Estamos jodidos
Es urgente la regulación de todas las drogas, incluida la cocaína, para desarticular el narcotráfico
Me dijo un amigo cercano radicado en los Estados Unidos. Una de mis hijas de diez y seis años fue intervenida de una lesión en los meniscos. La cirugía fue exitosa y le recetaron para el dolor el tristemente famoso opioide OxyContin. Eso no fue lo grave. Lo inexplicable fue que le entregaron un recipiente con cuarenta pastillas del fármaco y por fortuna, como no se presentó ninguna manifestación de dolor, no hubo que consumir ninguno de los comprimidos suministrados. En todo caso, si hubiera sido necesario usar el medicamento, este no debería haber superado una dosis superior a cuatro grajeas y en un cuadro más exigente, hasta diez pastillas, máximo. Nada justifica la formulación hasta de cuarenta tabletas de parte de un profesional en una institución de salud de alto nivel de los Estados Unidos. Si eso sucede en el país más desarrollado del mundo, concluyó mi amigo con cara de circunstancia, quiere decir que estamos perdidos.
Es evidente que la preocupación manifestada por mi contertulio resulta justificada. El riesgo de adicción de la oxicodona y por tanto su versión comercial OxyContin, un narcótico usado para tratar el dolor es extremadamente adictiva. Cuando se abusa de ella puede provocar la muerte. Es tan atractivo su consumo que el primer año de aparición en el mercado en mil novecientos noventa y seis, produjo en ventas para el laboratorio de la empresa que lo comercializa, cuarenta y cinco millones de dólares. Ya contabiliza beneficios superiores a los tres billones . Los bonos anuales para algunos de sus mil agentes de ventas superan los doscientos mil dólares. El secreto consiste en promocionar dosis mayores en sus interacciones con los médicos a quienes se les afirmaba que el efecto de la droga duraba doce horas en vez de ocho horas y que su uso era seguro.
La otra arma ponderada fue la publicidad con inversiones que pasan de los quinientos millones de dólares. En un principio se utilizaba para enfrentar los dolores provenientes del cancer y luego se extendió a cualquier dolor fuerte. Es el analgésico por excelencia.
El daño colateral ha sido inmenso. Los opioides han superado las ventas y las muertes. Para algunos se trata de una epidemia y el congreso investiga. La teoría mediante la cual los médicos no podían dejar sufriendo de dolor a sus pacientes hizo carrera y son frecuentes las demandas por ese concepto.
Mientras tanto America Latina sigue luchando para cambiar la política prohibicionista basada en la represión de la producción y de interdicción al tráfico y a la distribución, así como la criminalización del consumo. Esa política fracasó y la producción y el consumo, aumentaron. America Latina pone los muertos y sufre la corrupción. Es urgente la regulación de todas las drogas, incluida la cocaína, para desarticular el narcotráfico. El expresidente mexicano, Ernesto Zedillo, considera que la llegada de Gustavo Petro abre la posibilidad de que Colombia suprima las políticas equivocadas en materia de lucha contra las drogas y que asiente las bases de una regulación legal. “La única esperanza que tenemos en este momento es Colombia” .
El tráfico negro de OxyContin se ha disparado con la disculpa de .que es menos peligroso que los otros opioides callejeros . Es difícil saber cuanto pueden costar las cuarenta pepas que mi amigo botó a la basura; lo que es evidente es que estamos jodidos. El mundo está consumiendo OxyContin legal ó a escondidas.
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