El Congreso de EE UU examina a las tecnológicas: “No debemos inclinarnos ante los emperadores digitales”
Los presidentes ejecutivos de Apple, Amazon, Google y Facebook declaran juntos por primera vez ante el comité antimonopolio
Contra la amenaza de la regulación, la historia del sueño americano. Ante los congresistas que llevan más de un año investigando los posibles daños que el enorme tamaño de sus compañías puede hacer a los consumidores y a la competencia, y que por fin han logrado sentarlos a todos juntos para interrogarles, aunque sea de manera virtual, los jefes de los gigantes tecnológicos han invocado este miércoles sus historias de éxito genuinamente estadounidenses. Cua...
Contra la amenaza de la regulación, la historia del sueño americano. Ante los congresistas que llevan más de un año investigando los posibles daños que el enorme tamaño de sus compañías puede hacer a los consumidores y a la competencia, y que por fin han logrado sentarlos a todos juntos para interrogarles, aunque sea de manera virtual, los jefes de los gigantes tecnológicos han invocado este miércoles sus historias de éxito genuinamente estadounidenses. Cuatro de las personas más poderosas del mundo, al frente de compañías que suman un valor combinado de cinco billones de dólares, han destacado los beneficios que aportan al país y han defendido que su necesidad de crecer constantemente se debe precisamente a la competencia a la que se enfrentan. Al otro lado, durante más de cinco horas, los congresistas de uno y otro signo han arremetido con dureza contra ellos: los demócratas acusándoles de prácticas monopolísticas; los republicanos, de sesgo contra los conservadores.
“Para cumplir nuestras promesas a los consumidores de este país, necesitamos que los trabajadores estadounidenses lleven productos a los consumidores estadounidenses”, dijo Jeff Bezos, fundador y presidente ejecutivo de Amazon, en su primera aparición ante el Congreso. “China está construyendo su propia versión de Internet enfocada en ideas muy diferentes, y están exportando esa visión a otros países”, mencionó alertado Mark Zuckerberg, de Facebook, en su cuarta comparecencia.
Junto a ellos han comparecido también Sundar Pichai, de Google, y Tim Cook, de Apple, quien ha defendido también que la suya es “una compañía únicamente estadounidense cuyo éxito solo es posible en este país”. Los cuatro empresarios, que han testificado a través de videoconferencia desde sus oficinas debido a la pandemia, han querido presentarse como meros agentes en un mercado ultracompetitivo y cambiante. Con un tono humilde y extremadamente respetuoso con los legisladores, han protagonizado una audiencia que marca un hito en la larga investigación, que acumula docenas de entrevistas y cientos de miles de documentos, realizada por el poder legislativo de Estados Unidos sobre la posición en el mercado y las prácticas de unas compañías cuya envergadura y poder se ha multiplicado en los últimos años.
También el demócrata David Cicilline, presidente del subcomité antimonopolio de la Cámara de Representantes, donde se llevó a cabo la audiencia, ha apelado a las esencias estadounidenses, pero en su caso para defender la necesidad de poner límites al poder de las grandes tecnológicas. “Nuestros padres fundadores no se inclinaron ante un rey”, ha recordado en su intervención inicial, con más de una hora de retraso sobre la hora prevista. “Tampoco nosotros debemos inclinarnos ante los emperadores de la economía digital”.
Su dominio del mercado, acusan los congresistas, frena la innovación y reduce la competencia. El objetivo de los miembros del comité es determinar si el tremendo crecimiento de las cuatro compañías las ha colocado en posiciones ilegales de monopolio, suprimiendo la competencia en campos como las búsquedas en Internet (Google), la venta online (Amazon), la comercialización de aplicaciones para móviles (Apple) o la distribución de información (Facebook). “Dicho de manera sencilla: tienen demasiado poder”, ha resumido Cicilline, quien ha adelantado que a sus cuatro invitados de este miércoles no les gustarán las conclusiones de la investigación, que tienen previsto hacer públicas en otoño.
