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El movimiento social de mujeres pide a Petro declarar la emergencia nacional por la violencia machista

En los casi dos meses de 2023 ha habido 25 feminicidios en Colombia

Feminicidios en Colombia
Una activista durante la protesta de este martes por el aniversario de la despenalización del aborto, en Bogotá.Fernando Vergara (AP)

Apenas a un día de iniciarse el año 2023, en Colombia ya se registraba el primer feminicidio. Una mujer de 26 años fue asesinada por quien era su pareja sentimental, en el municipio de Yondó, Antioquia. Al día siguiente, se registró el segundo. Una mujer de 22 años fue asesinada en el mismo departamento, esta vez en la ciudad de Medellín. Tras ese inicio, en menos de dos meses de 2023 ya se registraron 25 feminicidios. En 2022 fueron más de 500 frente a los 106 en 2021.

Ante una oleada de violencia que va al alza, los movimientos feministas y oenegés de mujeres han venido haciendo numerosos esfuerzos para que el presidente Gustavo Petro declare un estado de emergencia por la violencia machista. Le piden hacerlo para así desplegar estrategias más contundentes para frenar el crecimiento de los asesinatos y mitigar los diferentes tipos de violencia. Bajo esa premisa, el fin de semana un centenar de mujeres hizo un plantón y varios actos performativos simbólicos en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Entre las organizadoras de la jornada estuvo el colectivo de mujeres Buscarlas hasta encontrarlas, que hace acompañamiento psicológico en los casos de desaparición de mujeres, niños y niñas y de feminicidio en todo el país.

La cofundadora del colectivo, Gabriela Romero, cuenta a EL PAÍS: “La iniciativa nació para plasmar desde la pedagogía y el arte, el dolor que vivimos al ver todos los casos de violencia machista que ocurren diariamente, y que se suman a la negligencia, revictimización e instrumentalización de las autoridades”. La activista es tajante al expresar la necesidad de una atención integral por parte del Estado. “Es un llamado a las autoridades por la falta de activación de rutas de acción que podrían salvar vidas y un seguimiento real a los casos”. Con ella concuerda Yesenia Moreno, otra activista feminista que participó en la planeación del evento: “Se debe disponer de una entidad que tenga carácter de riesgo para que acompañe y priorice la emergencia, que cuente con un fondo libre y autónomo de libre destinación. Desde donde sea posible tomar medidas que permitan prevenir, atender, investigar y judicializar todas las violencias contra las mujeres”.

Desde el partido político Estamos Listas también han venido trabajando en esta exigencia. Ya en 2020 radicaron una acción de tutela para que se declarara una crisis humanitaria por la violencia machista y buscaron que la declarara en lo local el Concejo de Medellín, donde cuentan con una concejala, Dora Saldarriaga, quien explica: “La categoría de crisis humanitaria contempla tres condiciones: una violación masiva de Derechos Humanos, que no exista una articulación institucional para intervenir esa crisis y que se necesiten acciones urgentes para esa intervención. Bajo esos criterios concluimos que el panorama de violencia contra las mujeres amerita esa declaración”.

En la labor de contrarrestar y atender integralmente las violencias basadas en género, la concejala destaca la importancia de que se cree el viceministerio de las mujeres en el Ministerio de Igualdad. “Creemos que es importante una institucionalidad con un poder simbólico que permita hacer transversalización con otros ministerios y que la voluntad política se traduzca en presupuesto. Así se podrían delegar muchas acciones con perspectivas de género, cuerpos especializados, articulación con poder político y material con las otras carteras”. Datos de organizaciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) respaldan las exigencias de las activistas. Colombia es el segundo país en esa organización con mayor violencia contra la mujer, como recordó el presidente Petro en su cuenta de Twitter.

A pesar de compartir ese dato, hasta el momento el mandatario no se ha pronunciado respecto a la solicitud de las oenegés ni sobre el alarmante escenario humanitario para las mujeres. Aún así, para Romero y las 28 voluntarias más que acompañan casos de violencias basadas en género, es urgente reconocer que las mujeres colombianas son las principales víctimas de las expresiones más cruentas del patriarcado. “Reconocer que existe esta problemática es una manera de reconocer la realidad. Es de la única manera en que la sociedad, los medios de comunicación e instituciones presten la atención real a las familias y a quienes están en riesgo de violencia”, concluye.

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