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Galán admite fallas de la Alcaldía de Bogotá en el manejo del 8M

El alcalde dice que las luces en la Plaza de Bolívar se apagaron por problemas técnicos y que no se comunicó a tiempo el cierre de varias salidas del lugar, pero asegura que la Policía actuó sin órdenes de sus superiores

Jules Ownby
8M: Marcha por el Día de la mujer en Colombia este 8 de marzo
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, en conferencia de prensa, el 8 de marzo.NurPhoto (Getty Images)

La marcha en Bogotá para el 8M, el Día de la Mujer, pasó de pacífica a polémica en cuestión de segundos. A las siete de la noche del viernes, tras varias horas de manifestación en la Plaza de Bolívar, las luces se apagaron y las tensiones entre las marchantes y la Policía aumentaron. No está muy claro cómo empezó todo; algunos testigos dicen que dos grupos de mujeres empezaron a pelearse entre ellas; otros responsabilizan a una manifestante encapuchada que le lanzó fuego con un aerosol inflamable a dos gestoras de convivencia, funcionarias de la Alcaldía que intentaban mantener la paz; otros alegan que todo fue culpa de la Policía. Lo que sí se sabe es que la Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO, anteriormente conocida como el ESMAD), intentó dispersar a la fuerza a las presentes, incluyendo a mujeres con sus hijos.

El día empezó a las tres de la tarde, cuando las manifestantes partieron del Ministerio de Trabajo, en la carrera Séptima con calle 31. Poco a poco bajaron hacía la Plaza de Bolívar que, alrededor de las cinco, empezó a llenarse. Miles de mujeres vestidas de morado y verde cantaban, gritaban y reclamaban sus derechos. Dos horas después, ya de noche, las luces se apagaron y las marchantes prendieron las linternas de sus celulares para iluminar la Plaza, que enseguida se convirtió en una escena de caos. Las granadas de la Policía caían entre la multitud. En algún momento, una mujer encapuchada le lanzó fuego directamente en la cara de dos funcionarias de la Alcaldía que buscaban mediar entre las partes. Las manifestantes corrían para resguardarse del humo y de la violencia. No hubo heridos, pero sí temor y zozobra.

El alcalde de la capital, Carlos Fernando Galán, ha estado en el ojo del huracán desde entonces. Este lunes se defendió en una entrevista con Blu Radio. Afirmó que la instrucción que había dado a la Policía era de mantenerse “a una distancia prudente”, y dijo que los choques no se dieron por instrucción suya ni del mando de la fuerza pública: “La norma faculta a un miembro de la UNDMO a tomar esta decisión en terreno”. Aseguró, además, que los agentes no utilizaron gas lacrimógeno, como han informado las manifestantes, sino granadas aturdidoras, que emiten ruidos muy fuertes pero no explotan ni expulsan gases.

Admitió que las autoridades cometieron errores que generaron pánico entre las manifestantes. “Hubo dos fallas adicionales que reconocemos. Uno, que la iluminación de la Plaza de Bolívar ha tenido problemas desde enero, gradualmente, y no se ha resulto por un corto circuito; no fue de esa noche, desde antes tenía problema la iluminación. Finalmente, la plaza tiene ocho entradas y de esas cuatro estaban cerradas, repito, no esa noche específica, días anteriores”, afirmó. Insistió que dos de esos accesos están actualmente cerrados por “razones de seguridad” a petición de la Presidencia y otros dos tras el bloqueo que hubo el mes pasado frente al Palacio de Justicia y que los cierres no se comunicaron a tiempo.

El presidente Gustavo Petro rechazó el viernes pasado las actuaciones de los uniformados en la plaza. “Las manifestaciones no se dispersan antes de proceder al diálogo. El gas solo se usa como última instancia y si hay violencia. No es posible un tratamiento para la derecha extrema y otro para el movimiento social”, declaró en X. Dos días después, reveló que había pedido a la Policía Nacional investigar lo ocurrido. “La movilización social no puede ser objeto de ningún tipo de violencia”, añadió. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, también condenó la conducta de la UNDMO. “El mismo viernes le decía al general Zapata de la necesidad inmediata de adelantar las investigaciones. Hemos hecho esfuerzos porque ese antiguo ESMAD no sea simplemente el cambio de un nombre, sino, el cambio de una actitud”, afirmó.

Galán había dicho durante el fin de semana que lamentaba lo ocurrido y que los agentes actuaron con fuerza porque sintieron que su propia integridad estaba amenazada. Admitió, además, que la marcha se desarrolló en su mayoría de manera pacífica. Hizo hincapié, sin embargo, en que “hubo algunos momentos de tensión, como la destrucción de perderos de transporte público, vandalismo a estaciones de Transmilenio, pero se resolvió”.

La congresista Catherine Juvinao, del partido Alianza Verde, estuvo presente en la manifestación cuando estallaron los choques. En los días posteriores ha sido muy crítica de Galán y de la Policía. “Es absolutamente inaceptable —y asombroso— que después de los 80 muertos del Paro Nacional, entre otras muchas barbaridades históricas en el marco de manifestaciones, sigamos equiparando una pared pintada a la integridad de la vida de quienes se manifiestan. Que no: no es una respuesta proporcional que el ESMAD lance gases lacrimógenos o aturdidoras ante un grafiti. También es absurdo insinuar que la vida de los agentes del ESMAD pueda estar en peligro solo porque unas mujeres se les resisten con arengas. ¡NO! Fue una marcha de mujeres en estado de indefensión, en donde hubo niñas, adolescentes y mujeres mayores. La plaza estaba oscura, miles estuvimos por un momento cercadas y así se abren los riesgos a las tragedias. No hay derecho. Lo de ayer no tiene ninguna justificación, alcalde”, sentenció el 9 de marzo en X.

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Sobre la firma

Jules Ownby
Periodista de El País en Bogotá. Ha trabajado como redactor y productor audiovisual en varios medios norteamericanos. Estudió ciencias en la Universidad McGill en su ciudad natal, Montreal, y cursó el máster de Periodismo UAM-El País en la promoción 2022-2024.
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