El Rey elogia el papel de la prensa como “conciencia crítica” durante el confinamiento
Felipe VI subaraya que la libertad de información es el "oxígeno que vivifica las democracias"
“La libertad de prensa aporta un oxígeno que vivifica las democracias”. Lo ha recordado la noche de este lunes el Rey, en la entrega de los premios de periodismo Mariano de Cavia, que cada año otorga el diario Abc, pero que en esta ocasión tenían una solemnidad especial, pues cumplían su primer centenario. Los galardonados: el escritor Arturo Pérez-Reverte, la reportera y escritora ...
“La libertad de prensa aporta un oxígeno que vivifica las democracias”. Lo ha recordado la noche de este lunes el Rey, en la entrega de los premios de periodismo Mariano de Cavia, que cada año otorga el diario Abc, pero que en esta ocasión tenían una solemnidad especial, pues cumplían su primer centenario. Los galardonados: el escritor Arturo Pérez-Reverte, la reportera y escritora Maruja Torres y el fotoperiodista Dani Duch.
Felipe VI ha aprovechado su intervención para hacer un elogio del papel jugado por la prensa durante el confinamiento. “En los momentos más duros de la pandemia, la información no dejó de fluir”, ha subrayado. “Las redacciones se vaciaron y fue necesario implantar nuevos modelos de teletrabajo, asumiendo un desafío tecnológico y organizativo inédito. Los periódicos siguieron llegando a los lectores, se reforzaron las ediciones digitales, que han alcanzado audiencias extraordinarias”, ha continuado. Pero lo más importante, ha añadido, es que “la prensa siguió ejerciendo su labor como la conciencia crítica de una sociedad diversa y plural, característica fundamental del periodismo ejercido en libertad y democracia”.
En un momento en que la prensa se enfrenta a una gravísima crisis coyuntural, debido a la pandemia, y a otra estructural, derivada de un cambio de modelo, el Rey ha hecho una defensa del periodismo, del que ha dicho que “no es un oficio más”. Le acompañaba la reina Letizia, que fue periodista antes que princesa.
Felipe VI ha agradecido al director de Abc, Bieito Rubido, y a la redacción de su diario el esfuerzo realizado “en unos meses muy complicados”, pero ha hecho extensivo este agradecimiento “al conjunto de la profesión y de las empresas periodísticas por su trabajo siempre valioso, pero más aún en estas circunstancias tan difíciles para nuestra sociedad”. Tras glosar la trayectoria de los tres galardonados, ha concluido: “Periodismo con mayúsculas, siempre imprescindible”.
Los premios fueron concedidos el 27 de mayo por un jurado presidido por el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, e integrado por los entonces directores de Abc, EL PAÍS, La Vanguardia, El Mundo y El Correo, que tuvieron que reunirse telemáticamente, debido a la pandemia. También la ceremonia de entrega de los galardones, celebrada en la nueva sede de Abc, ha estado marcada por la “nueva normalidad” que ha impuesto el coronavirus: con mascarillas, sin besos ni apretones de manos y desinfectando el atril tras cada intervención.
Pérez-Reverte, distinguido por su artículo La Posada de Dickens publicado en XL Semanal, ha hecho bandera del “miedo” que la prensa libre provoca en los poderosos porque “sin ese miedo saludable”, ha argumentado, ”todo poder se vuelve tiranía”. Maruja Torres, premiada por toda su trayectoria y citada por su serie Vieja, sola y amortizada, publicada en EL PAIS durante el confinamiento, ha defendido “la concordia y el buen rollo”, pues “una cosa es la verdad y otra la crispación”, y ha recordado que la resistencia es la principal virtud que han tenido que ejercer las mujeres que se dedican al oficio del periodismo. Dani Duch ha sido el más reivindicativo: no solo ha reclamado la condición de “fotoperiodista”, sino que se ha quejado de las condiciones de trabajo de los fotógrafos de prensa, muchas veces hacinados “como ganado”, y ha terminado solicitando a los Reyes realizar un reportaje fotográfico de su vida privada.
Entre los asistentes, las presidentas del Congreso y el Senado, Meritxell Batet y Pilar Llop, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la presidenta de la Comunidad Madrid, Isabel Díaz Ayuso, protagonista de la premiada fotografía de Duch en la que aparece, altiva y desafiante, el día de su investidura.