Las autonomías comienzan a buscar gente a la que vacunar contra la covid
Baleares, Cataluña y Andalucía habilitan puntos sin cita previa, Valencia ha lanzado un plan de repesca para los no inmunizados y Murcia y País Vasco llaman para cubrir turnos que se estaban quedando libres. Trece de las 17 ya han abierto los pinchazos a todos los mayores de 12 años
Las comunidades autónomas comienzan a buscar brazos en los que inyectar los millones de dosis que están llegando a España. Se acabaron los tiempos de escasez. Todo el mayor de 12 años que quiera puede ya pedir turno en la mayoría de regiones: 13 de las 17 están llamando o han abierto autocita para todas las franjas de edad. Algunas, como Baleares, Cataluña y Andalucía, están habilitando puntos en los que no es necesaria ni siquiera la cita previa (s...
Las comunidades autónomas comienzan a buscar brazos en los que inyectar los millones de dosis que están llegando a España. Se acabaron los tiempos de escasez. Todo el mayor de 12 años que quiera puede ya pedir turno en la mayoría de regiones: 13 de las 17 están llamando o han abierto autocita para todas las franjas de edad. Algunas, como Baleares, Cataluña y Andalucía, están habilitando puntos en los que no es necesaria ni siquiera la cita previa (solo para mayores de 40, en el caso andaluz). En Murcia, su presidente ha hecho un llamamiento para cubrir 30.000 turnos que estaban libres, lo mismo que ha sucedido en País Vasco, con 57.000 vacantes.
Esta misma semana han comenzado con toda la población objetivo (mayores de 12 años, para los menores no hay vacuna aprobada) Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja y algunas provincias de Castilla y León, donde la oposición critica que no se haya abierto autocita, tal y como prometió el Gobierno para agosto. Andalucía lo hizo el domingo. Se sumaron a otras que ya venían vacunando a todas las edades: País Vasco, Canarias, Murcia, Baleares, Navarra y Aragón. La Comunidad Valenciana anda preocupada por los que ya tienen edad de estar inmunizados y no recibieron su inyección, por lo que ha iniciado una campaña masiva para repescarlos enviando mensajes de texto proponiendo varias fechas a esta población. Galicia y Asturias siguen bajando la edad para avanzar con los adolescentes, pero no han llegado todavía a los de 12 años. La más rezagada es Cantabria, que aún no ha comenzado a pinchar a los menores de 18.
El ritmo de vacunación, no obstante, sigue siendo bueno en España. Mejor que en la mayoría de los países occidentales. Según el último informe del Ministerio de Sanidad, 9 de cada 10 mayores de 40 años están completamente vacunados y un 60,6% de la población ya ha recibido la pauta completa, un porcentaje que solo supera Canadá entre los 50 países más poblados del mundo, según Our World In Data, un repositorio impulsado por la Universidad de Oxford. Pero en algunas comunidades autónomas las vacaciones se han mezclado con una llegada masiva de dosis (unos 15 millones de Pfizer y Moderna en agosto) y ya hay más vacunas que personas disponibles para pincharlas.
Es el caso del País Vasco, donde su viceconsejero de Salud, José Luis Quintas, ha pedido a los jóvenes que cubran los 57.000 turnos disponibles hasta septiembre. Algo parecido sucede en Murcia, donde quedan 30.000 citas libres. Una portavoz de la Consejería de Sanidad explica: “El presidente hizo un llamamiento porque esta semana se ha observado que había más huecos para todos los tramos de edad de lo que es habitual, por lo que recordó la importancia de la vacunación con el objetivo de inmunizar a toda la población cuanto antes con las dosis que hay disponibles”. La portavoz recalca que la respuesta de los jóvenes está siendo buena: “El porcentaje de cobertura del tramo de 12 a 19 años es de prácticamente el 40%; es el grupo que en solo una semana ha conseguido alcanzar el porcentaje de vacunación más alto”.
También parecen acudir al llamamiento los jóvenes gallegos, donde el sistema de autocita para los que tienen entre 16 y 22 años se colapsó por la avalancha de peticiones. Las 25.000 citas para pinchazos se agotaron el pasado sábado en solo siete horas y fueron numerosas las quejas de los usuarios por el mal funcionamiento del sistema, que se bloqueaba continuamente e impedía incluso descargar certificados covid, necesarios para acceder al interior de la hostelería en las siete mayores ciudades de la comunidad, o pedir una cita en atención primaria.
En Andalucía, sin embargo, reconocen que las vacaciones están obstaculizando en alguna medida el avance, aunque reclaman más dosis, algo que esta y otras comunidades llevan haciendo desde prácticamente el momento en que Araceli Rosario Hidalgo recibiera la primera inyección contra la covid en España, a finales de diciembre.
2,9 millones de dosis en una semana
La semana pasada se inyectaron 2,9 millones de dosis en todo el país, un millón más que la anterior, lastrada por una menor disponibilidad de fármacos en el mes de julio. En agosto se ha vuelto a acelerar la llegada y, con ella, los pinchazos; está por ver si se alcanzan cotas como las de junio, cuando se superaron los cuatro millones de vacunas semanales.
Se antoja difícil volver a ese ritmo. A medida que más población está inmunizada, avanzar resulta más complicado y más aún en vacaciones. Jaime Jesús Pérez, vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología, explicaba a EL PAÍS que aunque la población de todas las edades está respondiendo bien, cuando las franjas más jóvenes llegan al 50% la velocidad empieza a bajar. En las últimas dos semanas, el Departamento de Salud catalán asegura que ha detectado una disminución en el número de citas previas y un aumento de las personas que, a pesar de tener hora, no se presentan en el punto de vacunación.
Otros países, como Alemania, Estados Unidos, Francia o Italia se estancaron cuando llevaban alrededor de la mitad de la población con la pauta completa. En España, con gran predisposición histórica a la vacunación y sin casi movimientos contrarios, no ha sucedido todavía. Está a punto de superar en población inmunizada a Israel, uno de los países pioneros, que se acercó muy rápidamente al 60%, pero que frenó su avance a partir de ahí. El estado judío está en el 62,3% de población con doble pauta.
El ritmo que España logre en las tres semanas que le quedan a agosto determinará si se alcanza el objetivo del 70% que se marcó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado abril. Fue una meta más ambiciosa que la que se había propuesto la propia Comisión Europea, que en un principio buscaba alcanzar en verano al 70% de la población vacunable: por entonces, mayores de edad, hoy cualquiera con más de 12 años. Para los más pequeños (un 11% de la población) no hay fármacos aprobados, por el momento. Esto dibuja un corto plazo en el que subir por encima del 70% resultará cada vez más complicado: si se restan los niños, la población reacia a las vacunas o los que no pueden recibirlas por razones sociales o de salud, el techo se estima no mucho más allá del 80% en España.
Por este motivo, alcanzar la protección de grupo será muy complicado. Ese 70% es un objetivo meramente simbólico. Cuando se dibujó se pensaba que en esa cifra podría estar la inmunidad de rebaño, ese punto en el que hay tantas personas protegidas que el virus ya no tiene donde extenderse y acaba por desaparecer en un territorio. Variantes más contagiosas han propiciado que para lograr ese objetivo haga falta un porcentaje muy superior, seguramente mayor del 90%, según muchos científicos. Tanto es así que la tendencia de los virólogos y epidemiólogos ahora es hablar más bien de un control de la epidemia, con pocos casos y mayoritariamente leves, que de una protección de grupo que permita eliminar al virus.
Con información de Ferran Bono, Juan Navarro, Eva Saiz, Ana Pantaleoni, Lucía Bohórquez y Sonia Vizoso.