El metro de Nueva York dejará de vender MetroCards a finales del año después de más de tres décadas en uso
Los usuarios podrán seguir pagando con sus tarjetas hasta 2026, cuando el sistema actual pasará a ser reemplazado por el de ‘tap-and-go’ OMNY


Es el fin de una era en el metro de Nueva York. La tarjeta amarilla para pagar y acceder al suburbano de la ciudad, la MetroCard, dejará de venderse a finales de este año, después de más de tres décadas en uso. La que durante años ha sido un símbolo de la Gran Manzana —no hay un rincón de la ciudad que no tenga al menos una tirada en el suelo, como tampoco hay un neoyorquino que no tenga un par de ellas en su billetera— pasará a ser sustituida por el sistema de pago sin contacto tap-and-go, el OMNY.
La Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA, por sus siglas inglesas), que supervisa los sistemas de metro y autobús de la ciudad, anunció el miércoles que dejará de vender las MetroCards en las estaciones el 31 de diciembre y en otoño en establecimientos minoristas, como farmacias y bodegas. “Después de 32 años, es hora de decir adiós a la MetroCard y apostar por el sistema de pago del futuro”, dijo el presidente y consejero delegado de la MTA, Janno Lieber, al anunciar el cambio.
El anuncio marca el último paso en la conversión de la MTA hacia el cobro de todas las tarifas de metro y autobús a través de OMNY. En lugar de pasar las MetroCards en los torniquetes del metro o en los autobuses, los usuarios utilizarán exclusivamente el nuevo sistema tap-and-go, que se comenzó a introducir en 2019. Este permite que los clientes paguen con el monedero digital de sus celulares o relojes inteligentes, con una tarjeta de crédito o débito sin contacto o con una tarjeta física OMNY de la MTA.
Actualmente, la mayoría de los usuarios de metro y autobús utilizan sus tarjetas de crédito o móviles para pagar sus tarifas con OMNY. Pero la MTA planea desplegar máquinas expendedoras que permitan a los viajeros comprar y recargar tarjetas OMNY de plástico en las 472 estaciones de metro para el otoño. La Autoridad calcula que poner fin a las ventas de MetroCard ahorrará al menos 20 millones de dólares anuales en costes relacionados con la producción y distribución de tarjetas; reparaciones de máquinas expendedoras; y recogida y manejo de efectivo.

“Tap-and-go —que ya es la elección del 65% de nuestros usuarios— no solo es más fácil y más cómodo de usar, sino que también abre la puerta a nuevos descuentos y promociones que devolverán dinero a los bolsillos de los usuarios”, añadió Lieber.
Los usuarios que utilizan el mismo smartphone o tarjeta de crédito para pagar sus viajes con OMNY no pagan más de 34 dólares cada siete días gracias a un programa de la MTA. Cuando alcanzan esa cifra, reciben automáticamente viajes gratuitos e ilimitados para el resto de la semana. El límite de tarifa se alcanza casi un millón de veces al mes y proporciona a los clientes más de ocho millones de dólares en viajes gratuitos cada mes, según la MTA.
La MTA también ofrece abonos de transporte ilimitados para siete o 30 días, pero solo a través de la MetroCard. No está claro si esos pases desaparecerían junto con la tarjeta amarilla. Sin embargo, la MTA argumenta que las MetroCards ilimitadas de 30 días en realidad cuestan dinero a los usuarios: “Al cambiar al sistema tap-and-go, los clientes no tienen que pagar por adelantado varios viajes para recibir un descuento y perder lo que no gasten”, afirmaron en un comunicado.
Está previsto que la MTA apruebe una subida de tarifas a finales de este año, que elevaría los precios del metro y los autobuses a 3 dólares, después de subirlos de 2,75 a 2,90 dólares en 2023. Si se materializa, el aumento probablemente enfurecerá a los neoyorquinos que ya se sienten frustrados por tener que pagar 2,90 dólares —en una ciudad cada vez más inasequible— por una red poco fiable e insegura, la cual el alcalde de la ciudad, Eric Adams, ha militarizado con el fin de frenar los tiroteos y otros sucesos que se han registrado en los últimos años.
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