La Rioja y Castilla y León confinan a más de 65.000 personas ante los rebrotes de varios municipios
Calahorra y Medina del Campo, las mayores localidades afectadas, superan una incidencia acumulada en 14 días de 1.000 casos por cada 100.000 habitantes
Los confinamientos locales ya son tendencia en esta segunda oleada del coronavirus en España. La Rioja y Castilla y León han tenido que aplicar respectivamente medidas restrictivas sobre las zonas básicas de salud del entorno de Calahorra (43.000 habitantes) o Medina del Campo (20.500). La incidencia acumulada en 14 días de estos municipios rebasa los 1.000 casos por 100.000 habitantes, ...
Los confinamientos locales ya son tendencia en esta segunda oleada del coronavirus en España. La Rioja y Castilla y León han tenido que aplicar respectivamente medidas restrictivas sobre las zonas básicas de salud del entorno de Calahorra (43.000 habitantes) o Medina del Campo (20.500). La incidencia acumulada en 14 días de estos municipios rebasa los 1.000 casos por 100.000 habitantes, una cifra muy por encima de la que los especialistas consideran grave. Además, el 37% de la ocupación de las UCI riojanas se debe a pacientes covid-19.
El Ejecutivo riojano ha tomado esta decisión incluso antes de conocerse los resultados de los cribados masivos que se estaban efectuando en la Rioja Baja. Los municipios afectados son, de momento, Calahorra, Arnedo y Rincón de Soto, con Aldeanueva al filo de verse sometida a estos controles. Entre las tres alcanzan los 43.000 residentes. La duración de las restricciones será de al menos una semana, que podría ampliarse si los contagios no se aminoran, e implicará la restricción de las entradas y salidas salvo para trabajar o por motivos de fuerza mayor, además de limitar las reuniones sociales tanto en el ámbito privado como en el exterior. El consumo en bares y restaurantes, al igual que en otros territorios en cuarentena, como el burgalés Miranda de Ebro (35.000 habitantes), no podrá realizarse en barra y quedan suspendidas todas las actividades en el interior. El mismo destino corren las prácticas deportivas colectivas o gimnasios. Bodas o entierros no podrán congregar a más de 10 asistentes.
La presidenta autonómica, la socialista Concha Andreu, ha anunciado este confinamiento, que entrará en vigor desde la medianoche de este jueves. Alfaro ya vivió unas condiciones similares a principios de septiembre ante el impacto del coronavirus. La consejera de Salud de La Rioja, Sara Alba, ha insistido en la que la situación de estos tres pueblos “dista mucho del resto de la Comunidad Autónoma”. El éxito de la intervención, ha recalcado, se sustenta en el compromiso social: “Si lo pudimos hacer en Alfaro, lo haremos también bien en estas localidades. Pero para eso necesitamos la colaboración de la totalidad de la población”. La policía comprobará el respeto a la norma con controles aleatorios.
Trasmisión comunitaria en Castilla y León
La propagación de las infecciones en la zona de Medina del Campo ha provocado la intervención de la Junta, que ha ordenado un confinamiento de dos semanas que entrará en vigor, salvo que una orden judicial disponga lo contrario, en cuanto se publique en el boletín oficial de este miércoles. Serán dos semanas bajo estrictas restricciones de contacto social y de coincidencia en espacios públicos, con criterios similares a los riojanos o a los de Miranda de Ebro, que al igual que Sotillo de La Ribera (Burgos) recibió esta instrucción oficial la semana pasada ante el repunte de casos. Asimismo, las vallisoletanas Pedrajas de San Esteban e Íscar permanecen confinadas por segunda vez, pues ya sufrieron estas medidas a principios de agosto y los rebrotes se han repetido en septiembre.
La tasa de incidencia en Medina del Campo supera los 1.100 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. En el municipio vallisoletano se ha detectado trasmisión comunitaria, señal de que no todos los brotes están controlados y hay contagios que los rastreadores no han podido detectar. El Carpio, un pueblo con 4.000 residentes en el entorno medinense, acumula una incidencia acumulada de 1.260 positivos por cada 100.000 personas.
La otra zona castellanoleonesa que deberá someterse a esta normativa se llama Sotoserrano (Salamanca, 580 vecinos), donde los números son mucho mayores: alcanzan los 3.750 casos por cada 100.000 habitantes. Se trata de la primera localidad charra que sufre estas restricciones desde que se superó el estado de alarma.
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