Un juez de Nueva York desestima los cargos de terrorismo contra Luigi Mangione por el asesinato del CEO de UnitedHealthcare
El procesado aún enfrenta otro cargo estatal por homicidio, que en el Estado conlleva una posible condena de 15 años a cadena perpetua. También afronta acusaciones en un tribunal federal, por las cuales podría recibir la pena de muerte

Un juez de Nueva York desestimó este martes los cargos de terrorismo contra Luigi Mangione en el caso del asesinato de Brian Thompson, el CEO de la aseguradora sanitaria UnitedHealthcare, la principal del país, en diciembre pasado. El magistrado Gregory Carro decidió mantener los cargos estatales de asesinato en segundo grado contra el joven de 27 años acusado de uno de los homicidios más mediáticos del último año, en el que la violencia política se ha expandido por Estados Unidos.
El juez Carro señaló en su decisión que consideró “jurídicamente insuficientes” las pruebas que aportó la fiscalía para sustentar los cargos de terrorismo. Para tal acusación, la ley de Nueva York exige que los fiscales demuestren que la persona intentó intimidar a una población civil o influir en la política o la actuación del gobierno. En este caso, dijo el magistrado, el Estado no logró probar ninguno de los dos escenarios.
“Si bien el acusado expresaba claramente animadversión hacia [UnitedHealthcare] y, en general, hacia la industria de la salud, de ello no se desprende que su objetivo fuera ‘intimidar y coaccionar a una población civil’; de hecho, no se presentó ninguna prueba de tal propósito”, escribió el juez. Tras la audiencia de este martes, los fiscales emitieron un comunicado en el que afirmaron: “Respetamos la decisión del tribunal y procederemos con los otros nueve cargos restantes”.
Entre los cargos estatales desestimados este martes se encontraba también uno por asesinato en primer grado que podría haber llevado a Mangione a pasar el resto de su vida en prisión. No obstarte, en Nueva York aún enfrenta un cargo por asesinato en segundo grado, que en el Estado conlleva una posible condena de 15 años a cadena perpetua, con la posibilidad de libertad condicional después de 25 años, si resulta declarado culpable. Además del juicio en Manhattan, Mangione también confronta acusaciones en un tribunal federal, incluyendo una por la cual los fiscales han dicho que planean solicitar la pena de muerte, y en Pensilvania, donde fue detenido. El joven, por su parte, se ha declarado inocente de todos los cargos que se le imputan.
Mangione está acusado de asesinar de un disparo en el pecho a Thompson, de 50 años, el pasado 4 de diciembre mientras el consejero delegado de UnitedHealthcare se dirigía a la conferencia anual de inversores de la compañía en Manhattan. Aquella mañana, se supo que un pistolero enmascarado había asesinado al ejecutivo en plena luz del día y se había dado a la fuga en el centro de la ciudad más poblada del país.
En el lugar del crimen se encontraron casquillos de balas con palabras como “denegar, defender y deponer”, imitando una frase comúnmente usada para describir cómo las aseguradoras evitan pagar reclamaciones. Lo que siguió fue una búsqueda que se prolongó varios días y que captó la atención nacional mientras la ciudadanía debatía sobre el asesinato y expresaba su frustración con el sistema de salud en Estados Unidos, donde la sanidad es privada, y el lucrativo negocio de los seguros de salud.
Mangione fue capturado en el Estado de Pensilvania el 9 de diciembre y extraditado a Nueva York. Una vez se dio a conocer su identidad —y, posiblemente igual de importante, su rostro—, el escrutinio en torno al caso se intensificó. La opinión pública se tornó sobre cómo un chico guapo de buena familia, que estudió en una de las mejores universidades del país, pudo haber cometido el crimen. A la vez, muchos mostraban comprensión hacia Mangione, quien padecía de problemas de dolor de espalda, por sentirse agravados por el sistema de salud.
Desde que arrancó el caso en Nueva York en febrero pasado, las apariciones de Mangione en la corte han atraído a cientos de simpatizantes. Su defensa incluso ha creado una página web para proporcionar información sobre su caso, y el joven ha recibido cientos de cartas en la cárcel federal de Brooklyn donde se encuentra recluido. Por ahora, el juez Carro no ha fijado una fecha para el juicio estatal, pero su base de fans en la Gran Manzana y el resto del país continúa reclamando su liberación. Este martes, a las afueras del juzgado de Manhattan, un grupo de ellos vitorearon y aplaudieron al saber que se le retiraban los cargos por terrorismo.
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