Bruselas lanza un plan para la detección de las nuevas variantes del coronavirus
La UE ha gastado hasta la fecha cerca de 33.000 millones de euros en su estrategia de vacunas, según la presidenta de la Comisión
Ante el preocupante incremento de las nuevas variantes, la Comisión Europea ha presentado este miércoles un plan para anticipar y reaccionar de forma ágil a posibles mutaciones resistentes a las vacunas ya desarrolladas. El Ejecutivo europeo quiere actuar en varios frentes, dotando con unos 225 millones la investigación para la detección de nuevas variantes, agilizando la aprobación por parte del regulador europeo de...
Ante el preocupante incremento de las nuevas variantes, la Comisión Europea ha presentado este miércoles un plan para anticipar y reaccionar de forma ágil a posibles mutaciones resistentes a las vacunas ya desarrolladas. El Ejecutivo europeo quiere actuar en varios frentes, dotando con unos 225 millones la investigación para la detección de nuevas variantes, agilizando la aprobación por parte del regulador europeo de la adaptación de las vacunas y generando una red industrial que permita incrementar la producción de viales ante situaciones críticas. La comparecencia en la que la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, ha presentado el plan ha sido de una inusual transparencia, tras meses de oscurantismo, y en ella ha facilitado la cifra de que la UE en su conjunto ha pagado a las farmacéuticas unos 33.000 millones de euros.
Las variantes británica, sudafricana y brasileña se han convertido en una de las principales preocupaciones en la UE desde hace semanas. En Sudáfrica se ha llegado a suspender la vacunación con viales de AstraZeneca por las dudas sobre su efectividad frente las mutaciones. En la UE, el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), ha alertado esta semana de un aumento sostenido en el número y la proporción de casos de SARS-CoV-2 de la variante B.1.1.7.
“Debemos adaptar nuestra respuesta aún más rápido”, ha asegurado Von der Leyen, en una rueda de prensa flanqueada por dos de sus comisarios (de Sanidad y de Industria). El nuevo plan pretende ser el embrión de una nueva Autoridad de Emergencias Sanitarias (HERA, por sus siglas en inglés), similar a la agencia de investigación biomédica de Estados Unidos (BARDA), y buscará potenciar la cooperación público-privada, reuniendo “a la ciencia, la industria y las autoridades públicas”, según Von der Leyen, “para responder a este desafío”.
Bruselas busca de algún modo despejar las dudas generadas durante las últimas semanas por los tropiezos en el inicio de la campaña de vacunación y las críticas a su estrategia de compra conjunta de viales. La semana pasada, la jefa del Ejecutivo comunitario reconoció ante el Parlamento Europeo que se habían “cometido errores” en el despliegue de esta estrategia.
Esta nueva batería de propuestas llega en un momento en el que los Estados miembro han comenzado a cerrar fronteras, uno de los bienes más preciados de la UE, que parece la única herramienta existente por el momento para protegerse del avance de las nuevas variantes: nueve países, entre ellos Alemania y España, han impuesto restricciones a la libertad de desplazamientos no esenciales .
La comunicación presentada este miércoles, que Von der Leyen propondrá ahora al Consejo Europeo, donde se sientan los jefes de Gobierno de los Veintisiete, pretende potenciar el desarrollo de pruebas PCR especializadas para la detección de las nuevas variantes y apoyar la secuenciación genómica. La idea es alcanzar el objetivo del 5% de secuenciación del total de las pruebas realizadas (en estos momentos, es del 1%). También se financiarán proyectos científicos que faciliten la detección de nuevas variantes del virus. Los 250 millones de euros saldrán de los fondos Horizon, una partida presupuestaria de la UE dedicada a investigación y desarrollo.
La Comisión también busca modificar el procedimiento ante la Agencia Europea del Medicamento (EMA, en inglés) para acelerar la aprobación de los fármacos contra las nuevas variantes, “tal y como se hace actualmente con las vacunas contra la gripe humana”, según el texto de la comunicación. La idea es dar luz verde a las vacunas adaptadas presentando “un conjunto menor de datos adicionales”.
Bruselas quiere modificar además la legislación de la UE para introducir un nuevo concepto de “autorización de emergencia”, con responsabilidades compartidas entre la UE y los Estados miembro. Hasta ahora, las vacunas aprobadas por Bruselas reciben una autorización comercial condicional, que traslada la responsabilidad a las empresas, pero cuyos requisitos de revisión provocan varias semanas de retraso con respecto a otros países como el Reino Unido o Estados Unidos, que han aplicado procedimientos de emergencia. Sería similar a la que pueden usar los Estados miembro por su cuenta, para dar luz verde a los fármacos en su territorio, tal y como ha hecho Hungría con las vacunas de China y Rusia, desmarcándose del resto de la UE.
La pata industrial del plan de Bruselas buscará trabajar mano a mano con los fabricantes para identificar posibles cuellos de botella en la producción y tratará de formar una red de plantas disponibles y preparadas para producir en el momento que sea requerido. En este campo ya trabaja le comisario de Industria, Thierry Breton, quien lidera un grupo de trabajo creado tras la crisis de producción de AstraZeneca, con el fin de obtener una visión de conjunto de la cadena de producción en todo el territorio, donde ahora mismo hay en torno a 40 fábricas involucradas en la producción.
Para incrementar la producción, la Comisión estudiaría, si fuera necesario, la creación de un mecanismo que permita transferir las licencias de las patentes, sin comprometer su propiedad, de modo que se pueda compartir sin riesgos con otros posibles grandes fabricantes. Y se abre también a la posibilidad de que las vacunas puedan ser producidas fuera de la UE, algo no contemplado hasta ahora.
Bruselas prevé que los contratos firmados con las compañías farmacéuticas también tendrán que modificarse para incluir dosis resistentes a posibles mutaciones y cuenta con que serán necesarias futuras inversiones en la búsqueda de compañías que desarrollen fármacos de nueva generación.
Cuando se le ha preguntado cómo se financiarán las futuras vacunas, Von der Leyen ha respondido, en un inusitado ejercicio de transparencia, con los gastos incurridos hasta la fecha. La Comisión ha invertido cerca de 3.000 millones de euros para financiar los acuerdos de compra anticipada con las seis compañías con las que se han hasta la fecha, además de otros 1.000 millones invertidos en investigación. Pero el conjunto de los contratos firmados, que tienen en cuenta las cantidades a pagar por los Estados miembro para recibir sus dosis, ronda los 33.000 millones de euros, según ha detallado la presidenta del Ejecutivo comunitario.
La Comisión también anunció este miércoles la ampliación del contrato con la compañía Moderna, cuya vacuna se está inoculando en Europa desde enero, y de la que la UE comprará hasta 300 millones de dosis más, a sumar a los 160 millones ya comprometidos en 2020. La firma de este nuevo acuerdo, según detalló la presidenta Von der Leyen, ya tiene en cuenta la posible adaptación del fármaco frente a nuevas variantes, algo que también contiene el ampliación del contrato con la firma BioNTech, a la que se adquirió en enero 600 millones de dosis adicionales.