La propuesta de Pedro Sánchez de acabar con el cambio horario: un debate recurrente en Europa y entre los expertos
El presidente defiende aplicar la decisión del Parlamento Europeo de 2019 y eliminar los cambios de hora a partir de 2026: “Apenas ayuda a ahorrar energía y tiene un impacto negativo en la salud”
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este lunes que propondrá al Consejo Europeo poner fin al cambio horario a partir de 2026, aplicando así la decisión mayoritaria del Parlamento Europeo de 2019, que votó por su eliminación. Los españoles están llamados a retrasar sus relojes una hora durante la madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre, en lo que podría ser el último cambio si la propuesta española prospera. “Apenas ayuda a ahorrar energía y tiene un impacto negativo en la salud y en la vida de la gente”, ha afirmado Sánchez en un mensaje publicado esta mañana en la red social X.
El cambio de hora se aplica en España desde hace medio siglo, con el objetivo de adaptar la jornada laboral a las horas de luz y fomentar el ahorro energético. Sin embargo, en los últimos años, el debate sobre su continuidad se ha intensificado. En 2018, la Comisión Europea promovió una consulta pública en la que el 84% de los 4,6 millones de participantes se mostró a favor de suprimir los cambios de hora, el mayor nivel de participación registrado en una encuesta comunitaria.
Ese mismo año, la Comisión buscó mostrar agilidad en responder a la ciudadanía y abolir el cambio horario a partir del año siguiente, con la intención de demostrar que la UE puede actuar rápidamente en asuntos de gran interés público. El entonces presidente del Ejecutivo europeo, Jean-Claude Juncker, insistió en un discurso: “No podemos esperar más”. Pocos meses después, la propuesta quedó paralizada, después de que los ministros de Transporte europeos reclamaran más tiempo para llevar a cabo un debate en profundidad. La fecha de 2019 quedó así descartada.
El Parlamento Europeo retomó la cuestión en marzo de 2019 y aprobó el fin del cambio horario a partir de 2021, con 410 votos a favor, 192 en contra y 52 abstenciones. Pero los países miembros no lograron acordar una posición común. Mientras Finlandia y otros Estados defendían su eliminación, Portugal anunció que mantendría el sistema actual. En España, la comisión de expertos creada por el Gobierno no había conseguido alcanzar una conclusión definitiva. Sin el acuerdo de los 27, Europa siguió cambiando sus relojes después de 2021.
Actualmente, en la UE existen tres husos horarios: el de Europa Occidental, que abarca a Portugal e Irlanda; el de Europa Central, que incluye, por ejemplo, a España, Alemania y Polonia; y el de Europa Oriental, con Estados como Grecia, Finlandia o Rumanía.
Salud, energía y preferencias: qué está en juego
La Comisión Europea históricamente consideraba que cambiar la hora tenía sentido en contextos como la Segunda Guerra Mundial o la crisis del petróleo de la década de los setenta. Sin embargo, la propia Comisión ha reconocido que el ahorro generado por adelantar una hora el reloj en primavera es relativamente pequeño. En un informe publicado en 2014, detalló que algunos estudios estimaban que el ahorro podría alcanzar un 0,5 % del consumo nacional, mientras que un número relevante de publicaciones sostenía que su efecto era nulo o incluso negativo.
Además, el argumento del ahorro energético ha perdido peso frente a los estudios que alertan sobre los efectos del cambio de hora en la salud y la productividad, así como frente a la opinión pública favorable a la abolición del cambio de hora. Según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de 2023, dos de cada tres españoles están a favor de poner fin a las modificaciones estacionales. Entre ellos, el 66 % preferiría conservar el horario de verano.
No hay consenso entre la opinión científica y la de la población general sobre qué horario mantener. Los expertos recomiendan conservar el de invierno por su mayor coherencia con las horas naturales de luz. Entre ellos se encuentra Ferran Barbé, catedrático de Medicina e investigador de temas relacionados con el sueño, quien explicó en una entrevista a El PAÍS en 2023 que el cambio de hora repercute negativamente en la capacidad de concentración y la calidad del sueño, con efectos que suelen durar entre tres días y una semana. Barbé aboga por mantener indefinidamente el horario de invierno, alineado con el reloj biológico, de modo que despertarse y empezar la jornada laboral coincida con la luz solar.