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Migrantes obtienen su ciudadanía a tiempo para las elecciones: el gobierno de Estados Unidos acelera los procesos de naturalización

Unos 3,3 millones de inmigrantes se han convertido en ciudadanos en lo que va del mandato de Biden y el ritmo de los últimos meses es similar al de 2014

Un grupo de personas presta el juramento de lealtad a la naturalización de Estados Unidos para convertirse en ciudadanos.
Un grupo de personas presta el juramento de lealtad a la naturalización de Estados Unidos para convertirse en ciudadanos.RichLegg (Getty Images)

En la mañana del 16 de agosto Patricia Baró se puso el vestido rojo que había comprado con esmero, los zapatos de tacón alto y negro, y un blazer del mismo color. Conserva una foto de ese día en las oficinas del Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) en Las Vegas, donde aparece emocionada junto a un cartel en el que se lee: Today, I am an American (Hoy, yo soy americana). Dice que era un sueño, desde que salió de Cuba, atravesó el Darién y se asentó en Nevada. Llevaba ocho años en el país con residencia, desde que se acogió a la Ley de Ajuste Cubano. Baró enumera muchas razones por las que quería convertirse en ciudadana de los Estados Unidos ahora y no después. Una es casi predecible: faltan poco más de tres meses para las elecciones de noviembre.

“Lo más importante es que quiero votar en estas elecciones”, asegura Baró, de 40 años. Tiene además otros motivos por los que en mayo envió su solicitud a USCIS para comenzar el proceso de ciudadanía: es madre de una hija de 15 años que se beneficiará automáticamente con su naturalización; no tendrá que someterse al trámite de renovación de su tarjeta verde; y podrá reclamar a sus padres, que permanecen solos en Cuba.

Baró también trabaja como preparadora de documentos de migración y ha notado la rapidez con la cual se están realizando los trámites para acceder a la ciudadanía, un estatus que ha beneficiado a 7.7 millones de personas en la última década, según datos de USCIS. En el año fiscal 2023, la agencia federal registró a 878.500 nuevos ciudadanos.

“El proceso fue rapidísimo”, asegura Baró. “Yo apliqué el 20 de mayo, el 15 de julio hice la entrevista y el 16 de agosto hice el juramento de la ciudadanía. En cuatro meses ya tenía todo. Antes, las citas las podían dar hasta para dentro de nueve meses, ahora es mucho más rápido”.

La siguiente es una verdad en la que muchos concuerdan: los años electorales suelen estar marcados por la aceleración de estos procesos. No obstante, según los investigadores, no hay evidencias que demuestren que la tendencia en el voto esté directamente relacionada con la rapidez de los trámites de la ciudadanía.

Patricia Baró posa con su certificado de ciudadanía.
Patricia Baró posa con su certificado de ciudadanía. CORTESÍA

“En un año electoral muchos piensan, particularmente en el partido Republicano, que existe un interés político en facilitar el acceso a la ciudadanía, ya que los nuevos ciudadanos son potenciales votantes”, dijo a EL PAÍS el Dr. Eduardo Gamarra, profesor titular de Ciencias Políticas en el Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de Florida (FIU). “Este esfuerzo podría estar motivado por la expectativa de que los nuevos ciudadanos tiendan a apoyar a determinados candidatos o partidos, específicamente al partido Demócrata. Según ese punto de vista, la aceleración de estos procesos puede ser determinante para las elecciones de noviembre si resulta en un aumento significativo de votantes en estados clave. Pero no existe evidencia alguna de que esto sea así y más bien es parte de la retórica que hemos venido escuchando de parte de candidatos republicanos”.

La naturalización, un tema esencial en la agenda de Joe Biden

A inicios de 2022, la Casa Blanca dejó establecido en un comunicado el curso o intención de la política de Administración Biden frente a la migración, un asunto al que prestó particular atención tras cuatro años de ser el tema más vilipendiado en la mesa de Donald Trump. Desde sus primeros días como presidente, Biden presentó su ley de reforma migratoria, y se propuso, entre otras cosas, modernizar el sistema de inmigración. Según la Casa Blanca, se enfocaría en promover la naturalización con La Ley de Ciudadanía de los Estados Unidos, que aliviaría el camino hacia la residencia permanente y posterior ciudadanía a casi 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país.

“El presidente Biden se compromete a hacer que el proceso de naturalización sea más accesible para los no-ciudadanos elegibles, ordenando al Fiscal General, al Secretario de Seguridad Nacional y al Secretario de Estado que mejoren el proceso de naturalización, identifiquen y eliminen las barreras para la naturalización, y reduzcan los retrasos en las solicitudes de naturalización”, dice el comunicado.

En el año fiscal 2022, USCIS destinó casi $60 millones en subvenciones a 66 organizaciones que preparan, apoyan e informan a inmigrantes sobre estos procesos. De acuerdo con los datos oficiales, en los años fiscales 2022 y 2023 las personas que se beneficiaron con la naturalización representaron casi una cuarta parte (24%) de todas las de la última década.

Para que una persona sea elegible a la naturalización, debe haber sido residente permanente legal en el país durante al menos cinco años, o haber estado casado con un ciudadano estadounidense durante al menos 3 años. Ante las autoridades deberán ser capaces de leer, escribir y hablar en inglés, además de tener conocimientos de educación cívica e historia de Estados Unidos. Este, según Patricia Baró, es uno de los requisitos que más impide a los latinos presentarse a los exámenes de naturalización.

