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El Salvador se rinde a Bukele en la jornada electoral: “Nos ha librado de gobernantes corruptos y ladrones”

Los salvadoreños acuden a las urnas para mostrar un apoyo masivo al actual presidente, que ha logrado desarticular a las pandillas en medio de las denuncias de las organizaciones de derechos humanos

Elecciones en El Salvador 2024
Simpatizantes de Nayib Bukele en San Salvador, este domingo.Gladys Serrano
Juan Diego Quesada

Mario Miguel Córdoba, un mensajero de 37 años, caminaba hace dos días por una calle de San Salvador con un saco de maíz al hombro cuando se dio cuenta de que a unos metros de distancia se apostaban unos militares. Intuyó que le iban a dar el alto, como había ocurrido en otras cinco ocasiones. No era nueva esa sensación de vértigo que le invadía cuando contemplaba de cerca las botas y los fusiles. Podría haber dado media vuelta, pero resultaría sospechoso; lo perseguirían, lo derribarían, caería al suelo y quién sabe qué más podría ocurrir. Le aterraba la idea de que el cañón de un arma le apuntara en la frente. Así que apretó los dientes y continuó el camino. En efecto, unos segundos después, un soldado le agarró del brazo. Le levantaron la camiseta en busca de tatuajes. Le preguntaron si pertenecía a alguna de las pandillas. Le obligaron a sentarse en la acera y esperar ahí durante una hora hasta que averiguaron que era verdad que una señora le había encargado el maíz. Por unos momentos pensó que se lo iban a llevar y a meterlo en algunas de las cárceles en las que Nayib Bukele ha encerrado en los últimos años a más de 70.000 personas. Muchas se encuentran en un limbo judicial que no les permite salir, como si las autoridades hubieran tirado las llaves de las celdas al mar.

Sin embargo, Córdoba considera que todo esto lo ha hecho el presidente por el bien de los salvadoreños. “Antes tenías que caminar con un ojo en el lomo y otro en la frente. Las maras le estorbaban a las comunidades. El régimen de excepción ha sido increíble. Se han solucionado las cosas”, dice el mensajero, que este domingo ha votado con los ojos cerrados a Bukele, que con toda seguridad será reelegido por otros cinco años y su partido, Nuevas Ideas, tendrá una mayoría holgada en la Asamblea Legislativa, lo que le dará al presidente un gran margen de maniobra. Pese a que se ha documentado que hay muchos presos a los que no se les ha demostrado la comisión de un delito, el haber resuelto el problema de la inseguridad, que llevaba dos décadas erosionando la vida de sus ciudadanos, ha hecho de Bukele un político inmensamente popular. Nadie en la oposición le hace la más mínima sombra.

La victoria de Bukele va a ser aplastante. Aun así, el partido de Gobierno ha hecho un gran despliegue en los centros de votación. En los alrededores se han levantado carpas del partido, los voluntarios reparten paquetes de patatas a los votantes y funcionarios con el chaleco de Nuevas Ideas regulan el tráfico. No hay duda de que la formación cian, el partido que fundó Bukele para presentarse a las elecciones al margen de las dos formaciones históricas del país, se funde poco a poco con el Estado. “Voto por él. Es un buen presidente, nunca habíamos tenido uno igual. Me gusta todo lo que ha hecho”, lo apoya María Eva Portilla, una señora de 81 años que ha ido a votar del brazo de su nuera.

Una sensación de euforia electriza a los seguidores de Bukele. En un colegio electoral, sus simpatizantes han recibido con grandes banderas ondeando al viento al presidente de la Asamblea, Ernesto Castro. Moisés Anaya ha ejercido el voto en el colegio Viuda de Escalón, en la colonia del mismo nombre. “Ahora el país está tranquilo. Nos ha librado de gobernantes ladrones y corruptos que han robado. Él, no. Y ahora puedes ir a cualquier lugar, a cualquiera horario. Todo ha cambiado”, sostiene Anaya. Edgardo Palacios, de 23 años, ha acudido de la mano de su hijo: “Voto por su futuro, por un país sin violencia, no como en el que vivimos nosotros”. La esposa de Palacios, Selina de los Ángeles, de 24, se siente respaldada por el Gobierno por primera vez en su vida: “Apoya a la gente de escasos recursos como nosotros y reparte paquetes de comida”.

Bukele ni siquiera ha hecho campaña. Con su plan de seguridad, un régimen de excepción con el que ha desarticulado a las pandillas, se ha ganado a la gran mayoría de los salvadoreños. Las denuncias de las organizaciones de derechos humanos, la advertencia de la comunidad internacional de que El Salvador se dirige a una autocracia y las malas cifras económicas no van a tener ninguna incidencia en los resultados. El conocido como el presidente milenial, por su uso de las redes sociales y la gorra del revés, solo ha tenido que sentarse este domingo a esperar. La suerte está echada.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.
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