Trump pone fin al apoyo del Gobierno a los tratamientos de cambio de sexo de los menores de 19 años

El presidente argumenta en una orden ejecutiva que los médicos están “mutilando” y “esterilizando” a “jóvenes impresionables” en todo el país

Donald Trump muestra una de las órdenes ejecutivas que firmó en la Casa blanca el pasado 23 de enero.Kevin Lamarque (REUTERS)

Donald Trump persiste en su despojo de derechos de las personas trans. El presidente de Estados Unidos ha emitido una nueva orden ejecutiva en la que prohíbe al Gobierno federal “financiar, patrocinar, promover, asistir o apoyar” los procedimientos de transición para los menores de 19 años. El republicano aseguró en las redes sociales que ha sido “un honor” suscribir la norma y ha prometido una dura vigilancia por parte del Departamento de Justicia para esta sea respetada. A pesar de que las personas trans representan alrededor del 0,5% de la población estadounidense, según varias estimaciones, se han convertido en diana de la base política de extrema derecha del republicano.

El mandatario ha suscrito una orden ejecutiva que asegura que los médicos están “mutilando” y “esterilizando” a un creciente número de “jóvenes impresionables” con la “falsa afirmación” de que los adultos pueden cambiar de sexo. “Esta peligrosa tendencia será una mancha en la historia de nuestro país y debe terminar”, señala Trump en su decreto.

El presidente acusa a organizaciones como la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero (WPATH, por sus siglas en inglés) de apoyarse en “ciencia chatarra” y de carecer de integridad al “dañar a los menores”. El decreto otorga 90 días al Departamento de Salud para emitir nuevas directrices y mejores prácticas para atender a los menores con disforia de género u otras “confusiones” basadas en su identidad. Los estudios científicos señalan, sin embargo, que la amplia mayoría de adolescentes que inician el tratamiento hormonal lo mantiene años después.

La orden exige también a las autoridades sanitarias llevar a cabo toda acción necesaria para poner fin a la “mutilación química o quirúrgica” para los menores. Los procedimientos, tanto psicológicos como quirúrgicos, dejarán de estar cubiertos por dos de los grandes seguros públicos: TRICARE, que cubre a dos millones de personas menores de 18 años en familias de militares, y Medicare, cuya cobertura dependía del Estado.

El fin del apoyo federal a estos tratamientos era uno de los reclamos que la Fundación Heritage incluyó en el Proyecto 2025, que ha servido de guía al nuevo Gobierno, a pesar de que Trump siempre negó cualquier vínculo con este think tank de la derecha radical.

El decreto deja sin efecto un memorándum emitido por el Departamento de Salud en marzo de 2022, durante el Gobierno de Joe Biden, en donde se respaldaba este tipo de procedimientos. “El tratamiento a menores trans, cuando es apropiado y necesario, mejora su salud física y mental”, señalaba el departamento hace algunos años. Ese principio ha sido ahora arrollado por la maquinaria Make America Great Again.

Los votantes de Trump habían mostrado mayor disposición a prohibir los tratamientos de las infancias trans, como son la administración de estrógenos o testosterona y los bloqueadores de la pubertad. Seis de cada diez votantes del presidente querían ver aprobadas medidas que limitaran los derechos de esta parte del colectivo LGTBIQ+. El magnate apuntó contra el colectivo LGTBIQ+ durante la campaña electoral. Y su primer día en la presidencia suscribió otra medida que señalaba que en su Gobierno solo habría dos géneros, hombre y mujer. Las personas trans, no binarias o intersexuales no serán reconocidas por su Administración.

Washington también ha emitido este martes otra orden ejecutiva que cierra las puertas al servicio militar a las personas trans que pretendan enrolarse. “Debe reservarse a aquellos que están en condiciones físicas y mentales para prestarlo”, indica el decreto, promulgado horas antes por el presidente. Este señala que aquellos que expresen una “identidad de género” están descalificados para cumplir con los “estrictos estándares” necesarios para servir a su país. La orden no precisa si los trans que ya visten el uniforme de las Fuerzas Armadas pueden seguir en las filas.

Esta, como ha sucedido con otras de las órdenes ejecutivas de Trump, está destinada a terminar en los tribunales. Despachos legales con experiencia en el derecho de las minorías atacadas por el republicano en su primera presidencia ya han anunciado que preparan acciones legales para frenar el ataque a los menores trans.

“La retórica en esta orden ejecutiva contra las personas trans es asombrosamente inexacta, incoherente y extremista. Los cuidados de salud para toda persona trans son respaldados por toda asociación médica que se respete”, señaló la tarde del martes Glaad, una organización de derechos de la comunidad LGBTQ. El grupo confía en que la nueva orden sea frenada por el poder judicial.

Por su parte, la directora del programa sobre género, sexualidad e identidad de la delegación estadounidense de Amnistía Internacional, Karla Gonzales Garcia, ha denunciado que estas órdenes ejecutivas y otras acciones del Gobierno de Trump contra las personas trans “contravienen los derechos humanos y constituyen un enorme retroceso en materia de igualdad”. Enmarca estas decisiones en “el cruel patrón” del republicano de apoyar políticas “basadas en la intolerancia”: “El Gobierno de Trump ha hecho del odio y la discriminación su agenda”. Además, Gonzales ha añadido que estas normas dejan “un peligroso mensaje al resto del mundo”.

El nuevo ataque desde la Casa Blanca a las infancias trans se suma a una ofensiva que ya habían emprendido los gobiernos estatales en manos del Partido Republicano. Unas 26 entidades ya habían adoptado desde 2021 leyes que restringían o prohibían este tipo de tratamientos en sus territorios.

El tema llegó al Supremo en diciembre pasado. Esto después de que el Departamento de Justicia de Biden llevara a los tribunales al Gobierno de Tennessee por vulnerar los derechos constitucionales de una menor que recibía “cuidados de afirmación de género”. La decisión de la supermayoría conservadora en el Tribunal Constitucional se dará a conocer a finales de junio. Podría seguir el mismo camino que ya ha trazado Donald Trump estos primeros días de enero.

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