Marruecos bate en una semana cuatro récords de positivos
El país restringe las entradas y salidas de ocho ciudades durante 14 días para frenar el aumento de contagios
Marruecos atraviesa su peor momento en la lucha contra la covid-19, desde que inició el 10 de junio la desescalada, tras cuatro duros meses de un confinamiento que fue tan radical como efectivo. El ministro de Sanidad, Khalid Ait Taleb, declaró el pasado lunes en conferencia de prensa que el balance de casos positivos registrados en la última semana en varias regiones, como Tánger o Casablanca, es superior al de los últimos cuatro ...
Marruecos atraviesa su peor momento en la lucha contra la covid-19, desde que inició el 10 de junio la desescalada, tras cuatro duros meses de un confinamiento que fue tan radical como efectivo. El ministro de Sanidad, Khalid Ait Taleb, declaró el pasado lunes en conferencia de prensa que el balance de casos positivos registrados en la última semana en varias regiones, como Tánger o Casablanca, es superior al de los últimos cuatro meses. Calificó la situación de “inquietante”, aunque aclaró que “no está fuera de control”.
El país ha batido en una semana cuatro récords de infectados. El sábado 25 de julio alcanzó su cifra más alta de contagios durante una jornada con 811 casos. La cifra bajó el domingo a 633 y descendió el lunes a 609. Pero el miércoles batió otro récord con 826 positivos. El jueves rebasó por primera vez la barrera de los mil y llegó hasta los 1.046 casos. Y el viernes alcanzó los 1.063. En total sumaba el viernes 24.322 infectados y 17.658 recuperados.
Aunque la situación en Marruecos (35 millones de habitantes) es “inquietante”, hasta el jueves solo registraba 353 muertes, cifra inferior a las 1.210 de la vecina Argelia (país de 42 millones de personas) y a las 28.445 contabilizadas en España (47 millones) hasta ese día. España y Marruecos mantienen desde el 15 de julio conexiones aéreas semanales de ida y vuelta efectuadas por la compañía Royal Air Maroc entre Casablanca y los aeropuertos de Madrid, Barcelona y Málaga.
Las autoridades marroquíes no solo están preocupadas por los casos de contagios ya detectados en la última semana, sino por los que pueden sobrevenir desde el pasado viernes, día en que se ha celebrado la Fiesta del Sacrificio, equivalente en el mundo musulmán por la carga familiar que conlleva a la Nochebuena cristiana.
Millones de marroquíes suelen viajar en estas fechas para compartir el cordero junto a su familia. Ante la posibilidad de enfrentar desplazamientos masivos, los ministerios del Interior, de Sanidad y de Transporte anunciaron el domingo 26 de julio a las seis de la tarde que el acceso y salida de ocho ciudades del país quedaba restringido desde el lunes a medianoche. Es decir, en el plazo de apenas seis horas, millones de ciudadanos no podrían salir o entrar de esos municipios salvo autorización expresa. La medida rige desde el 27 de julio y se prolonga durante 14 días. Afecta a los municipios más poblados del país, a excepción de Rabat: Casablanca, Tánger, Tetuán, Fez, Marrakech, Meknés, Setat y Berrechid.
Sin embargo, la restricción provocó el efecto contrario: grandes aglomeraciones en las estaciones de trenes y autobuses y escenas de caos en las carreteras. Las cifras oficiales señalan más de 300 heridos y 15 muertos en accidentes de tráfico entre el domingo y el lunes.
El mensaje estatal contenía una frase que ha sido duramente criticada en las redes sociales: “Esta decisión se ha tomado a causa de la falta de respeto que han mostrado la mayoría de los ciudadanos hacia las medidas preventivas en vigor”. Zakaria Boualem, el columnista satírico del semanario Tel Quel, escribió: “Dicho de otra forma: hemos sido castigados, amigos. Todo eso es por nuestra culpa. Los hospitales insuficientes, por ejemplo, también es por nuestra culpa, es una evidencia”.
Pocos minutos después del mensaje oficial ya se formaron colas kilométricas de coches para intentar acceder a las autopistas. Pero ese fue solo el inicio de un caos en el que no faltaron imágenes de accidentes y autos en llamas difundidas en las redes sociales. Decenas de personas optaron por salir a pie de las grandes urbes como Tánger y otros escogieron hacerlo en moto, campo a través. Un día después del comunicado, el Gobierno aclaró que quien presentase una reserva de hotel en la ciudad de destino podría obtener una autorización especial para viajar a las ocho ciudades semicerradas. De nuevo, el Gobierno fue acusado de improvisar y de tratar mejor a quienes pueden permitirse el pago de un hotel.
Durante los primeros meses, la gestión del Gobierno en la lucha contra la pandemia fue ensalzada por gran parte de la prensa y la sociedad. Desde que se inició el desconfinamiento el pasado 10 de junio las autoridades acumulan críticas. Una de las medidas más contestadas fue el anuncio del reconfinamiento de Tánger, el pasado lunes 13 de julio. Primero se anunció el domingo que se iban a reconfinar varios barrios donde habían aparecido brotes, el lunes por la mañana se aclaró que quedaba reconfinada toda la ciudad y se suspendían las conexiones por carretera y trenes. Y el mismo lunes por la tarde se precisó que se restablecían las conexiones con Tánger y que el reconfinamiento afectaba solo a cinco barrios.
El anuncio sorpresivo del domingo 26 de julio por el que se decretaba la restricción de entradas y salidas en ocho ciudades también generó un aluvión de críticas. La columnista Nadia Salah escribió al día siguiente en la primera página del diario L’Economiste: “El ministerio del Interior, el de Sanidad y el de Transportes merecen un tirón de orejas: han logrado crear el mayor gran bazar que nunca antes tuvo Marruecos”. (…) “Todos los símbolos, todas las imágenes, todos los miedos fueron reunidos en pocas horas para forma un gran desorden real y psicológico. [No ha habido] ninguna anticipación a la reacción ciudadana, como si fuera una masa informe, sin inteligencia; ninguna medida paliativa en medio de la crisis, como peajes gratuitos, por poner un ejemplo, para evitar los embotellamientos, pero, sobre todo, evitar enviar la lamentable idea de que el ciudadano debe pagar por el desorden del que no es responsable”.
El Gobierno ya evitó en gran medida muchos contagios al suspender este año la Operación Paso del Estrecho. Este año no se han visto colas de coche en los puertos españoles porque solo se puede viajar a Marruecos a través de barcos que salen desde el puerto francés de Sète y el de Génova, en Italia, o mediante vuelos de la compañía pública Royal Air Maroc. Ahora, el gran reto de las autoridades consiste en afrontar el posible aumento de contagios tras la Fiesta del Sacrificio sin que se sature el frágil sistema público de salud. Los récords de contagios registrados esta semana se han producido justo antes de que se reúnan las familias en la Fiesta del Cordero. En los días siguientes se conocerán los efectos de las reuniones familiares.
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