Cumbre sobre los ODS: la urgencia de retomar el rumbo
Los pasos que debemos dar hacia la Agenda 2030 parecen más complejos de lo que en realidad son, pero lo verdaderamente difícil es el mundo que nos espera si no los damos
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La reciente Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que acaba de culminar en Nueva York, se presentaba como un hito para acelerar las acciones en favor de las personas y el planeta. Era el momento para exigir a los líderes mundiales pasar de las palabras a la acción. El secretario general de la ONU, António Guterres, fue claro en su discurso: “Actualmente solo el 15% de las metas de desarrollo sostenible que nos marcamos en 2015 van por buen camino y lo que es peor: muchas incluso están retrocediendo”. Sin embargo, a pesar de esta urgencia por actuar, las diferencias políticas entre los países siguen obstaculizando consensos básicos.
Esta última cumbre también dejó puntos y demandas que no se pueden seguir obviando: aumentó la presión para introducir reformas profundas en la Organización de las Naciones Unidas y las instituciones financieras internacionales, las discusiones sobre aceleración del desarrollo sostenible están cada vez más centradas en su financiación, no habrá aceleración de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) si no se ataja de forma urgente la crisis climática y la necesidad de generar más y mejores datos para una toma de decisiones basada en evidencia.
Aceptar lo anterior y llevarlo a la práctica requiere que cada grupo de los países asuma sus responsabilidades. No tendremos, por ejemplo, los datos que necesitamos si los países más avanzados no transfieren su tecnología a aquellos que lo necesitan, incluyendo tecnología digitales e inteligencia artificial.
En este momento de la historia los países de América Latina y el Caribe están llamados a cumplir un rol protagónico: Colombia busca retomar el destacado papel que tuvo al proponer la idea de los ODS, Cuba preside el grupo del G77+ China, Chile ostenta la presidencia del Ecosoc de la ONU y Trinidad y Tobago ostenta la presidencia de la 78ª sesión de la Asamblea General. Brasil acogerá las reuniones del G-20 y la COP 30.
A medida que la agenda de desarrollo sostenible alcanza un momento decisivo, la cuestión principal que se tendrá que enfrentar es cómo pasar de un acuerdo sobre los problemas a una acción mundial transformadora a partir de una visión clara y convincente del cambio. Es urgente superar la incertidumbre sobre cómo llegar hasta el lugar que queremos en 2030. No se trata solo de cumplir unos acuerdos políticos, sino de asegurar una supervivencia digna, justa y equitativa de las sociedades y de los recursos del planeta a largo plazo.
¿Cómo podemos lograrlo? Hay cuatro elementos clave que necesitamos: decisión política, financiamiento, mejores datos y trabajo orientado a la acción. Los pasos que debemos dar parecen más complejos de lo que en realidad son, pero lo verdaderamente difícil es el mundo que nos espera si no los damos. Hoy la pregunta sobre si todavía estamos a tiempo de alcanzar los ODS en 2030 se repite en los medios y las salas de reuniones internacionales, pero eso no es lo verdaderamente importante.
Lo que deberíamos preguntarnos es si podemos poner al mundo en trayectoria hacia el desarrollo sostenible, modificando su rumbo actual, reformar nuestras instituciones y dinámicas de trabajo para crear futuros alternativos a este presente. Hay que hacerlo con urgencia, pero estamos a tiempo para ello.