España cae del puesto 29 al 32 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa

El deterioro económico y la polarización mediática caracterizan un año en el que la seguridad de los periodistas y el contexto jurídico del país mejoran

Presentación del informe de Reporteros sin Fronteras, este martes en Londres.JUSTIN TALLIS (AFP)

Una precarización creciente de la profesión periodística y unos medios cada vez más opinativos sitúan a España en el puesto 32º en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, pese a la mejora de la seguridad de los profesionales y los avances legislativos, según el informe elaborado y presentado este martes por Reporteros Sin Fronteras (RSF). Alfonso Bauluz, presidente de la organización en España, ha declarado: “Tradicionalmente, nos fijábamos sobre todo en la violencia ejercida contra los periodistas y en el marco jurídico en el que se desarrolla su trabajo. Este año, nos hemos fijado...

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Una precarización creciente de la profesión periodística y unos medios cada vez más opinativos sitúan a España en el puesto 32º en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, pese a la mejora de la seguridad de los profesionales y los avances legislativos, según el informe elaborado y presentado este martes por Reporteros Sin Fronteras (RSF). Alfonso Bauluz, presidente de la organización en España, ha declarado: “Tradicionalmente, nos fijábamos sobre todo en la violencia ejercida contra los periodistas y en el marco jurídico en el que se desarrolla su trabajo. Este año, nos hemos fijado también en el contexto político, económico y sociocultural. De ahí la caída en el ranking”. El año pasado, España se situaba en el puesto 29º. Este año, ha caído tres posiciones. Es su peor resultado.

Las comparaciones, sin embargo, deben manejarse con precaución, advierte RSF, porque este año han desarrollado cinco nuevos indicadores en la elaboración de su clasificación: contexto político, marco legal, contexto económico, contexto sociocultural y seguridad. Edith Rodríguez Cachera, vicepresidenta del Consejo Internacional de la entidad, explica que son los indicadores político y económico los que penalizan a España. Por un lado, ha destacado un “gran clima de polarización mediática”: “Medios más opinativos que informativos, una información política que opaca y desmerece al resto de las informaciones y que hace que la ciudadanía desconfíe y acabe recelando de la profesión periodística porque mete a todo el mundo en el ámbito de la política”.

Por otro lado, Rodríguez Cachera ha asegurado que España ha “pinchado” en el aspecto económico: “Nos referimos a la excesiva concentración de los medios de comunicación en el mercado, a las graves dificultades para crear medios independientes, a muros de pago que se multiplican y a los que es difícil acceder, a las nulas ayudas para impulsar el surgimiento de nuevas publicaciones. Hablamos, sobre todo, de precariedad”. Sobre este último punto, el informe hace alusión a “la grave precarización de la profesión, que comenzó a instalarse con la crisis de 2008 y que ya adquiere tintes crónicos e impacta seriamente a la libertad de prensa”. RSF advierte de que los profesionales de la información que no ejercen en condiciones dignas de trabajo “son mucho más vulnerables a las presiones y la autocensura”.

Aspectos positivos

Los indicadores político y económico han penalizado a España, pero hay otros pilares en los que el país ha mejorado. “Hemos mejorado en términos de seguridad, porque se ha desactivado el conflicto en Cataluña, que nos había situado entre 2017 y 2019 en líderes en agresiones a periodistas tanto por parte de la policía como de los manifestantes. En paralelo, nuestro país no se ha visto afectado por las olas de violencia de manifestaciones antivacunas y ante medidas sanitarias, que sí se han extendido en Alemania, Francia, Reino Unido e Italia”. De hecho, en materia de seguridad, España se sitúa en el puesto 35º, y está “claramente mejor calificada” que Francia (85º), Alemania (91º) o Reino Unido (49º).

España ha mejorado también en el contexto jurídico. “Se está tramitando en el Congreso la posible derogación de los llamados delitos de expresión —injurias a la Corona, a los sentimientos religiosos, apología del terrorismo, etcétera— y de algunas de las disposiciones más polémicas de la llamada ley mordaza, y ha sido declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional el artículo de esta ley que penalizaba la captación de imágenes por la prensa”, ha recordado Rodríguez Cachera.

