Fernández flexibiliza la cuarentena en Buenos Aires por el hartazgo social
El anuncio presidencial tiene lugar días después de registrarse un nuevo récord de casos diarios
Argentina quiere volver de forma escalonada a la normalidad. El Gobierno de Alberto Fernández anunció este viernes una flexibilización de la cuarentena que rige desde hace 120 días, casi un tercio del año ya, pese a admitir que el número de contagios es elevado y que Argentina está “muy lejos” de superar la pandemia de coronavirus. ...
Argentina quiere volver de forma escalonada a la normalidad. El Gobierno de Alberto Fernández anunció este viernes una flexibilización de la cuarentena que rige desde hace 120 días, casi un tercio del año ya, pese a admitir que el número de contagios es elevado y que Argentina está “muy lejos” de superar la pandemia de coronavirus. Las restricciones a la circulación en Buenos Aires y su extrarradio, donde se concentran nueve de cada diez casos positivos por covid-19, no se levantarán, pero se relajarán. En las próximas dos semanas, reabrirán comercios, peluquerías, despachos de abogados y templos para el rezo individual. Volverá a permitirse el ejercicio al aire libre y se ampliarán los días en los que los menores pueden salir de casa, ahora limitados a los fines de semana. Si los contagios se disparan, se dará marcha atrás.
“Entre el 18 de julio y el 2 de agosto vamos a ir tratando de volver a la vida habitual en este nuevo mundo que nos exige cuidados diferentes”, dijo Fernández desde la residencia presidencial. Los habitantes de Buenos Aires se han habituado ya a salir a la calle con mascarilla, a dejarse tomar la temperatura al entrar a un supermercado, lavarse las manos con frecuencia, llevar siempre encima alcohol en gel y mantener dos metros de distancia con los demás. “Estamos en una situación buena a pesar de lo mucho que han crecido los contagios en el último tiempo”, destacó el presidente, acompañado del alcalde de la capital argentina, Horacio Rodríguez Larreta (opositor), y del gobernador de Buenos Aires. De forma virtual se conectaron también sus pares de las otras tres provincias más afectadas: Chaco, Río Negro y Jujuy.
Hasta el momento, Argentina ha registrado 114.783 personas contagiadas de la covid-19, entre las que 2.112 han muerto. La pandemia comenzó a acelerarse a partir de junio y el martes se registró un nuevo récord de casos diarios, 4.250. Aún así, el Gobierno sostiene que el retorno a la cuarentena estricta en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)—donde vive casi un cuarto de la población argentina— ha ralentizado el ritmo de crecimiento y de ocupación de camas intensivas. Con esos datos en la mano, el Ejecutivo ha decidido flexibilizar el aislamiento y aliviar el malestar de gran parte de la ciudadanía, preocupada por su merma de ingresos por la paralización de las actividades económicas y también por las consecuencias físicas y mentales de un encierro tan prolongado.
“Sabemos lo difícil que está siendo este tiempo para todos. Difícil por la enfermedad, porque hay un problema sanitario, pero también hay un problema económico, social y afectivo”, reconoció Kicillof. Argentina está en su tercer año de recesión económica y la pandemia ha disparado la pobreza extrema: de ocho millones de personas que requerían asistencia alimentaria se ha pasado a once.
Tanto el presidente argentino como los gobernadores hicieron hincapié en la responsabilidad individual de cada ciudadano para mantener medidas de higiene y prevención que limiten la propagación del virus. “Estamos en una etapa que va a depender muchísimo del esfuerzo de cada uno, de que nadie se relaje”, advirtió Kicillof, al frente de la provincia más poblada y con mayor número de casos. El Gobierno quiere evitar un pico pronunciado de la pandemia que provoque un colapso sanitario, tal y como ha ocurrido en países como España e Italia.
Entre las restricciones que siguen vigentes en Buenos Aires y su área metropolitana están las reuniones sociales, las actividades culturales y la reapertura de cafés y bares. Las escuelas, sin clases hasta agosto por vacaciones, permanecerán cerradas tras el receso invernal.
El regreso a la nueva normalidad se define provincia a provincia. La precaución con la que se dan los primeros pasos en Buenos Aires contrasta con la avanzada reapertura en aquellas provincias donde no se registran casos.
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