Francia utilizará la vacuna de AstraZeneca para personas mayores de 65 años
La decisión se toma tras comprobar la eficacia del fármaco en un estudio realizado en Escocia. Alemania también estudia esta posibilidad. En España solo se administra hasta los 55 años
Francia administrará a partir de ahora la vacuna de AstraZeneca también a personas mayores de 65 años, a la vista de los resultados “muy alentadores” del estudio realizado con los datos de la campaña en Escocia (Reino Unido), donde se han administrado 1,2 millones de inyecciones sobre un total de cinco millones de habitantes.
La Alta Autoridad de Sanidad (HAS), el órgano en que se basan las decisiones del Gobierno francés, emitió este m...
Francia administrará a partir de ahora la vacuna de AstraZeneca también a personas mayores de 65 años, a la vista de los resultados “muy alentadores” del estudio realizado con los datos de la campaña en Escocia (Reino Unido), donde se han administrado 1,2 millones de inyecciones sobre un total de cinco millones de habitantes.
La Alta Autoridad de Sanidad (HAS), el órgano en que se basan las decisiones del Gobierno francés, emitió este martes un dictamen en el que se justifica ampliar la utilización de la vacuna de AstraZeneca “a las personas de más de 65 años”. Hasta ahora, esta vacuna estaba limitada en Francia al personal sanitario y a individuos de entre 50 y 65 años con comorbilidades. Los expertos franceses destacan que el estudio escocés muestra que esa vacuna reduce el riesgo de hospitalización “de forma significativa” y eso para todos los grupos de edad. De este modo, los franceses de entre 50 y 74 años que presenten comorbilidades como diabetes, hipertensión o cáncer podrán acceder a esta vacuna, según adelantó la noche del lunes el ministro de Sanidad, Olivier Véran.
“Puedo confirmar que todas las personas de 50 años o más con comorbilidades, con fragilidades, pueden vacunarse con AstraZeneca sin límite de edad, incluidas las personas de 65 a 74 años”, dijo Véran en el informativo nocturno de France 2. Véran puntualizó que para los mayores de 75 años se van a seguir inyectando los fármacos de Pfizer y Moderna. Hasta 14 países europeos han decidido hasta ahora no suministrarla a los mayores de 65 años, pero parece que esta investigación en Escocia empieza a cambiar las tornas.
Se espera que Alemania se abra también a utilizarla con mayores de 65 años próximamente. Este fue el primer país europeo que limitó la administración de esta vacuna a los menores de esa edad por falta de datos suficientes sobre su eficacia en la población que la superara. Las autoridades alemanas también se han basado en el análisis escocés para estudiar su cambio de decisión. Esta investigación concluye, a partir de los datos del servicio público de salud, que los ingresos hospitalarios de mayores de 80 años cayeron un 81% a partir de la cuarta semana de la vacunación. Esto confirmaría una eficacia en los mayores similar a la de grupos de edad más jóvenes. El trabajo aún no ha sido revisado por pares ni publicado en una revista científica. España también se alineó en la postura de los países más conservadores y tomó la decisión en febrero de administrar esta inmunización a personas de entre 18 y 55 años.
El Reino Unido lleva aplicando estas dosis a mayores de 65 desde el inicio de su campaña. Las dudas en otros países surgieron porque los ensayos clínicos contaban con poca población de más de 55 años y no había una muestra estadísticamente significativa como para probar su eficacia entre ellos. Pero ahora parece que queda demostrado que la respuesta inmunitaria es muy similar a la de personas más jóvenes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) fue la primera en recomendar esta inmunización para mayores de 65 años. Según la organización, está comprobado que genera protección y que es recomendable incluso en países donde circulen las variantes más contagiosas del coronavirus. La OMS considera que ante la escasez de vacunas que hay ahora mismo en el mundo, los países no deberían ser timoratos a la hora de aplicar la de AstraZeneca para proteger, en mayor o menor medida, a los ancianos, que son los más vulnerables a sufrir las consecuencias más graves de la covid, incluida la muerte.