Gheidy Gallo: la gran palanca de Boyacá

“¡Orgullosamente boyacense!”, es la frase que abre todas sus redes sociales y publicaciones. El que parecería un eslogan publicitario, es realmente un mensaje que ha marcado el camino profesional y personal de Gheidy Gallo (Sogamoso, 43 años), quien siempre ha reivindicado el poder las regiones en la construcción de país y ha sido embajadora de lo que define como “lo más TOP” de sus coterráneos: la templanza, el optimismo y la perseverancia.

“La templanza viene del carácter de esa población campesina, minera y agrícola que ya va por la tercera o cuarta generación”, reflexiona Gallo. “El optimismo se ve en una frase con la que me crie: ‘La fe del carbonero’; por más trabajo duro que haya en la vida, por más adversidad, siempre encuentra la luz. Y la perseverancia, la vi en mis abuelos y padres. Somos gente muy decidida, creemos que la vida fluye, pero cuando no lo hace hay que perseverar en los propósitos”.

Armada con esos valores y gracias al impulso de su familia (“un hogar austero en recursos, pero multimillonario en sabiduría”) y de Acerías Paz del Río, hizo su bachillerato y pasó a la Universidad Nacional en Bogotá, que recuerda con asombro: “Conocí la gente más brillante de mi vida, en esa mini Colombia, fue un salto cuántico”.

Inició su camino profesional a los 19 años, mientras hacía su carrera, como parte del equipo encargado del diseño y la ejecución de estrategias de negociación del TLC con Estados Unidos y el Triángulo Norte –lo lideraban Martha Lucía Ramírez y Ángela María Orozco–. Desde entonces, no ha dejado de tender puentes con el propósito de hacer que las cosas pasen, sumando voluntades y creyendo en la complementariedad de lo público y lo privado.

La diversificación de la canasta agroexportadora del país, que convirtió al aguacate Hass en la fruta con mayor crecimiento exportador de la historia; la creación del Fondo Mujer Emprende y del programa Más Mujeres Emprendedoras desde la Consejería para la Equidad de la Mujer (con más de 1,3 millones de beneficiarias) o la puesta en marcha de ProBoyacá, son logros que destaca Gallo y que resalta como prueba de que es posible pasar de la retórica a las acciones. “Es demostrar que cuando nos unimos somos más fuertes. Esto a veces suena a cliché, pero no lo es. Cuando se une la voluntad política con la fuerza empresarial ocurre magia, porque los gobiernos (buenos, malos o regulares) son temporales y los empresarios tienen ánimo de permanencia”, añade.

Lo que en el papel puede sonar idílico, pasar por las dificultades a la hora de convencer a los distintos actores de que es posible coincidir en una misma visión. Cuando propuso la creación de ProBoyacá, una de las primeras respuestas que recibió en Bogotá fue: “Usted se enloqueció, ¿cuál sector empresarial en Boyacá? Allá tienen papas, a Jorge Velosa, a Nairo Quintana, campesinas con trencitas y arepas”.

Tras tres años de su creación, ProBoyacá - Región Libertadora agrupa 60 empresas de distintos sectores de Boyacá y Casanare, que representan el 65% de los ingresos de la región. También es parte activa en la materialización del Plan Maestro Boyacá 2050, que busca triplicar el PIB regional a través de la reactivación ferroviaria y su consolidación como hub logístico y productivo del centrooriente del país. Ya hay resultados tangibles de esa conversación entre Gobernación, Gobierno Nacional y empresa: “Estamos haciendo trenes made in Boyacá por 187 millones de dólares, con un documento Conpes y con vigencias futuras”, cuenta.

Además del desarrollo material de la región, la organización piensa en preparar el relevo generacional de estos empresarios. Para ello creó, en alianza con la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, la escuela de liderazgo ‘A liderar SuPersona’, en la que se preparan jóvenes, entre los 14 y 16 años, en valores y habilidades. “Hicimos mucho énfasis en cuáles son los valores que consideramos deben definir o caracterizar cualquier tipo de liderazgo empresarial, público, ambiental, etc. Además, les recalcamos que, independientemente de que quieran ser políticos, CEO de una multinacional global o líderes activistas, las empresas siempre van a ser grandes aliadas. Nunca una empresa puede ser enemiga del liderazgo, sino un actor de oportunidades, desarrollo y esperanza”, afirma Gallo, orgullosa de esta primera edición del programa e ilusionada con la que vendrá.

Cuando piensa en el futuro, entra en el panorama su hija Sofía, que hoy tiene 13 años y que a los 21 deberá elegir entre la nacionalidad colombiana y la japonesa. “Mi hija es una de las grandes pasiones de mi vida y de mis grandes orgullos. Uno de mis grandes móviles para aportar a la construcción del país es que, en ocho años, ella decida ser colombiana porque tiene más sentido que tener un pasaporte japonés”, revela.

Así continuará, entonces, Gheidy Gallo, tendiendo puentes y uniendo puntas para que Sofía y muchos otros encuentren en Boyacá y en nuestro país, como ella dice, “el mejor territorio para construir su proyecto de vida como quieran, desde su libre albedrío”.