Los piropos de Petro a los conservadores

El Partido Conservador es más de avanzada que los liberales, dijo el presidente Gustavo Petro en la instalación del Congreso de la República, recordando la frase de Jorge Eliécer Gaitán con motivo del apoyo conservador a la ley 200 de 1936, la ley de tierras, en la cual el ilustre jurista conservador Guillermo Amaya Ramírez tuvo una participación preponderante. También señaló que una de las faces de la paz en Colombia fue el Frente Nacional, en el que liberales y conservadores, mediante un proceso exitoso, le pusieron fin a la violencia entre los partidos tradicionales.

En términos generales, el presidente hizo una buena defensa de su Gobierno y sacó pecho por la reducción del precio de los alimentos y la disminución de la pobreza extrema y la pobreza monetaria. “Sacamos a mucha gente de la pobreza”, dijo muy orondo el jefe del Estado, y atribuyó esos beneficios al aumento del salario real de los trabajadores que tanto le criticaron los expertos. Era difícil salir bien librado del compromiso porque el ambiente estaba muy pesado por el episodio del desfile militar del 20 de julio, al que llegó tarde, vestido de blanco hasta los pies mientras todos los generales estaban trajeados de gala y abandonó la tribuna antes de que terminara el evento.

El otro argumento que invocó para demostrar que su Gobierno era eficiente (risas en el auditorio) fue el de que la revolución keynesiana de reforzar la economía era la de la relación laboral derivada de la recuperación de hospitales y clínicas por el pago directo de la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (ADRES). Ninguno de sus argumentos económicos convencen a sus contradictores, pero no se puede negar que los términos en que se plantean merecen respeto.

Para Ricardo Ávila, analista senior del periódico El Tiempo, si bien la reducción de la pobreza en Colombia durante 2023 es bienvenida, el país se encuentra muy por debajo de sus pares en América Latina. Colombia no tiene cómo cantar victoria en un tema en el cual le falta mucho camino por recorrer. Para comenzar por comprender la caracterización de este flagelo que azota de manera proporcional a las mujeres, los desocupados, las personas con bajos niveles de educación y a las familias con tres o más hijos.

En 1961, Álvaro Gómez insistió en la necesidad de una reforma agraria mediante un desarrollo de la política del Frente Nacional y se refirió a la reforma de 1936, advirtiendo que la norma constitucional no se había aplicado nunca y, por lo tanto, no había una interpretación obligatoria. No existía para entonces una concepción clara sobre el concepto de la valorización. No había un concepto claro al respecto. La mayoría de los que votaron esa reforma explicaron cómo, en algunos casos, las razones de equidad consistían en que el Estado, mediante su acción propia del desarrollo, podía producir un mayor valor de los bienes de propiedad privada. Y en función de esa valorización se podía entrever una expropiación que, por motivos de equidad, no fuera compensada con indemnización. Esa fue la interpretación más común que se dio al texto constitucional. Y esa es la que está de acuerdo con nuestra formación filosófica.

Fue por eso que Gaitán concluyó que los conservadores eran más de avanzada que los liberales. ¿Podremos construir el acuerdo nacional sobre lo fundamental que ahora pide el presidente Petro?

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