La defensa de Jorge Glas inicia acciones legales contra Daniel Noboa en México y Alemania

La madre de Jorge Glas ha denunciado penalmente al presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ante la Fiscalía General de México. Al cumplirse un mes del asalto a la embajada mexicana en Quito para capturar a Glas, Norma Espinel, madre del exvicepresidente, acusa al mandatario por los delitos de secuestro, de sometimiento, torturas, tratos crueles y desaparición forzada, explicó el equipo de abogados internacional que lo defiende. En la querella están incluidos otros funcionarios del Gobierno como la ministra del Interior, Mónica Palencia, el comandante de la Policía, César Zapata, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Jaime Vela y la jueza Rita Bravo, quien conoció el caso en la Unidad de Flagrancia a donde fue llevado Glas la noche del 5 de abril.

La denuncia fue enviada el 26 de abril en valija diplomática desde la embajada de México en España y ya está en la Fiscalía. “Todos los imputados reconocieron su participación y estamos en proceso para que el fiscal analice todas estas situaciones para que tome una determinación conforme a derecho”, dijo Miguel Olmedo Robles, uno de los abogados de la defensa de Glas. Según Robles, la querella se sustenta en que la Fiscalía de México tiene la competencia territorial porque los hechos denunciados ocurrieron en una legación mexicana, y además, existe una competencia personal contra la ministra Palencia por ser de ese país. La demanda también pide investigar a los policías que participaron en el operativo el día que irrumpieron en la Embajada.

En otro frente, el equipo legal se ha extendido hasta Alemania a través de otra demanda, por los delitos de privación de libertad, lesión corporal grave y coacción, sin determinar quiénes están imputados en la causa. La querella se realizó porque Jorge Glas tiene nacionalidad alemana. Los abogados del exvicepresidente expusieron también ante el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de Naciones Unidas, una serie de denuncias sobre la captura y el tratamiento en la cárcel de máxima seguridad La Roca, donde se encuentra recluido desde el 6 de abril. La queja se centró en que la detención de Glas se había realizado “en un absoluto quebrantamiento en la inviolabilidad de la misión diplomática mexicana en Ecuador”, explica el abogado Aitor Martínez. Además, que tiene una comunicación muy limitada con su defensa, asegura el jurista, “hasta el punto de que enfrentó el procedimiento de habeas corpus sin haber tenido nunca una reunión reservada con sus abogados”. Según el defensor, previo a la audiencia de habeas corpus solo pudo acceder a una breve y escueta reunión online, pero “con presencia de fuerzas públicas delante, y con esos treinta minutos con sus abogados, tuvo que enfrentar el procedimiento de habeas corpus”.

Jorge Glas continúa detenido en la cárcel de máxima seguridad llamada La Roca, donde mantiene una huelga de hambre, según informó su defensa en Ecuador, Andrés Villegas. El abogado ha podido visitarlo dos veces en el reclusorio en Guayaquil, aunque asegura que en ambas ocasiones no han tenido una conversación en privado. “En todo momento hemos estado con la presencia de militares, incluso revisan hasta los escritos que tienen los criterios legales, las estrategias jurídicas”, dice el defensor, quien reconoce que no sabe con exactitud el estado de salud del exvicepresidente, que se mantiene con sueros y vitaminas. Por este motivo, han solicitado también que miembros del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria visiten a Glas en La Roca.

La defensa de Jorge Glas ha pedido una ampliación de medidas provisionales ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) entre tanto las autoridades ecuatorianas lo liberen de forma inmediata. El mismo pedido lo están haciendo ante la justicia ecuatoriana, en la apelación al habeas corpus presentado en abril ante la Corte Nacional, que reconoció que la detención de Glas fue ilegal y arbitraria, pero negó la libertad del funcionario de Rafael Correa, porque sobre él pesan dos sentencias en firme por corrupción, y que antes de ingresar a la Embajada de México a mediados de diciembre, Glas cumplía lo que faltaba de su condena en libertad. Tenía la obligación de presentarse periódicamente ante la autoridad competente; sin embargo, pidió asilo a la legación mexicana para evitar un nuevo proceso judicial en su contra que investiga el mal uso de fondos públicos destinados a la reconstrucción de las zonas afectadas por un terremoto en 2016, según el Ministerio Público. Jorge Glas presidió el Comité de Reconstrucción que administró alrededor de 3.000 millones de dólares.

La defensa de Glas ha solicitado en diferentes instancias la inmediata liberación y que el Gobierno de Noboa extienda un salvoconducto para que pueda salir del país, un requisito que impone México para encaminar un posible arreglo de relaciones entre ambos países tras el asalto en la Embajada, dijo Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores de México, en una entrevista para EL PAÍS. “Si nos dan el salvoconducto y nos entregan a Jorge Glas, podemos empezar. La otra, que nos faciliten acceso consular. Él es asilado político nuestro y está enfermo en la cárcel y bajo unas condiciones bastante malas”, dijo Bárcena.

El Gobierno ecuatoriano no ha dado muestras de que entregará un salvoconducto a Glas, mientras la crisis diplomática está a la espera de una resolución de los jueces de la Corte Internacional de Justicia, tras una demanda de México contra Ecuador, que también hizo una contrademanda y está espera a que la CIJ responda a su pedido.

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