Mensaje de Trump
La necesidad de poner límites a los gigantes tecnológicos la comparte también el presidente Trump, que no desaprovechó la oportunidad para arremeter contra unas empresas que constituyen un blanco habitual de su furia. En particular, las compañías de redes sociales, con las que libra una batalla que se ha recrudecido en los últimos meses, después de que Twitter y Facebook tomaran medidas contra sus mensajes por violar sus normas. En respuesta, Trump publicó una orden ejecutiva que pide reconsiderar la regulación que protege a las compañías de Internet del contenido que publican. “Si el Congreso no trae justicia a las grandes tecnológicas, algo que deberían haber hecho hace años, lo haré yo mismo con órdenes ejecutivas. En Washington, ha sido todo hablar y nada de acción durante años, y la gente de nuestro país está harta de ello”, tuiteó Trump, poco antes del comienzo de la audiencia.
El tuit del presidente subrayó que, este miércoles, no han sido solo los ejecutivos los que se sometían a un examen, sino también el propio Congreso, que lleva años amagando con actuar contra las compañías tecnológicas, pero no ha logrado sacar adelante legislación alguna al respecto.
Los ejecutivos han defendido que, a pesar de la imagen de ubicuidad de sus marcas, se enfrentan también a una dura competencia. “Por ejemplo, la gente tiene más maneras de buscar información que las que nunca ha tenida, y esto cada vez más pasa fuera del contexto de un motor de búsqueda”, ha explicado Pichai, de Google.
“Las compañías no son malas solo por ser grandes”, ha dicho Zuckerberg, que recordó que Facebook logró su éxito “a la manera americana, empezando sin nada”. La misma idea ha querido destacar también Bezos. “Me encantan los emprendedores de garaje, yo fui uno de ellos”, ha explicado. “Pero, igual que el mundo necesita compañías pequeñas, necesita también grandes”.
La adquisición de Instagram por parte de Facebook en 2012 ha sido objeto de las preguntas de los congresistas. Han presentado documentos que, aseguran, demuestran que cuando Facebook se hizo con ella, actuó para neutralizar una amenaza competitiva. “En lugar de competir con ella, Facebook la compró”, ha dicho el congresista republicano Jim Sensenbrenner sobre la operación. Zuckerberg se ha defendido asegurando que, cuando se realizó la operación, que Instagram fuera a ser un éxito no era algo seguro. “La compra ha ido muy bien no solo por el talento de los fundadores, sino porque nosotros invertimos mucho en mejorar su infraestructura y promocionarla. Esto ha sido una historia de éxito estadounidense”, ha defendido.
También Pichai ha recibido preguntas agresivas. “La evidencia parece clara”, ha dicho Cicilline. “Mientras Google se convertía en la puerta de entrada a Internet, empezó a abusar de su poder y a utilizar su poder para vigilar el tráfico en la web e identificar amenazas competitivas y aplastarlas”. En su réplica, Pichai ha insisrido en que Google tiene numerosos competidores en áreas específicas, como la propia Amazon en el sector de las compras.
Amazon, por su parte, entre otras acusaciones, ha sido señalada por los congresistas por utilizar información de productos de otras empresas que se venden en su plataforma, para desarrollar sus propios productos que compiten con aquellos. “Tenemos políticas contra el uso de datos específicos de los vendedores para nuestras marcas privadas, pero le puedo garantizar que nunca han sido violadas”, ha respondido Bezos.
Las posibles prácticas contra la competencia, que constituyen el núcleo de esta investigación en el Congreso, no son el único aspecto de las compañías que han sacado a relucir los miembros del subcomité. Los legisladores republicanos no tardaron en exponer su recurrente queja de que los gigantes tecnológicos suprimen sistemáticamente las opiniones conservadoras. El congresista Jim Jordan, en su intervención inicial, ha acusado a las compañías de “tratar de impactar en las elecciones” y de “censurar a los conservadores”,
La histórica audiencia servirá para dar forma a la futura legislación monopolística. Pero no se esperan grandes cambios regulatorios de manera inminente. Por eso, su valor más inmediato será el de ofrecer al público una visión del funcionamiento de unas compañías que, además del escrutinio en el Congreso, se enfrentan a investigaciones del Departamento de Justicia y de la Comisión Federal de Comercio.