“Cada ola nos pilla con más camas de UCI ocupadas”
Cataluña, La Rioja, Madrid y Melilla encaran el nuevo repunte con un tercio de sus plazas de críticos destinadas a pacientes de covid
La pandemia no da tregua a las unidades de cuidados intensivos (UCI). No han terminado de desescalar de la tercera ola —una de cada cinco camas de críticos está ocupada por pacientes con covid— y la amenaza de un cuarto embate del virus ya vuelve a poner en alerta a los hospitales. La ocupación de las UCI es elevada y un repunte en estas circunstancias volvería a poner en jaque al sistema sanitario. “Entre ola y ola no hay suficiente tiempo de desescalada...
La pandemia no da tregua a las unidades de cuidados intensivos (UCI). No han terminado de desescalar de la tercera ola —una de cada cinco camas de críticos está ocupada por pacientes con covid— y la amenaza de un cuarto embate del virus ya vuelve a poner en alerta a los hospitales. La ocupación de las UCI es elevada y un repunte en estas circunstancias volvería a poner en jaque al sistema sanitario. “Entre ola y ola no hay suficiente tiempo de desescalada y cada ola nos pilla con más camas ocupadas por la covid”, lamenta Ricard Ferrer, jefe de UCI del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona y presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva. Madrid, Cataluña, La Rioja y Melilla tienen más de un tercio de sus camas de críticos ocupadas por personas con covid. El semáforo de alerta del Ministerio de Sanidad considera riesgo bajo entre el 5% y el 10% de ocupación.
La pandemia ha obligado a los hospitales a reforzar su infraestructura de camas de críticos y actualmente hay instaladas unas 10.000 plazas, más del doble que antes de la crisis sanitaria. Los hospitales funcionan ahora como una especie de acordeón, habilitando o cerrando camas en función de la demanda. “Ahora mismo, en Cataluña, las camas que ocupa la covid [más de 400] se corresponden, más o menos, con las que hemos aumentado durante la pandemia, así que no afecta a los pacientes no covid. Pero si crecemos más, volverá a afectar a la programación quirúrgica”, avisa Ferrer. Según Sanidad, hay 1.925 pacientes con covid en las UCI españolas.
La incidencia de contagios, sin embargo, lleva varios días creciendo (este lunes, 163 casos por 100.000 habitantes en 14 días) y ese incremento ya se refleja en las entradas en la UCI, que también repuntan: los ingresos crecen un 4,45% desde el 1 de abril. “La estancia de los pacientes en la UCI es muy larga. Aunque parece que los contagios disminuyen, en la UCI no hemos llegado a respirar con tranquilidad nunca”, valora José Eugenio Guerrero, jefe de UCI del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Los pacientes que entran a la UCI son más jóvenes y se recuperan más, pero no antes, insisten los especialistas. Y el ritmo de ingresos y salidas no es el mismo que el de la curva de contagios. “La curva de incidencia evoluciona más rápido que la UCI. Ante una cuarta ola, aunque sea más reducida, vamos a tener un efecto acumulativo”, avisa Daniel López-Acuña, exdirector de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Coincide Alberto Lafuente, gerente del Servicio Riojano de Salud: “La situación es muy preocupante porque de la tercera ola han quedado pacientes de forma crónica y vemos cómo ya empieza a aumentar la presión asistencial otra vez”.
La Rioja (35,8% de ocupación de UCI por covid) es una de las comunidades más afectadas por la saturación en las unidades de críticos. Durante el pico de ingresos en UCI de la tercera ola, el 1 de febrero, en España estaban ocupadas el 45,3% de las UCI con pacientes con covid (cerca de 4.900 personas), pero en La Rioja ascendían al 71%. “Tenemos un sistema sanitario reducido y no tenemos la flexibilidad de otras comunidades, así que hay que reinventarse”, justifica Lafuente. En Madrid la ocupación actual de las UCI por pacientes con covid es del 37%; en Melilla, del 41%; y en Cataluña, del 35%.
Los servicios de intensivos estaban acostumbrados a trabajar con una ocupación alta, pero sus recursos eran limitados y el aluvión de pacientes durante la primera ola desbordó el sistema: los hospitales tuvieron que parar toda la actividad no relacionada con la covid, suspender intervenciones y destinar el grueso de sus camas de UCI a los infectados más graves. En la segunda y tercera ola, los hospitales hicieron encaje de bolillos para compaginar la actividad covid y no covid, pero también suspendieron actividad ordinaria. Lafuente insiste en que el reto esta vez es “intentar no parar el sistema”. “Si se vuelven a llenar las UCI, tendremos que echar mano de profesionales de otras áreas y se frenarán consultas, pruebas e intervenciones”, alerta.
Los expertos consultados prevén una cuarta ola “más aplanada” que las anteriores, pero asumen que las UCI volverán a sufrir y advierten que los equipos sanitarios están “agotados”. “Me parece innecesaria una cuarta ola dramática. Sabemos cómo pararla, así que no corramos a desescalar [las restricciones]”, sugiere Ferrer.
La vacunación no reduce la presión en los hospitales
Los expertos consultados coinciden en que la vacunación (el 6% de la población tiene la pauta completa) tendrá un impacto modesto a la hora de atajar la cuarta ola. “Reducirá la cifra de muertes porque los ancianos de residencias están vacunados, pero no reducirá la presión hospitalaria”, tercia Ricard Ferrer, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos de Vall d’Hebron. Ferrer asume que la inmunización a colectivos frágiles, como pacientes oncológicos o dializados, evitará ingresos y el tener vacunado al personal sanitario reducirá el riesgo de brotes en los hospitales. Pero Toni Trilla, jefe de Epidemiología del Clínic de Barcelona, avisa: “Hasta que no tengamos vacunados a los mayores de 60 años, no tendrá efecto en las entradas a las UCI”.