China confina a 80.000 turistas en una isla por un brote de covid
Miles de visitantes están obligados a permanecer en sus hoteles en la ciudad costera de Sanya, un destino turístico chino en auge desde que estalló la pandemia
Unos 80.000 turistas se han quedado varados en Sanya, el destino de vacaciones por excelencia en China durante estos dos años y medio de pandemia. La ciudad costera, ubicada en el extremo sur de la isla de Hainan, se ha convertido en el nuevo foco de contagios de covid-19 dentro del gigante asiático. A pesar de que la urbe había logrado mantener el contador de infecciones prácticamente en cero desde que se detectó el virus, entre el 1 y el 8 de agosto la ciudad registró más de 1.200 nuevos casos, una cifra ...
Unos 80.000 turistas se han quedado varados en Sanya, el destino de vacaciones por excelencia en China durante estos dos años y medio de pandemia. La ciudad costera, ubicada en el extremo sur de la isla de Hainan, se ha convertido en el nuevo foco de contagios de covid-19 dentro del gigante asiático. A pesar de que la urbe había logrado mantener el contador de infecciones prácticamente en cero desde que se detectó el virus, entre el 1 y el 8 de agosto la ciudad registró más de 1.200 nuevos casos, una cifra inadmisible bajo la política de cero covid a la que se sigue aferrando el Gobierno. Ante esta situación, el fin de semana se decretó el confinamiento de esta localidad de casi un millón de habitantes, el cual se extendió el lunes a otras nueve áreas de la isla, afectando a un total de siete millones de personas. Las autoridades sanitarias han informado que para poder abandonar la provincia insular es necesario presentar cinco PCR negativas realizadas en el plazo de una semana.
“Cuando se acabaron mis minivacaciones me cancelaron el vuelo”, cuenta desde Sanya Renato Parraguez, chileno residente en Pekín. “Pasamos de 13 casos cuando llegué, a 500 en dos días”, explica por teléfono. “Tengo que estar encerrado en mi hotel durante siete días. Han bloqueado todo, es imposible salir de Hainan”, afirma.
China continúa apostando por la estrategia de tolerancia cero contra la covid-19, a pesar del fuerte impacto que esta ha tenido en su economía, especialmente después del draconiano cierre de Shanghái en primavera durante dos meses. Además de los aislamientos y los testeos masivos, el país mantiene sus fronteras prácticamente cerradas y es obligatorio pasar una cuarentena de, al menos, siete días en una habitación de hotel a la llegada desde el extranjero.
Ante la imposibilidad de viajar a las playas paradisíacas del sureste asiático, la isla meridional de Hainan (situada frente a las costas de Cantón) ha sido desde el estallido de la pandemia el lugar preferido por los residentes de China para realizar una escapada, por su suave clima tropical, sus opciones de actividades al aire libre –desde surf hasta senderismo– y sus decenas de resorts de lujo. El lugar ha vivido un boom turístico en los últimos meses, especialmente entre los extranjeros, dado que es muy complicado viajar a otros países.
La provincia, la más pequeña de toda la nación, solo registró dos casos asintomáticos de covid-19 el año pasado. Esa buena gestión, sin embargo, se ha truncado este mes de agosto. Según las cifras aportadas por el Comisión Nacional de Salud, entre el 1 y 8 de este mes, Hainan ha contabilizado 2.079 contagios. La gran mayoría de los enfermos presenta síntomas y se encuentra en Sanya.
El sábado, las autoridades de Sanya cancelaron todos los vuelos y trenes de la urbe y decretaron una “gestión estática temporal”, que se traduce en la suspensión de los servicios de transporte público, el cierre de negocios no esenciales y el confinamiento de complejos residenciales. El teniente alcalde de la ciudad, He Shigang, informó en una entrevista a la cadena de televisión estatal CCTV que alrededor de 80.000 turistas se encontraban allí de vacaciones cuando se anunció el bloqueo, y que un 40% de ellos está atrapado en sus hoteles. El aeropuerto internacional de Sanya ha confirmado este martes que todos los vuelos con origen y destino a la metrópoli continúan cancelados y que no se sabe cuándo se reanudarán.
“Comprendemos las molestias ocasionadas a los viajeros y pedimos comprensión y apoyo”, expresó Ye Kaizhong, subsecretario del gobierno municipal de Sanya, en una rueda de prensa el domingo. A pesar de que las autoridades han prometido ayudar a los visitantes varados con los costes de las habitaciones, muchos están teniendo dificultades para afrontar los pagos. Según el anuncio oficial, los hoteles deberán ofrecer a sus clientes una reducción del precio del 50% hasta que se levanten las restricciones.
Subida de precio de los hoteles
Sin embargo, Parraguez considera que hay truco: “Los precios han variado entre 400 y 700 euros por noche”. “Muchos clientes están pagando ahora mucho más que durante su estancia, porque originalmente reservaron la habitación con una oferta”, asevera. En su caso, el aislamiento está siendo llevadero porque el hotel en el que se encuentra está alejado del foco de contagios y se ha convertido en lo que él denomina una “burbuja”: “Aún puedo ir a la playa que hay dentro del perímetro del resort y acceder al bar del hotel”.
Muchos de los extranjeros atrapados en Sanya están criticando a través de redes sociales la falta de información. Las autoridades sanitarias han anunciado que será obligatorio presentar cinco pruebas PCR negativas en el plazo de siete días para abandonar Hainan, pero no hay constancia de que se vayan a reanudar los vuelos cancelados para finales de esta semana. Se calcula que este último cierre afecta a un total de siete millones de personas. La capital provincial, Haikou, de casi tres millones de habitantes, así como otras ocho regiones de la isla pidieron el lunes a sus residentes no salir de casa a menos que sea estrictamente necesario.
Los funcionarios de Salud han comunicado que este último brote ha sido provocado por la subvariante BA.5.1.3 de ómicron. Se trata de la primera vez que esta mutación se detecta dentro de las fronteras del gigante asiático. Medios locales culpan a “un barco de pesca ilegal procedente de Vietnam” del aumento de los casos, puesto que el primer paciente contagiado es un vendedor de pescado que “asume se infectó mientras comerciaba con pescadores extranjeros en alta mar”.