El abogado más viejo de Córdoba cumple 98 años de edad y 70 de litigio: “Me encantan las audiencias virtuales”

Tomás Antonio Oviedo Pastrana nació el 23 de junio de 1925 en Sahagún, un caluroso pueblo de Córdoba, en la costa caribe de Colombia. Tiene 98 años recién cumplidos, seis hijos, trece nietos y cinco bisnietos. Se graduó de abogado en la Universidad Libre de Bogotá el 3 de julio de 1953 y abrió su despacho el 21 de julio del mismo año, cuando apenas comenzaba la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla: “Acabo de cumplir 70 años de litigio ininterrumpido”, dice sonriente, “estoy perfecto de mis facultades mentales. Seguiré trabajando hasta que Dios lo permita”.

Oviedo es uno de los abogados en funciones más viejos de Colombia y quizás del mundo. Hace 13 años, en septiembre de 2010, el Instituto Colombiano de Derecho Procesal lo condecoró como el litigante con más años de ejercicio profesional durante un congreso en Cartagena. Desde ese momento hasta hoy, su oficina solo dejó de funcionar unos meses durante la pandemia del coronavirus en los que Oviedo estuvo muy enfermo. Ahora, sano y lúcido, tiene muchas ganas de seguir llevando procesos de derecho civil y de familia en los tribunales y juzgados de la región. El abogado Henry Rodríguez Valencia celebró el cumpleaños 98 de Oviedo con una publicación en Twitter que se volvió viral: “El abogado litigante con más años de ejercicio en nuestro país, Tomás Antonio Oviedo Pastrana hoy ha llegado a sus 98 años de edad y 70 años honrado esta hermosa profesión”.

Oviedo no solo ha sido abogado litigante. En 1945, cuando en Europa terminaba la segunda guerra mundial, fue elegido como el concejal más joven de la historia de Sahagún, con 20 años. Después fue diputado, participó en la creación del departamento y llegó a ser su secretario de Gobierno. “Mucha gente me ha dicho que me lance otra vez al concejo en las elecciones de octubre. Si gano sería el concejal más joven y también el más viejo del pueblo”, bromea.

Su mayor orgullo es que durante estos 70 años de trabajo nunca ha sido objeto de censura o sanción por su ejercicio profesional. “A los jóvenes les digo que el derecho es un servicio que hay que prestarle a la sociedad con honestidad, con rectitud”. Es paradójico, pero su oficina, en donde reina la ley, está justo en medio de las casas de dos de los corruptos más famosos de Colombia. A un lado vive el Ñoño Elías, el ex senador condenado por recibir sobornos de Odebrecht que recientemente regresó a la libertad en medio de vítores. Al otro lado está la casa de Emilio Tapia, el llamado zar de la contratación, un mega contratista que ha estado varias veces en la cárcel por robarse dineros públicos. “Yo no hablo de mis vecinos”, dice con serenidad y resignación Oviedo, que los ha visto crecer, prosperar y caer en desgracia.

Su rutina es parecida a la de cualquier abogado joven de Colombia. Se despierta a las 6:00 de la mañana, escucha las noticias por la radio, revisa su Facebook, se baña, se viste, desayuna y a las 8:00 abre la oficina. Recibe clientes, hace llamadas, prepara documentos, revisa pruebas, asiste a audiencias virtuales. Cierra al medio día porque después del covid quedó con problemas de movilidad y los médicos le ordenaron muchos ejercicios físicos que hace en la tarde, después de una siesta, con la ayuda de su enfermera. “Me encantan las audiencias virtuales. Me ahorran mucho tiempo. Ahora no hay que viajar a ningún sitio. Puedo hacer todo desde mi oficina y seguir trabajando en otros casos”, dice Oviedo a sus 98 años. Y añade: “Con el internet, uno está al día, actualizado de las últimas sentencias de las Cortes, del Consejo de Estado”.

En el despacho de Oviedo trabaja un muchacho joven que le ayuda con los asuntos de la tecnología. Hace poco compraron una cámara y un micrófono nuevos y adecuaron un lugar especial para las audiencias. “La semana pasada murió una persona cercana y mi tío no pudo ir al entierro porque tenía una audiencia virtual muy importante”, dice el maestro musical Juancho Nieves, sobrino de Oviedo. El día de la entrevista, el abogado más viejo de Colombia está trabajando en una demanda contra un señor en La Guajira y en el remate de un predio en el municipio de La Unión, Sucre, ambos en otros departamentos de la gran región caribe de Colombia. “Ya se hizo la primera vuelta, pero no hubo postores, pedí que fijen la segunda fecha. Estamos a la espera”, explica.

Dos de sus hijos y varios de sus nietos son abogados. A todos les da consejos y les enseña. “Hace poco un hijo vino y me dijo que ya era hora de que me retirara, que aprovechara el tiempo para descansar, pero le dije que no. Yo estoy haciendo lo que me gusta, lo que sé hacer, en lo que he trabajado toda la vida”, dice Oviedo con vitalidad. Y bromea: “Y si alguien me busca para un negocio y me gano una platica, no está de más”. Sus clientes de hoy son los hijos y los nietos de sus primeros clientes. Ha sido y espera seguir siendo el abogado de muchas generaciones de familias de la costa caribe que confían en su criterio profesional y en sus principios.

En la actualidad está afiliado al colegio de abogados de Córdoba y al de la vecina Antioquia. Su tarjeta profesional es la número 5.306, expedida hace más de sesenta años y, aunque los jóvenes de ahora no lo crean, su cédula de ciudadanía solo tiene cuatro dígitos (las actuales tienen diez). Ha ejercido su ejercicio profesional ante los tribunales de Cartagena, Barranquilla, Sincelejo, Montería y Medellín, y ante los juzgados de Sahagún, Chinú, San Andrés, Momil, Lorica, Caimito, Sincelejo, Sincé, Sampués, San Marcos, La Unión, Pueblo Nuevo, Planeta Rica, Montelíbano, Ayapel, Caucasia, Buenavista, Ciénaga de Oro, Cereté y Montería, es decir, de todo Córdoba. Desde hace rato perdió la cuenta de los procesos que ha ganado, pero insiste en lo más importante: “Hay que vigilar que las leyes se apliquen con justicia e imparcialidad”.

Su despacho está lleno de fotografías suyas con personajes ilustres, desde el expresidente liberal Carlos Lleras Camargo, hasta la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. Le gusta escuchar boleros y porros, música caribeña de mediados del siglo XX. En su familia hay predisposición a la longevidad. El médico que hace poco revisó sus exámenes le dijo, medio en chiste, medio en serio, que esperaba que lo invitara a su fiesta de cumpleaños número cien. “Me quedan muchos procesos por ganar”.

Fe de errores: El título de este artículo fue modificado porque un lector explicó que el abogado Recaredo Trujillo Gómez es mayor por unos meses que don Tomás Antonio Oviedo.

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