Las vacunas del personal esencial quedan en el limbo por el cambio de criterio con AstraZeneca
Más de dos millones de personas han recibido la primera dosis del fármaco y aún no se sabe qué pasará con la segunda
El cambio de criterio en la vacunación contra la covid con el fármaco de AstraZeneca tras los excepcionales casos de trombos asociados a este medicamento ha sacudido la estrategia de inmunización en España. La decisión del Gobierno y las comunidades de destinar esta vacuna a los mayores de 60 años deja en un limbo a todos los grupos prioritarios menores de esa edad —la mayoría, docentes y policías— que debían ser tratados con el fár...
El cambio de criterio en la vacunación contra la covid con el fármaco de AstraZeneca tras los excepcionales casos de trombos asociados a este medicamento ha sacudido la estrategia de inmunización en España. La decisión del Gobierno y las comunidades de destinar esta vacuna a los mayores de 60 años deja en un limbo a todos los grupos prioritarios menores de esa edad —la mayoría, docentes y policías— que debían ser tratados con el fármaco de la compañía anglosueca. La Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, además, ha decidido este jueves incluir a las personas de 66 a 69 en el grupo que se vacunará con AstraZeneca, de manera que el fármaco se inyectará en todo el tramo de 60 a 69 años. En esta reunión no se ha tomado una decisión sobre qué se hará con los más de dos millones de personas que ya han recibido una dosis del fármaco. Sanidad indica que lo comunicarán “próximamente”. El Gobierno mantiene, en cualquier caso, que el objetivo de tener al 70% de la población vacunada a finales del verano “está al alcance de la mano”, aunque los expertos consultados, más prudentes, fían este hito a que la llegada de otras vacunas disminuyan el impacto de los vaivenes con la de AstraZeneca.
Las advertencias y restricciones respecto al uso de la vacuna contra la covid de la compañía anglosueca han tenido un efecto inmediato en los planes de inmunización de las comunidades, que, según los datos del Ministerio de Sanidad de este miércoles, tienen más de un millón de dosis de este medicamento sin administrar. La primera conclusión es clara: después de que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud decidiera reservar esta vacuna para las personas de entre 60 y 65 años (grupo de edad ampliado este jueves hasta los 69 años), las comunidades que habían convocado a personas de menos de 60 años para recibir la inmunización de AstraZeneca han tenido que anular esas citas.
Es lo que ha pasado en Cantabria, donde una portavoz de la Consejería de Sanidad ha explicado que no se va a poder vacunar a la mayor parte de los 917 policías o profesores que habían citado para administrarles el fármaco, al ser menores de 60 años. Galicia ha tenido que desconvocar a 1.403 trabajadores esenciales de este grupo de edad que habían sido citados para recibirla este jueves. Entre otros, personal de educación infantil y especial, de centros de menores, agentes de policía y del servicio marítimo. El consejero de Sanidad, Julio García Comesaña, ha señalado que el impacto de esta medida en el proceso de vacunación será pequeño dado que la mayor parte de los citados estos días para recibir dosis de AstraZeneca son mayores de 60 años.
El Ministerio de Sanidad no ha aclarado qué ocurrirá con los grupos prioritarios afectados por el giro de guion con el medicamento de AstraZeneca. Además de los cuerpos de seguridad y los docentes, en esta bolsa entraban los trabajadores penitenciarios y otro tipo de sanitarios, como fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, personal de las farmacias, psicólogos clínicos, logopedas y trabajadores de otras áreas sanitarias (inspección sanitaria, medicina legal y forense, consultas médicas privadas, servicios de ayuda a domicilio y centros de menores, entre otros). Sanidad no ha concretado cuánto tiempo tendrán que esperar ni qué vacuna les tocará. Tampoco qué pasará con los que han recibido ya una dosis y tenían que llevar una segunda a las 12 semanas. A propósito de esta cuestión, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, dijo este miércoles que se estaban estudiando dos posibilidades: analizar los datos científicos para ver si se puede administrar la segunda dosis de otra vacuna o dejar una sola inyección, puesto que la eficacia del primer pinchazo de AstraZeneca ya es del 70%.
“La decisión importante que había que tomar era a qué grupos se indicaba la de AstraZeneca porque no podíamos paralizar la vacunación. Las otras decisiones podían esperar unos días. Contamos con tiempo y la semana que viene se tendrá que valorar. Tenemos que parar y pensar, aunque entiendo que para la gente es complicado y genera angustia”, valora Federico de Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España y miembro de la Ponencia de Vacunas que asesora al Gobierno en la estrategia nacional.
