Euclides Torres, el contratista invisible

Su nombre y cara no eran conocidos y, sin embargo, estaba involucrado en múltiples actividades del Estado colombiano. Euclides Torres solía moverse tras bambalinas, procurando no figurar, pero la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño acabó con esa aura de misterio. El foco de la opinión pública le apunta, especialmente en una semana en la que volvió a la palestra su papel en la financiación de la campaña del hoy presidente, se reveló la adjudicación de millonarios contratos públicos a compañías de su entorno y se criticó un proyecto de ley que estudia el Congreso con el impulso de un senador oficialista que es esposo de su sobrina y que entregaría beneficios legales a otras de esas empresas. Torres pasó del detrás de cámaras, donde se movía con solvencia, al escenario principal.

El mayor ruido lo produjo el hijo mayor del presidente, Nicolás, quien está siendo investigado por la Fiscalía por lavado de activos. El exdiputado del Atlántico envió a la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes las respuestas a un interrogatorio, en el que afirma que Torres suministró ayuda a la aspiración presidencial de su padre. Al preguntársele si el empresario oriundo de Puerto Colombia, Atlántico, entregó dinero en efectivo a la campaña, respondió: “No, nunca. Nosotros le hacíamos solicitudes; por ejemplo, se necesita la tarima o el sonido de la tarima, pero yo nunca lo vi”. En septiembre de 2021, cuando todavía no despegaba en forma la carrera electoral, en la plaza de La Paz, en Barranquilla, se llevó a cabo un evento masivo. Gustavo Petro ofició como maestro de ceremonias sobre una tarima en forma de P —alusiva a su apellido— y frente a un lleno total. Torres fue el financiador del acontecimiento, del que fue artífice el hoy embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y político del mismo departamento, Armando Benedetti.

El segundo asunto recuerda que el nombre de Euclides Torres nunca aparece en los acuerdos firmados. Pero a su alrededor hay una serie de personas que fungen como socios, administradores o representantes legales de un entramado de compañías en las que el empresario tiene injerencia. Se dedican a administrar servicios que se concesionan o contratar el Estado, como la instalación de alumbrado público o los trámites administrativos de tránsito vial, entre otras. Fue esta área de negocio la que volcó la atención sobre él esta semana.

Una iniciativa legislativa propone modificar el Sistema de Control y Vigilancia (SICOV), la herramienta con la que las autoridades vigilan oficinas del sistema como los centros de enseñanza automovilística o los de diagnóstico que realizan las revisiones obligatorias a los vehículos. La propuesta rápidamente ha despertado manifestaciones en contra. La Asociación Nacional de Industriales (ANDI) advierte que el texto presentado excluye a potenciales competidores en el SICOV y cuestiona que los contratos continúen adjudicándose a las compañías que actualmente los ejecutan, entre las que se encuentran varias en las que tiene incidencia. El senador David Luna, del opositor Cambio Radical, ya solicitó que la propuesta sea archivada por un eventual conflicto de interés.

El autor del proyecto es Roy Barreras, el expresidente del Senado oficialista, pero quien lo ha impulsado para que haya sido aprobado en dos debates es su colega de bancada Pedro Flórez. El mismo senador, quien según La Silla Vacía incluyó una enmienda en el proyecto para que el SICOV se aplique a más trámites, es un novato en política que llegó al Congreso en 2022 gracias a que fue incluido en la lista cerrada del Pacto Histórico, la coalición de izquierda liderada por el presidente.

Además de ese segundo frente que llevó a Torres al centro del debate, una investigación de La Silla Vacía mostró que entidad de la que poco o nada se sabe habría favorecido a la maraña de empresas vinculadas a Torres. El Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (Fenoge), adscrito al Ministerio de Minas, les ha entregado operaciones por más de 180.000 millones de pesos (60 millones de dólares). Pablo Barrera, el director de Fonage, negó en Blu Radio que los contratos estuvieran en firme, pero los documentos del Sistema Electrónico de Contratación Pública (Secop) desmienten su versión.

El empresario está habituado a los círculos de poder. En la Cámara de Representantes tienen asiento su cuñada Martha Villalba, del derechista partido de La U, y su hermano Dolcey Torres, del Partido Liberal; y en el Senado ocupa una curul Flórez, esposo de una de sus sobrinas. Además de los parentescos, sobresale su cercanía con Benedetti, mano derecha de Petro en su triunfo electoral de 2022. Esa confraternidad, que incluye alianzas electorales entre el también exsenador y varios familiares de Torres, fue la que sirvió de puentes entre el contratista y el petrismo.

El domingo 19 de junio de 2022, Petro alojó una celebración privada en su residencia luego de que las autoridades electorales anunciaran su victoria definitiva. Torres asistió al evento. En un video quedó registrado cómo el presidente electo era recibido por amigos y colabores, quienes lo abrazaban y felicitaban por la histórica hazaña de lograr que la izquierda accediera a la Presidencia. En una toma aparece Torres al fondo, sonriente y tranquilo. La escena pasó desapercibida hasta esta semana.

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