Veinte ámbitos cotidianos donde ya impacta la inteligencia artificial
El empleo, la educación, la salud o las compras son algunos de los múltiples aspectos de la vida común dominados por la proliferación de las aplicaciones de IA
La inteligencia artificial (IA), la capacidad de las máquinas para imitar el razonamiento humano en la toma de decisiones, está presente en todos los ámbitos, desde los más cotidianos hasta los procesos industriales y científicos. Estas son las 20 áreas donde más impactan ya:
Empleo. Es uno de los aspectos que más preocupa. Un informe de MaKinsey Global Institute calcula que el 60% de las ocupaciones podrían automatizarse en est...
La inteligencia artificial (IA), la capacidad de las máquinas para imitar el razonamiento humano en la toma de decisiones, está presente en todos los ámbitos, desde los más cotidianos hasta los procesos industriales y científicos. Estas son las 20 áreas donde más impactan ya:
Empleo. Es uno de los aspectos que más preocupa. Un informe de MaKinsey Global Institute calcula que el 60% de las ocupaciones podrían automatizarse en esta década. La OCDE y la consultora Goldman Sachs calculan una destrucción de puestos de trabajo de entre el 14% y el 35%. Por el contrario, un informe del Foro Económico Mundial estima que la IA podría crear hasta 133 millones de puestos de trabajo en todo el mundo en los próximos 15 años. De esta forma, la IA tendrá un impacto mixto en el empleo: destruirá puestos que requieren tareas repetitivas y rutinarias y creará nuevos vinculados a las aplicaciones de la IA, lo que exigirá formación y adaptación de los empleados al nuevo entorno.
Gestión empresarial: En el mismo campo laboral y económico, la inteligencia artificial permite gestionar una cadena de suministros de forma autónoma, optimizar la toma de decisiones, ejecutar la contabilidad e incluso controlar las fases de producción. Los grandes fabricantes de vehículos y supermercados, por ejemplo, fueron pioneros en su desarrollo. Hazem Nabih, director de tecnología en Microsoft, asegura que “la productividad de cualquier empresa aumenta entre un 30% y un 50%” con la nueva tecnología. La secretaria general de CCOO de Andalucía, Nuria López Marín, reclama que “los mayores beneficios se traduzcan en mejoras para los trabajadores” y que los robots tributen por los empleos que ocupan y destruyen.
Información y desinformación. Aplicaciones como Inmagine pueden crear cualquier tipo de contenido a bajo coste. Vídeos, páginas webs, mensajes en redes o comunicados a raíz de los datos que se le aporten. Esto permite agilizar la difusión, pero también crear información falsa y verosímil, un resultado conocido como deepfakes que amenaza la democracia, se usa como arma de guerra o ataca a la intimidad de las personas. Ha sido el caso de la detención en Almendralejo, a finales de septiembre, de una veintena de menores por recrear con inteligencia artificial desnudos de compañeras de instituto. Más del 90% de los vídeos falsos hiperrealistas, que se duplican cada seis meses, son pornografía no consentida.
Salud: Es uno de los campos más prometedores. La IA facilita el diagnóstico médico a través del análisis de imágenes o datos, permite el desarrollo de nuevos tratamientos o la personalización de estos en función de las condiciones del paciente. “La convergencia de la IA y la medicina de precisión ofrece un enfoque personalizado que tiene en cuenta factores genéticos, biológicos y ambientales de cada paciente. Esto permite identificar patrones y necesidades de atención médica únicas. El sistema de IA genera ideas, razona y aprende para ayudar en la toma de decisiones del médico”, afirma Albert Alsina, director de la firma suiza de ingeniería de software ERNI Consulting.
Educación. ChatGPT o Bard se han convertido en herramientas habituales de los estudiantes para la elaboración de trabajos. Pero también pueden facilitar la docencia. La Unesco percibe la IA como “una herramienta de enorme potencial con riesgos y desafíos”. “Si bien puede proporcionar respuestas rápidas y fáciles a las preguntas, no desarrolla habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas, que son esenciales para el éxito académico y en la vida”, explica Jenna Lyle, del Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York.
Entretenimiento y creación de contenidos. Ya no es que seleccione producciones cinematográficas a partir de las preferencias del usuario, sino que la inteligencia artificial es capaz de crear películas, música y videojuegos. “Hay un gran debate con lo que son los derechos de autor porque los sistemas de IA generativa se alimentan libremente de todo lo que circula en la red”, advierte Cecilia Danesi, experta en regulación digital. La sustitución de guionistas y actores por creaciones de la inteligencia artificial ha sido uno de los ejes de la huelga de Hollywood finalizada el 9 de noviembre tras 118 días de paro. Nuevas normas regularán el uso de la inteligencia artificial en el cine.
Reconocimiento de voz, texto e imagen: Desde los robots de diálogo inteligentes (chatbots) hasta los programas más habituales, como Word, permiten identificar las diferentes voces y acentos, los textos y las imágenes para aportar respuestas, reproducciones o traducciones. La usan, por ejemplo, las aplicaciones Bard, ChatGPT o Google Lens. También se utiliza en reconocimiento de matrículas y tiques o en dictados y traducción automática. Su facilidad de uso y accesibilidad es una de las principales amenazas. La firma de seguridad Kaspersky ha probado MyAI, el chatbot de la aplicación Snapchat que lo pueden usar niños de hasta 13 años sin consentimiento paterno. Los expertos de la empresa de ciberseguridad llegaron a la conclusión de que se pueden obtener respuestas de tipo sexual sin necesidad de verificar la edad. “Existe una clara necesidad de proteger a los niños. Los padres deben entender que prohibir no es la mejor opción. Siempre hay algo en Internet a lo que van a estar expuestos. Es esencial fomentar la educación a la hora de navegar por la red y trabajar con los menores para mitigar los riesgos”, asegura Noura Afaneh, analista de contenido web de Kaspersky.