En Andalucía la Consejería de Salud informa que está reajustando sus planes para impulsar la vacunación con AstraZeneca de personas de entre 60 y 65 años. En La Rioja, afirma una portavoz del Gobierno, ya se ha vacunado con AstraZeneca a 18.335 personas, 12.179 de menos de 60 años. Sin embargo, “el plan continúa según lo previsto dado que se está vacunando a población de entre 60 y 65 años, aunque las segundas dosis pendientes quedan, de momento, suspendidas”, añade. También el Gobierno del País Vasco está replanteando su plan, aunque no ha dicho cómo. De momento, ya ha suspendido la vacunación de unos 400 trabajadores y usuarios de centros ocupacionales dependientes de la Diputación de Gipuzkoa.
Portavoces de las consejerías de Salud de Aragón, Murcia y Castilla-La Mancha coinciden en que han tenido que suspender algunas citas. La situación es diferente en Castilla y León, que el miércoles paralizó unilateralmente la administración de las vacunas de AstraZeneca, y este jueves la ha retomado para el rango de edades permitido. En cambio, la Generalitat valenciana ha informado de que no ha tenido que hacer ningún ajuste, ya que aún no había citado a menores de 60 años para recibir esta inmunización. Por su parte, el Departamento de Salud de Cataluña avisa a las personas que recibieron la primera dosis de AstraZeneca de que “más adelante” les informará sobre cómo prosigue su vacunación.
Madrid, la única comunidad que votó en contra de restringir la vacunación con AstraZeneca, también ha anulado citas para este jueves: “Por precaución y a la espera de una comunicación oficial del ministerio, la Consejería de Sanidad procederá a anular la cita a las personas que tenían que ir a vacunarse” este jueves por la tarde, ha dicho un portavoz de este departamento. “Son un total de 600 personas, entre profesores, bomberos y otro personal de emergencias, así como miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que estaban todavía pendientes de vacunar”, ha añadido.
Cumplir los plazos
Pese a los vaivenes con el fármaco de AstraZeneca, Darias ha manifestado este jueves por la mañana que estas restricciones en el uso del medicamento no van a retrasar el objetivo del Gobierno de llegar a los 33 millones de vacunados antes de septiembre. Los expertos consultados, en cambio, matizan que la consecución del objetivo dependerá de la llegada del resto de vacunas.
José Luis Barranco, de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, cree que dado que el número de vacunas disponibles es limitado (las comunidades ponen prácticamente todas las que reciben, lo que indica que podrían administrar más), la decisión de no utilizar la de AstraZeneca “debe suponer un retraso” en la campaña, aunque “cuando se pueda usar la de Janssen”, cuyos primeros envíos se esperan para la mitad de este mes, el efecto será menor. Coincide Alberto Infante, profesor emérito de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III: “Lo de AstraZeneca no ayuda al logro de ese objetivo, pero puede no comprometerlo si otras vacunas suplen lo que se pensaba vacunar con esta”.
En lo que también concuerdan ambos epidemiólogos, además, es en la crítica a la decisión del Consejo Interterritorial de fijar un límite de edad pese a que la Agencia Europea del Medicamento aseguró que no se podían concretar factores de riesgo específico para esos episodios trombóticos. “El principio de precaución no nos debe llevar en ningún momento a no vacunar”, afirma Barranco. Infante pide que la Comisión de Salud Pública dé luz verde a vacunar también a los mayores de 65 con este medicamento para agilizar, al menos, la inmunización de los más vulnerables debido a su edad.
En cualquier caso, la prueba de que la situación es muy complicada y genera discrepancias entre los propios expertos la da que otro especialista, Salvador Peiró, de la Asociación de Economía de la Salud, cree que la decisión de limitar la administración de la vacuna de AstraZeneca “parece bastante razonable”. Además, señala Peiró, ha llegado en un momento en el que muchas dosis del producto ya se estaban usando en personas de entre 60 y 65 años, con lo que el trastorno no va a ser tanto. “Da tiempo a reajustar”, dice.
Sí hay consenso entre los expertos en el impacto que tendrán estos cambios en la confianza de la población. Para Peiró, lo sucedido ha sido “un desastre en términos de confianza, pero no va a cambiar nada apreciable en términos de organización” de la vacunación. El epidemiólogo Jesús Molina Cabrillana, por su parte, asegura que “es un problema gordo la prensa que está teniendo la vacuna, también entre los científicos” y alerta de los riesgos de que cada territorio “vaya por su cuenta”. “Al público le afecta mucho, tienen miedo y dificultará el acto vacunal: ahí tienes que explicarle a la persona lo que le estás inyectando y mucha gente tiene dudas, por lo que habrá que invertir más tiempo en calmar esa ansiedad”. De Montalvo, en cambio, apunta: “Tenemos que acostumbrarnos a manejar la incertidumbre. No hablamos de decisiones definitivas, la estrategia de vacunación está viva. Las decisiones no son contradicciones, sino que se basan en una realidad que es cambiante”.
Con información de Juan Navarro, Juan José Mateo, Cristina Huete, Eva Saiz, María Fabra, Mikel Ormazabal y Diego Estébanez.