Sin embargo, según ha recalcado Rodríguez Cachera, cabe destacar la proliferación en España, como en otros países de su entorno, de los llamados SLAPP (Strategic Lawsuits Against Public Participation), es decir, acciones judiciales abusivas interpuestas contra los periodistas con fines a menudo intimidatorios y por presunta revelación de secretos o delitos contra el honor. El informe de RSF destaca el caso de eldiario.es (denunciado por Cristina Cifuentes por el caso Máster), Infolibre (denunciado por el ex secretario general del PP, Teodoro García Egea, y Fernando López Miras, presidente de la Comunidad de Murcia) o El Confidencial (demanda millonaria de Iberdrola).

Empeora la situación de la libertad de prensa en el mundo

Nunca antes hubo tantos países con una situación “muy grave” en lo que a libertad de prensa se refiere. Esta es la peor de las cinco clasificaciones que RSF utiliza para evaluar las condiciones en las que se ejerce el periodismo en 180 países y territorios del mundo. De mejor a peor son: buena; más bien buena; problemática; difícil; muy grave. Concretamente, 28 países se encuentran en situación “muy grave” frente a los 21 del informe anterior. Entre ellos figuran Rusia, China, Corea del Norte, Afganistán, Bielorrusia, Venezuela, Nicaragua, Arabia Saudí o Siria.

En la Unión Europea (UE), concretamente, regresan los asesinatos de periodistas, subraya RSF. Han sido asesinados Peter R. de Vries en Países Bajos, Yorgos Karaivaz en Grecia, Daphne Caruana en Malta, y Jan Kuciak en Eslovaquia. Además, han tenido lugar episodios graves de violencia en Italia, Alemania, Reino Unido y Francia, por las manifestaciones antivacunas. Como en España, en los países comunitarios han proliferado los procedimientos SLAPP. En Europa del Este, aseguran RSF, preocupa especialmente la situación de Rusia, que desciende al puesto 155º por el apagón informativo, la presión y el silencio al que se está sometiendo a los periodistas independientes y a los extranjeros que han tenido que marcharse si no querían arriesgarse a ser encarcelados. También la de Bielorrusia, que se ha transformado en una de las cinco mayores cárceles de periodistas del mundo, con la singularidad de que hay más mujeres que hombres en prisión.

En América Latina, la preocupación está enfocada en México, que acumula 150 asesinatos a periodistas en los últimos 20 años, además de una media de dos agresiones contra reporteros al día. El clima en el que se cometen es de una elevada impunidad: en el 95% de los asesinatos, no se sabe quién ordenó matar. Lejos de condenar esto, según Rodríguez Cachera, el presidente López Obrador se dedica a arremeter contra la prensa y a crear un clima de hostilidad contra esta. Por otro lado, inquietan también Nicaragua, que cae 39 puestos hasta el 260º por culpa, según la vicepresidenta del Consejo Internacional de la organización, de la pareja de maneras dictatoriales que domina el país, formada por Daniel Ortega y Rosario Murillo. También El Salvador, por las medidas represivas del presidente Nayib Bukele, y Cuba, siempre a la cola en cuanto a libertad de expresión y caracterizada por el exilio de periodistas desde hace seis décadas. En América del Norte, Estados Unidos ha mejorado levemente tras la presidencia de Donald Trump, pero mantiene problemas estructurales como la polarización extrema de la sociedad y la desaparición de la prensa local.

En el Norte de África y Oriente Próximo, inquietan Argelia y Marruecos, que aplican mano de hierro contra los periodistas. Preocupan Arabia Saudí, Irán, que es el mayor ejecutor de periodistas del mundo, Gaza, en Palestina, donde se bombardean medios de comunicación, y la zona del Sahel, donde fueron asesinados David Beriáin y Roberto Fraile. Asia, asegura RSF, es una de las peores zonas para informar. Birmania encarcela periodistas; en Afganistán, el 40% de los medios han cerrado, y China es, por su parte, la mayor cárcel de periodistas del mundo, con 135 en prisiones o instalaciones similares.

Al otro extremo, repiten en cabeza de la clasificación los países nórdicos: Noruega, Dinamarca y Suecia. Sobre todo, porque su ecosistema no es precario, está afianzado y además es transparente, en el sentido en que se facilita el acceso a la información pública de la prensa, según RSF. “Solo en el 5% del planeta hay una situación libre para el periodismo, y en el 80% los periodistas se encuentran dificultades para informar”, recalca Rodríguez Cachera, que recuerda: “La libertad de prensa es tanto el derecho de los periodistas a informar como de los ciudadanos a obtener una información plural”.

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