La violencia desborda una pequeña ciudad de Ecuador y Noboa envía al grueso de la fuerza pública
Manta, en el Pacífico, es el epicentro de las organizaciones de narcotráfico que realizan envíos a nivel mundial y el escenario estos días del crimen de un legislador mientras entraba a un circo
La violencia se desborda en Ecuador. El mensaje del Gobierno de que el país cambió y que se ha regresado a la paz es una verdad cuestionable. El presidente Daniel Noboa y sus ministros sustentan sus opiniones en que han reducido 485 muertes violentas de lo que va el 2024, comparado con el mismo periodo del año pasado. El problema es que el 2023, fue el año más violento en la historia del país. No existe un precedente como lo que ocurrió en ese tiempo, donde la tasa de homicidios alcanzó a 40 por cada 100.000 habitantes. Pero con 2.400 crímenes en seis meses, la seguridad sigue siendo su prioridad no satisfecha.
“Estamos en guerra, y las guerras no son de un día, no son de una semana, son de largo aliento”, ha advertido el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo. Y en medio de la guerra está la gente que no pertenece a ningún bando y que es asesinada por estar en la calle cuando ocurre una balacera, o incluso ya ni la casa es un lugar seguro. Solo en la última semana han acribillado a 131 personas, de esas 33 fueron asesinadas cuando estaban en sus domicilios. La mayoría de los casos se registran en las ciudades de la costa del país. Los sicarios aprovechan las ventanas abiertas y sin ver, disparan cinco, diez, quince veces. Así fueron asesinadas una mujer y su hija de 13 años este domingo mientras almorzaban. Los gatilleros metieron la mano por la ventana y dispararon sin importarles si el objetivo que buscaban estaba ahí, relató un sobreviviente. El crimen ocurrió en Durán, donde las muertes violentas se han incrementado en 1300%, y donde la gente no salía de la conmoción cuando veían tendido en la acera el cuerpo de un adolescente de 17 años quien fue asesinado cuando salía de un colegio donde dejaba a un familiar que asistía a clases.
La violencia se ha focalizado en siete de 24 provincias del país, dicen las autoridades, y justifican la firma de un nuevo decreto presidencial de estado de excepción en esos lugares, sin explicar cuál es la estrategia más allá de incrementar la presencia de militares y policías en las calles. Una de las ciudades que se ha convertido en el epicentro de la violencia es Manta, una pequeña ciudad en el Pacífico, que es usada por el crimen organizado para sacar la droga y el dinero hacia los destinos internacionales.
“El comportamiento criminal busca adaptarse y desplazarse y dar viabilidad a sus actividades delictivas y sus formas de financiamiento”, explica Mónica Palencia, ministra del Interior, en una rueda de prensa que dio el bloque de seguridad conformado por la Policía, las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa horas después de un triple crimen en Manta. Ocurrió la noche del domingo afuera de un circo, donde cientos de personas hacían fila para pagar su entrada y ver el espectáculo. Entre los asistentes estaba Cristhian Nieto, un legislado que reemplaza a una asambleísta del partido de Revolución Ciudadana, que es la titular del cargo. Nieto era uno de los administradores del circo que tiene cerca de dos semanas funcionando en Manta. El crimen quedó registrado en las redes sociales porque la gente transmitía en vivo justo antes de que comenzaran los disparos. Las siguientes imágenes son de caos y miedo, de personas corriendo temerosas a resguardarse. Nieto, su esposa y un joven de 24 años que estaba en la fila esperando comprar la entrada, murieron.
El crimen en el circo motivó la firma de un nuevo decreto presidencial, esta vez ordena al bloque de seguridad trasladarse a Manta, donde la noche del lunes fueron asesinadas cuatro personas más. “Desde ahí se pelea esta guerra y este conflicto armado interno”, dijo Daniel Noboa. De lo que va el año se han registrado 150 crímenes violentos en esa ciudad, un 53% más que en el 2023. En el documento, el mandatario dispone que las cuatro instituciones de seguridad ejerzan temporalmente sus funciones y atribuciones desde Manta.
La violencia no da tregua en los ecuatorianos que han accedido a que el Gobierno aumente el impuesto al IVA y que saque a los militares a las calles. Le ha dicho a todo sí para que frene la inseguridad. Mientras se escribe este reportaje, se está cometiendo un nuevo crimen, secuestrando a una persona y extorsionando a un comerciante, un docente o a una familia, según estadísticas oficiales.
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