“En mi trabajo he notado que muchos inmigrantes no se hacen ciudadanos por el tema del idioma y el miedo al examen”, sostiene. “Tengo clientes que llevan acá 12 años y no han querido aplicar porque les tienen miedo al examen, les tienen miedo al oficial de inmigracion en el proceso de entrevista. Yo también me puse nerviosa y se lo dije al oficial”.

Los datos de USCIS muestran que en el año fiscal 2023 sus oficinas procesaron el mayor número de naturalizaciones en Houston (4.1%), Chicago (3.7%) Newark (3.4%) y San Francisco (2.9%). Entre los cinco países de donde más personas recibieron la ciudadanía en este período fueron México, con el 12.7% de todas las naturalizaciones, seguido de India (6.7%), Filipinas (5.1%), República Dominicana (4.0%) y Cuba (3.8%). Asimismo, las cinco ciudades desde donde más personas devinieron ciudadanos fueron Brooklyn, Miami, Houston, el Bronx y Los Ángeles. Las mujeres lideran las listas, siendo más del 55% las naturalizadas en el año fiscal 2023.

Votar por primera vez

En los últimos meses Biden ha dictado otras políticas relacionados con la inmigración, como el reciente programa Parole in Place, con el que pretende “mantener a las familias unidas” y que beneficiará a más de medio millón de personas que permanecen de manera ilegal en el país. También ha arreciado su control en la frontera sur. Como otro recurso, el gobierno federal está procesando las solicitudes de ciudadanía a un ritmo más rápido. Según USCIS, en el año fiscal 2023 sus niveles de producción para las solicitudes de naturalización superaron los niveles anteriores a la pandemia. Un reciente artículo de The New York Times también asegura que “la velocidad de tramitación de las solicitudes está ahora al mismo nivel que en 2013 y 2014″ y que unos 3,3 millones de inmigrantes se han convertido en ciudadanos en lo que va del mandato de Biden.

Yero Basart, quien tiene legalmente ese nombre —antes se llamaba Yerandy— desde que hace unos meses se hiciera ciudadano de los Estados Unidos, también dice que su proceso fue muy rápido. Tras permanecer ocho años en el país, en noviembre de 2023 envió su solicitud a USCIS y al siguiente mes ya estaba recibiendo una notificación para presentarse al examen. “En cuestión de semanas tenía las cartas para seguir con el proceso, fue una cosa bien rápida”.

Yero Basart después de convertirse en ciudadano estadounidense.
Yero Basart después de convertirse en ciudadano estadounidense.CORTESÍA

La ceremonia, celebrada en el edificio de la corte de Miami-Dade y que estuvo acompañada con pastelitos de queso y guayaba, fue de los momentos más emocionantes de su vida. “Fue como volver a nacer. Yo ansiaba mucho ser ciudadano americano. Es sentir que tienes un país que responde por tí, del cual soy parte, ya no me tengo que ir de ningún lado”, dice. “También es importante para mí votar en noviembre. Voy a votar por primera vez en mi vida, en la que tal vez sea la votación más importante en la historia de la humanidad. Uno debe gozar de ese privilegio”.

Según el Dr. Gamarra, es cierto que aunque muchos inmigrantes obtienen la ciudadanía con la intención de ejercer su derecho al voto, no todos se registran o participan en las elecciones. “Más bien lo que hemos encontrado es que particularmente entre los votantes hispanos, la tasa de participación electoral es muy baja, menos del 50% como promedio. Esto puede deberse a varios factores, como la falta de información sobre el proceso de registro, desconfianza en el sistema electoral, barreras idiomáticas, una percepción de que su voto no tendrá un impacto significativo, o que el voto no es obligatorio”, dice. “Además, en algunas comunidades existe un sentimiento de desarraigo o falta de conexión con los temas locales, lo que reduce la motivación para participar. Hay excepciones, por supuesto. Pero en líneas generales y en todos nuestros estudios hemos encontrado que obtener la ciudadanía no es garantía alguna de que los ciudadanos nuevos votarán en las próximas elecciones”.

El investigador también hace hincapié en que estos procesos de naturalizaciones tampoco son un fenómeno “masivo”, y que muchos de los votantes no son tan manipulables. “La realidad es que los nuevos ciudadanos tienen como promedio alrededor de 10 años de vida en el país. Entonces no es que sean tan susceptibles a la manipulación electoral como se supone. Y de los que obtienen la nacionalidad, la gran mayoría ingresó al país de manera “legal”. Una persona indocumentada tiene una posibilidad mínima de regularizar su situación y cuando lo logra han pasado muchísimos años de por medio”.

El Dr. Gamarra insiste que no se trata de que el partido Demócrata esté “impulsando la nacionalización masiva de gente que cruza la frontera”, en un contexto en que tanto se ha criminalizado la emigración y que es esencial en la agenda de los candidatos a las próximas elecciones. “La realidad es que de los que están cruzando la frontera hoy, una minoría logrará la ciudadanía y no hasta dentro de por lo menos una década, suponiendo que tengan buen asesoramiento legal”, sostiene.

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