Elon Musk readmite en su red social al teórico de la conspiración Alex Jones, condenado por sus bulos
El magnate había prometido dejarle al margen, pero ahora reactiva su cuenta justo en vísperas del aniversario de la matanza de Sandy Hook
El magnate Elon Musk ha decidido reactivar este domingo la cuenta del teórico de la conspiración Alex Jones en su red social. Twitter la suspendió en 2018 tras sus insistentes bulos y desinformación, que le han supuesto multimillonarias condenas por difamación. Musk se comprometió inicialmente a mantenerle al margen, pero finalmente ha decidido readmitirle. Jones ha tuiteado este domingo anunciando una entrevista de dos horas a Elon Musk en X, el nuevo nombre de la red en la que el propagador de bulos cue...
El magnate Elon Musk ha decidido reactivar este domingo la cuenta del teórico de la conspiración Alex Jones en su red social. Twitter la suspendió en 2018 tras sus insistentes bulos y desinformación, que le han supuesto multimillonarias condenas por difamación. Musk se comprometió inicialmente a mantenerle al margen, pero finalmente ha decidido readmitirle. Jones ha tuiteado este domingo anunciando una entrevista de dos horas a Elon Musk en X, el nuevo nombre de la red en la que el propagador de bulos cuenta con 1,2 millones de seguidores.
Twitter decidió una suspensión permanente de la cuenta de Jones en 2018 por violar la “política de comportamiento abusivo” de la compañía. La decisión se produjo tras una demanda por difamación contra Jones por difundir el bulo de que el tiroteo de 2012 en la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, (Connecticut), la tragedia que costó la vida a 20 niños y seis educadores, fue un engaño.
Jones sostenía falsamente una y otra vez que el tiroteo nunca ocurrió realmente, sino que fue una teatralización para lograr una regulación de las armas más estricta. El fundador de Infowars, que ha difundido otras teorías de la conspiración, fue condenado a pagar indemnizaciones multimillonarias a los padres de las víctimas, que sufrieron casos de amenazas y acoso de quienes creían que eran unos farsantes, haciendo caso a Jones. Fue sentenciado a pagar cerca de 1.500 millones de dólares. Jones ha recurrido las sentencias, alegando que no tuvo un juicio justo y que su discurso estaba protegido por la Primera Enmienda, que consagra la libertad de expresión. La decisión de Musk de reincorporar a Jones se produce justo en la semana del aniversario del tiroteo.
El multimillonario ya había dado a entender que planeaba su readmisión el jueves, cuando anunció una votación con la que envolver su decisión. “Dado que esta plataforma aspira a ser la plaza del pueblo global, las prohibiciones permanentes deberían ser extremadamente raras”, escribió, dando a entender que si propagaba de nuevo bulos, los propios usuarios se encargarían de corregirle. Un 70% de la mínima parte de usuarios de X que han votado se han manifestado a favor de reactivar la cuenta de Alex Jones.
Los anunciantes han huido de Twitter por temor a que sus anuncios aparezcan al lado de mensajes de odio o de desinformación, una vez que Musk ha suprimido las políticas de moderación de contenido que les ponían coto. El propio Musk ha propagado bulos y teorías de la conspiración. Difundió una noticia falsa sobre la agresión a Paul Pelosi, el marido de Nancy Pelosi.
Más recientemente desató la indignación con sus propios tuits al contestar a un mensaje de un usuario que acusaba a los judíos de odiar a los blancos y profesar indiferencia ante el antisemitismo. El mensaje suscribía la teoría conspiranoica del reemplazo, según la cual los judíos están apoyando a “hordas de minorías” que están “inundando” el país para reemplazar a los blancos. Esa teoría de la conspiración fue la misma que motivó el mortal tiroteo en la sinagoga del Árbol de la Vida en 2018. “Has dicho la pura verdad”, tuiteó Musk.
Hace dos semanas, en una conferencia en Nueva York se disculpó por si ese mensaje había alentado el antisemitismo: “Lo siento mucho”, dijo. “En retrospectiva, no debería haber respondido a ese mensaje en particular”, añadió. Pero en ese mismo acto se encaró con los anunciantes que habían decidido huir de los contenidos tóxicos de su red social. “¿Alguien va a intentar chantajearme con publicidad? ¿Chantajearme con dinero? ¡Que os den por culo! ¡Que-os-den-por-culo! ¿Está claro?”, dijo. Entre las empresas que han cancelado o suspendido recientemente la publicidad en la red social están IBM, Apple, Disney, Sony, Warner, Paramount y Lionsgate.
Tras comprar Twitter el año pasado, Musk dijo que iba a conceder una “amnistía” a las cuentas suspendidas. Reincorporó primero a la humorista Kathie Griffin, el escritor Jordan Peterson y la publicación satírica conservadora The Babylon Bee. Luego, tras otra votación, al expresidente Donald Trump; a Ye, el rapero antes conocido como Kanye West, tras dos suspensiones por publicaciones antisemitas el año pasado; y a la congresista Marjorie Taylor Greene, que fue expulsada de la red social por violar sus políticas de desinformación referentes a la covid.
Tomó esas decisiones personalmente a pesar de que antes, para tranquilizar a los anunciantes, había dicho que esperaría a la opinión de un consejo asesor antes de tomar ninguna decisión relevante sobre cambios en la política de moderación de contenidos. “Antes de que se reúna el consejo, no se tomarán decisiones importantes sobre los contenidos ni se restablecerán las cuentas”, dijo. Luego, cambió de opinión.
En cambio, en contra de su autoproclamado absolutismo de la libertad de expresión, no solo se pliega a las exigencias censoras de Gobiernos autoritarios, sino que también ha decidido silenciar a voces críticas o molestas. Ha suspendido, por ejemplo, la cuenta del desarrollador de software Travis Brown, una cuenta de seguimiento de su avión privado, o la de Aaron Greenspan, fundador de la base de datos de registros públicos y jurídicos PlainSite, crítico de Musk y Tesla.
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