Aprendizaje automático: Permite a los sistemas aprender de los datos sin ser explícitamente programados. Los asistentes de voz, como Siri, Alexa, Ok Google o Bixby, recurren a este sistema para ejecutar acciones de forma autónoma en función de las rutinas de los usuarios. También permite la detección de fraudes y es fundamental en los programas de recomendación de productos y diagnóstico médico. “La combinación de tecnologías y el aprendizaje automático tiene el potencial de revolucionar la forma en que fabricamos productos”, asegura Sudhanshu Gaur, vicepresidente de Hitachi América.
Visión artificial. Las máquinas no solo pueden ver, sino también entender el mundo que las rodea. Se usa para reconocimiento facial, por ejemplo, en el control de fronteras, o para la detección de objetos en los asistentes de conducción, que aspiran a ser autónomos.
Robótica. Permite a las máquinas realizar tareas complejas, como navegación, manipulación y aprendizaje. El robot humanoide Digit se ha incorporado a los almacenes de Amazon de forma experimental. “Aquellas labores repetitivas y mundanas las puede hacer un robot y, de hecho, las hace mejor. Se trata de una colaboración hermosa entre máquina y humanos trabajando en conjunto”, asegura Tye Brady, director de Tecnología de Amazon Robotics
Atención al usuario. Las máquinas, que se han sofisticado hasta crear asistentes holográficos con aspecto humano, pueden responder a demandas habituales, desde la compra de productos y servicios hasta servir de guías turísticos o puntos de información.
Ventas. Ninguna acción en una plataforma digital de ventas o en los buscadores habituales, incluso los lugares que frecuenta, escapa a la inteligencia artificial, que utiliza esos datos para dirigir su actitud de compra y modificar las ofertas.
Finanzas y asesoría. Análisis financieros, gestión de riesgos, decisiones de inversión y asesorías jurídica y económica se realizan ya mediante complejos sistemas de análisis de datos. Jesús Lorente, economista y auditor, afirma tras la presentación de GenIA-L: “No se puede competir con esta herramienta, ya que, aunque uno haga un trabajo bien, la IA lo puede mejorar”.
Seguridad. Los nuevos sistemas son fundamentales para detectar amenazas, prevenir el fraude (uso de identificación biométrica) y proteger la privacidad, pero al mismo tiempo pueden ser todo lo contrario si se usa de forma maliciosa o sin regulación. Es lo que los expertos denominan el “juego del gato y el ratón”. A cada progreso surge un potencial uso delictivo. “A medida que la tecnología ha avanzado, también lo han hecho las tácticas empleadas por los estafadores”, admite Luis Corrons, responsable de seguridad de Avast.
Observación y respuesta inmediata. Monitorear el medio ambiente, predecir el clima y desarrollar soluciones sostenibles son actividades inconcebibles, ya sin los sistemas capaces de analizar la ingente cantidad de datos procedentes de sensores espaciales y terrestres. La red móvil 5G se ha utilizado para que, a través de la información de sensores, drones y robots autónomos, la IA prediga incendios. Joaquín Colino, director general en Orange, compañía que ofrece esta aplicación, destaca: “Estas tecnologías permiten que el procesamiento de los datos se realice muy cerca del lugar donde se generan, lo que resulta clave en todas las aplicaciones que requieren tiempos de respuesta inmediatos, como la automatización industrial, los servicios de seguridad o el desarrollo de ciudades inteligentes”.
Transporte. Es uno de los ejes fundamentales de las conocidas como ciudades inteligentes, donde se utiliza la IA para mejorar la seguridad vial, optimizar el transporte público y desarrollar nuevos modos de movilidad. También se aplica en las grandes cadenas logísticas o en aviación o tráfico ferroviario. El secretario la Red Española de Ciudades Inteligentes, Daniel Vega, afirma: “Vivimos dentro de la década digital y es necesario abordar de forma ágil cualquier proceso. El apoyo de la industria de las smart cities, especialmente en tecnologías disruptivas, es esencial para lograr dicho objetivo”.
Agricultura. Con la ayuda de sensores, los nuevos sistemas permiten optimizar la producción agrícola, regular el riego, detectar plagas y establecer el momento óptimo de una cosecha.
Gobierno. La IA es fundamental para mejorar la eficiencia de los servicios públicos, tomar decisiones y proteger la seguridad nacional. El Consejo de la UE y el Parlamento Europeo han acordado impulsar la nueva identidad digital europea (eID), que facilitará a los ciudadanos y empresas una identificación y autenticación electrónicas seguras y fiables.
Ciencia. La inteligencia artificial es capaz de identificar las alteraciones en el genoma que provocan la aparición de enfermedades o reducir a días el hallazgo de moléculas con propiedades medicinales. El biotecnólogo español César de la Fuente, premio Princesa de Girona de investigación científica y profesor de bioingeniría en la Universidad de Pensilvania (EE UU), la utiliza para identificar compuestos con potencial antimicrobiano: “Ahora se puede hacer en semanas lo que antes costaba años de investigación.
Redes sociales. El sistema automático no solo decide ya los vínculos prioritarios en las redes sociales, sino que también ayuda a los usuarios a redactar textos, un uso extendido ya en aplicaciones de citas para evitar faltas de ortografía y proponer mensajes más atractivos.
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