Las deportaciones indiscriminadas lastran el apoyo de los evangélicos a Trump
Los pastores latinos denuncian el acoso a sus fieles. “Algunos de mis pastores celebran servicios con las puertas cerradas porque tienen miedo de que los agentes de inmigración irrumpan por la puerta en cualquier momento”, señala un obispo
![Migrantes deportados desde El Paso](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/W5BZO4PWG5FMPLRTCL7PMAKDG4.jpg?auth=2e7055ee54e8e51dc805ffe0f43824d4f40e2e82a9c979f95c263319be46ed56&width=414)
La campaña de deportaciones masivas de la Administración Trump está haciendo mella en uno de los pilares de su victoria en las elecciones pasadas: los evangélicos. Las redadas que los temidos agentes del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) han llevado a cabo en las últimas semanas, ignorando la promesa de detener solo a los delincuentes, y la intromisión en los lugares de culto, vetados durante años para los arrestos, están haciendo que muchos fieles evangélicos se arrepientan del apoyo dado al republicano.
“Cuando empiezas a darte cuenta de que los mensajes de la Administración, de que solo se iban a aprehender a delincuentes, no coincide con la realidad actual, donde la mayoría de las personas detenidas no son delincuentes, se produce cierta regresión. Que esté pasando en la iglesia y en tu propia familia lleva a los arrepentimientos”, afirma Lloyd Barba, profesor de Religión de la Universidad Amherst, en Massachusetts.
El giro corresponde sobre todo a los latinos, foco de las detenciones y tradicionalmente diferenciados del resto de los evangélicos por tener una postura menos conservadora en materia migratoria. En las elecciones pasadas, ocho de cada diez evangélicos blancos dieron su voto al republicano, un apoyo que entre los latinos evangélicos fue menor, algo más del 50%. Este grupo de fieles es el que más ha crecido en los últimos años y un 15% de los latinos (unos nueve millones) se confiesa evangélico.
El estatus socioeconómico de los evangélicos es muy variado. Desde el multimillonario Joel Osteen, el pastor que se mueve en jets privados para dar conferencias donde ensalza la riqueza, hasta los más humildes de la Asamblea de Dios, nutrida con migrantes latinoamericanos.
En las últimas décadas, los evangélicos han evolucionado políticamente hacia la derecha y su visión conservadora en los temas cruciales, como una firme oposición al aborto, la defensa de la que llaman “familia tradicional” (contrarios a la comunidad LGTBQ) y el apoyo al Estado de Israel, es común entre ellos. El asunto de la inmigración, sin embargo, crea discrepancias con los latinos, que ahora le han visto las orejas al lobo.
![Chicago, Illinois](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/36CYMRSJ2JBLJLNUPHKGEJJAT4.jpg?auth=9bf946528641de676b60dbb70a565856e16975e8f535754459b84cec570dfc4e&width=414)
Pastores y líderes de las iglesias evangélicas se apresuran contrarreloj para apoyar a sus fieles —entre los que se encuentran muchos indocumentados—, influir en las autoridades y difundir manuales de actuación entre sus comunidades, temerosas de que los agentes de inmigración les separen de sus familias y les coloquen en un avión de vuelta a los países de los que huyeron.
“Nosotros estamos de acuerdo en que se debe procesar a los inmigrantes violentos, pero la mayoría de los inmigrantes en este país no son violentos, están trabajando, tienen sus hijos en la escuela, son dueños de pequeñas empresas, van a nuestras iglesias. Los hechos no se alinean con las prioridades que Trump ha definido. Estas acciones indiscriminadas van mucho más allá del enfoque en criminales violentos”, critica el reverendo Gabriel Salguero, presidente de la Coalición Nacional de Latinos Evangélicos, (NALEC, por sus siglas en inglés).
Salguero se define como independiente políticamente y asegura que su postura no es partidista, ya que también se opuso a las deportaciones que llevó a cabo Barack Obama durante su mandato. Pero la alarma general que han causado las detenciones masivas en la comunidad latina y la separación de familias está volviendo a los latinos contra el republicano. “El tiempo dirá, pero sí he recibido varias llamadas de personas que me han dicho: ‘estoy considerando como yo voté’”, afirma con relación a quienes dieron su apoyo a Trump en noviembre.
