrenta a las elecciones más inciertas desde que Hugo Chávez lo designó su heredero. La oposición amenaza con poner fin a 25 años de revolución bolivariana en las urnas. Para retener el poder, el presidente se ha rodeado de asesores astutos y bregados en campañas electorales. El principal, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea, negociador en Barbados, encargado de las conversaciones con la Casa Blanca y de todo lo que uno pueda imaginar que le afecta a Maduro. Chávez le encomendó también campañas electorales, pero Maduro le ha dado control total. Rodríguez conoce como pocos el sistema electoral porque, de hecho, es uno de sus creadores. Aunque suele ir vestido de traje, en esta campaña se ha puesto el chándal para recorrer el país.

Rodríguez es un aventajado en la construcción propagandística de mensajes políticos. El resto de la dirección del comando Venezuela Nuestra, el chavista, está integrado por Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela; Cilia Flores, primera dama de la República; Delcy Rodríguez, vicepresidenta de la República y hermana de Jorge; Héctor Rodríguez, vicepresidente para Alianzas y Gran Polo Patriótico del PSUV; Luis Reyes Reyes, coordinador del Consejo Político del PSUV; y Nahum Fernández, vicepresidente de movilización y eventos del PSUV. El carismático Rafael Lacava, gobernador del estado Carabobo, uno de los pocos políticos chavistas que mantiene su arrastre, es otro miembro fundamental de la campaña.

A cinco días de las elecciones presidenciales en Venezuela, el chavismo apuesta por lograr cierres de campaña “multitudinarios” en los 23 estados del país y en la capital. A todo bombo, organiza para el jueves una “toma de Caracas” de 12 horas de duración. La ambición es replicar el famoso “cierre de las cuatro avenidas” que hizo un enfermo Hugo Chávez en su cierre de campaña de 2012 en el centro de Caracas, poco antes de morir. Pero la situación actual del movimiento dista de aquellas épocas de gran arrastre popular.

Luego de pasar mucho tiempo confinado en el Palacio de Miraflores por miedo a sufrir un atentado —una obsesión que también tuvieron Fidel Castro y Hugo Chávez—, Maduro recorre el país junto a la dirigencia del PSUV en esta campaña. En la cruzada le acompaña Diosdado Cabello. La campaña de Maduro viene envuelta en un completo trabajo de marketing político, con spots publicitarios que le presentan como un personaje sonriente, tolerante, cercano y amigo, conductor de la nación en tiempos de tormenta, el único que puede garantizar la paz en el país. Su imagen desborda las redes sociales, la televisión, la radio y todas las calles del país. Su campaña es muy superior en alcance y dinero a la de sus competidores.

La televisión estatal transmite ininterrumpidamente eventos políticos, noticias y entrevistas con contenidos que le favorecen y lo enaltecen en lo personal. Se ofrecen como logros la mejora de la economía, y se responsabiliza a la oposición del derrumbe económico y social de estos años. Ha sido manifiesta, sin embargo, la ausencia de varias de las palancas que tradicionalmente convocaban a la militancia chavista: las misiones sociales, el poder comunal, la participación popular, las nacionalizaciones, el conflicto con los capitales y los patronos. La mayoría de estos criterios son ahora vistos con enorme rechazo en las encuestas. La apuesta ahora es por mensajes emotivos vinculados a la pertenencia, el recuerdo del Comandante Chávez y los valores de la nacionalidad.

Números adversos

Las encuestadoras reconocidas de Venezuela —censuradas en los medios abiertos— le dan a la candidatura de Maduro un porcentaje que oscila entre los 24 y los 26 puntos porcentuales de intención de voto. Es alrededor de la mitad de lo que obtiene el hasta hace poco desconocido Edmundo González Urrutia, que se presenta a las elecciones presidenciales respaldado por María Corina Machado, líder opositora a la que le fue impedida la participación en la contienda.

La plana dirigente del comando Venezuela Nuestra no se inmuta: se muestran seguros de la victoria. La tónica para encarar este escenario adverso ha consistido, como en otras ocasiones, en mantener la calma. “Olvídense de ‘parajitos preñados’ [ilusiones pasajeras]”, dijo Jorge Rodríguez, jefe de la campaña, aludiendo a los opositores. “Que si encuestas, que si rumores de redes sociales, que si los analistas. Las elecciones se ganan con votos. Nada impedirá que haya elecciones en Venezuela, y las ganaremos clamorosamente”.

Ataques a la oposición y la prensa

Maduro y la dirigencia oficialista emplean mucho tiempo en atacar a González Urrutia y Machado. Durante toda la campaña, los dos fueron acusados —por Maduro, Cabello, Jorge o Delcy Rodríguez— de promover planes violentos, de tramar complots terroristas en sus giras, y muy especialmente, de conspirar para no reconocer el resultado electoral de este 28 de septiembre, promoviendo la violencia. Hay 30 dirigentes opositores presos desde 2024, algunos de ellos miembros del comando de González Urrutia. Un ofuscado Rodríguez, además, ha acusado a los medios internacionales de comunicación y las agencias de noticias de formar parte de una componenda para desconocer los resultados electorales, por publicar la información de las encuestas que coloca en franca desventaja a su candidato frente a Edmundo González Urrutia. “Son una verdadera basura: EL PAÍS de España, Washington Post, El Tiempo de Bogotá, La Nación de Argentina. Son una basura. Desde aquí se los digo: son una ba-su-ra. Dan grima y dan asco”, afirmó.

Las palabras de Rodríguez ya habían sido dichas por el propio Maduro, quien denunció que los medios internacionales de comunicación están incluidos en el plan para desconocer los resultados electorales. “Están tratando de manchar el proceso electoral, de manchar a Venezuela, basuras, como la agencia EFE, de España; AFP, de Francia; AP, de Estados Unidos. Son lo de siempre. La basura de siempre”. Esa es parte de su estrategia electoral, enfocada en encender a los suyos y sacarlos a votar el domingo. Maduro, para eso, se ha rodeado de un núcleo duro compuesto por sus más leales y astutos asesores.

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