Salguero, que es pastor de la iglesia The Gathering Place, de mayoría latina en Orlando, Florida, acudió este mes a Washington para participar en el Desayuno Nacional de Oración, al que asistió el presidente Trump. Junto con otros líderes evangélicos, se entrevistó con los congresistas para pedir un acuerdo bipartito de reforma migratoria, pero reconoce que las posturas de los legisladores no dan lugar al optimismo, por lo que solo queda, por ahora, luchar contra esta cruzada antiinmigrante.
Su organización, que engloba a varios miles de iglesias latinas evangélicas, ha difundido un manual en el que se ofrecen consejos de cómo actuar ante los agentes de inmigración. Además de asesorar a sus miembros sobre sus derechos, el documento recoge indicaciones para estar preparados en caso de una redada. Por ejemplo, aconseja elegir un portavoz y especifica cómo se puede dirigir a los agentes de ICE: “Buenas tardes, oficiales. Entiendo que están aquí por una razón, y respetuosamente les pido que me proporcionen su orden judicial o expliquen la naturaleza de su visita. También me gustaría informarles que somos un lugar de culto y estamos ejerciendo nuestro ministerio”.
![Maiquetia, Venezuela](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AWNWGUL57JGIVANVXQ6DYHDUNU.jpg?auth=122982b161799d910e208521024a270803247db9884e1a9072299c39ce4e7c08&width=414)
Pastores indocumentados
Además de los fieles, hay migrantes indocumentados entre los mismos pastores. El obispo Ebli De La Rosa, quien supervisa las congregaciones de la Iglesia de Dios de la Profecía en nueve Estados del sureste de Estados Unidos, ha señalado que 32 de los 70 pastores que se encuentran sin estatus legal en algunas de las comunidades más vulnerables de la región están en peligro, según recoge la agencia AP. De La Rosa ha ordenado a estas congregaciones que preparen a tres laicos para asumir el mando en caso de que su líder sea deportado. También les ha dicho que transmitan en vivo todos los servicios y que “sigan grabando incluso si sucede algo”.
“Algunos de mis pastores celebran servicios con las puertas cerradas porque tienen miedo de que los agentes de inmigración irrumpan por la puerta en cualquier momento”, dijo. “Me siento tan mal y tan impotente que no puedo hacer nada más por ellos”.
Pero no solo los latinos están preocupados por la situación que se ha generado con las operaciones antiinmigrantes. Incluso quienes apoyan las políticas de Trump muestran su desconcierto con la política xenófoba y racista de la nueva Administración.
“El presidente Trump ha articulado una agenda ambiciosa. Apreciamos los pasos que está tomando para restaurar la protección de la conciencia, defender los derechos de los padres a guiar la crianza de sus hijos y retirar las controvertidas políticas de identidad de género”, afirmó Walter Kim, presidente de la Asociación Nacional de Evangélicos (NAE), en un comunicado, para luego añadir: “Es desgarrador saber que a refugiados que lo han perdido todo, que han pasado por un extenso proceso de selección e incluso han comprado boletos para viajar a Estados Unidos, ahora les dicen que no son bienvenidos aquí”.
La retirada de las directrices que protegían los lugares considerados “sensibles” ha causado pánico entre la comunidad migrante, y muchos están dejando de asistir a la iglesia, a la escuela y a los hospitales. “Lamentamos la existencia continua del racismo y la injusticia racial dentro de la Iglesia y en la sociedad”, denunció Kim.
Trump ha cancelado los programas para refugiados, frustrando los planes de miles de extranjeros para pedir asilo en Estados Unidos. Sin embargo, otras medidas recientemente aprobadas por su Gobierno son contraproducentes para controlar la inmigración.
Salguero critica que la decisión del Gobierno de eliminar la ayuda humanitaria, un proyecto impulsado por el superpoderoso Elon Musk, que quiere cerrar la agencia USAID, perjudicará a los latinos y estimulará la migración. “Al suspender la ayuda foránea, estás contribuyendo a los factores sociológicos que llevan a la gente a emigrar. Parte de esa ayuda es lo que permite a la gente quedarse en su país”, manifiesta.
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