Miles de estudiantes extranjeros en EE UU quedan en la incertidumbre por el cambio de normas de inmigración
Las universidades se ven obligadas a elegir entre hacer clases presenciales en medio de la pandemia o perder a los alumnos extranjeros
Cientos de miles de estudiantes extranjeros en las universidades e institutos de Estados Unidos amanecieron este martes sin saber si podrán seguir con sus vidas el curso que viene. Según una circular publicada por sorpresa por Inmigración el lunes, se tienen que ir del país si las clases son online. Más aún, si tienen clases presenciales el año que viene y en algún momento se trasladan a remoto, también tienen que abandona...
Cientos de miles de estudiantes extranjeros en las universidades e institutos de Estados Unidos amanecieron este martes sin saber si podrán seguir con sus vidas el curso que viene. Según una circular publicada por sorpresa por Inmigración el lunes, se tienen que ir del país si las clases son online. Más aún, si tienen clases presenciales el año que viene y en algún momento se trasladan a remoto, también tienen que abandonar el país o serán deportados. En una nación con más de 5.000 centros de educación superior y más de un millón de estudiantes internacionales —7.489 españoles matriculados en sus universidades en el 2017-2018—, la casuística es infinita y la incertidumbre, total.
“Es increíble que en una situación ya de por sí con tanta incertidumbre se haga una política tan agresiva”, afirma desde Barcelona Jaume Vives, estudiante de doctorado en el MIT. En marzo había renovado por un año su alquiler en Boston con dos compañeros de piso. Ese mes, al empezar la pandemia la universidad trasladó todas las clases online y pidió a los estudiantes que se fueran. Vives planeaba volver en agosto. Afirma que el MIT está poniendo muchas facilidades, pero aun así no sabe ni siquiera si va a poder volver a entrar en EE UU: “la incertidumbre se extiende a todo el curso que viene. Muchas universidades han hecho planes de estudios en los que solo se puede estar un semestre en el campus”.
La orden afecta a dos tipos de visado de estudiante (F y M). Vives tiene un visado F. En 2019 se concedieron casi 389.000 documentos de esta modalidad y 9.500 tipo M. Más de la mitad del millón de estudiantes extranjeros proceden solo de dos países, China e India. Según un estudio de la Asociación de Educadores Internacionales (Nasfa), estos alumnos dejaron 36.900 millones de dólares (32.676 millones de euros) en el país en el curso 2016-2017.
Las condiciones para tener un visado de estudiante incluyen que las clases no pueden ser online. Cuando toda la educación se trasladó a remoto con la pandemia, Inmigración emitió una excepción para que no se anularan los visados. Esa excepción es lo que ahora se elimina para el curso que viene. Pero la pandemia sigue ahí. La circular de Inmigración (ICE) hace referencia a una orden oficial que se emitirá “en un futuro cercano”.
En el texto hay al menos una zona gris a la espera de concretar. En uno de los puntos se dice que se permitirá más clases online de las habituales en aquellos centros que establezcan un “modelo híbrido”. También se dice a los estudiantes que pueden trasladarse a otra universidad que ofrezca clases presenciales. La orden aparece justo cuando estas instituciones están publicando sus planes para el año que viene. La casuística va desde las que empezarán el curso completamente online, como Harvard, hasta las que tiene sistemas híbridos de algún tipo. Las universidades estaban justamente decidiendo estos días sus planes.
El martes por la noche, el Departamento de Estado emitió una breve nota de prensa que se titulaba: “Los estudiantes internacionales son bienvenidos”. En el texto, dice que las nuevas normas “permitirán una mezcla de curso en persona y en línea para cumplir los requisitos para el estatus de estudiante no inmigrante (los visados F y M mencionados)”. El departamento parece confirmar que la única salida es encontrar modelos de estudios mixtos.
La situación de los estudiantes también añade sus propias variables. Jaume Vives, por ejemplo, se plantea como peor escenario quedarse en Barcelona y tomarse un año sabático si no hay forma de volver en septiembre al MIT. Pero hay gente en su doctorado, especialmente en los cursos más altos, que se ha mudado a Boston con su familia y esta situación les puede obligar a trasladarse a su país.
La agresividad de la Administración Trump en este sentido hace que incluso los que no están específicamente nombrados en la orden teman por su futuro. El otro visado de estudiante más común es el tipo J, como el que tiene Javier Padilla, estudiante de doctorado de Ciencias Políticas en City University de Nueva York (CUNY). Se había ido a España por motivos familiares con la idea de volver en agosto. Piensa que es cuestión de tiempo que les afecte. “Ahora las universidades tienen que elegir qué modelo de estudios van a tener. Genera una dinámica muy peligrosa. Les obliga a abrir y poner en riesgo a la gente. Para muchos, perder el visado puede significar perder también la beca”, dice Padilla. Los alumnos españoles se han duplicado en una década porque muchos logran una beca de estudio de la universidad por sus méritos deportivos.
En medio de la confusión, los emails de departamentos de admisión y grupos de WhatsApp de estudiantes, la circular de Inmigración empezó a generar reacciones este martes por la mañana. La senadora Elizabeth Warren escribió en Twitter que “expulsar a los estudiantes internacionales en medio de una pandemia global” es “un sinsentido, cruel y xenófobo” y exigió que se revierta la decisión “inmediatamente”. Stephen Walt, profesor de Asuntos Internacionales en la Escuela Kennedy de Harvard, escribió: “Asumo que Trump y Miller (Stephen Miller, su asesor en inmigración) están encantados con que los estudiantes acaben en la Universidad de Tsinghua (China). El gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, dijo: “No podemos ser un líder mundial si le cerramos la puerta al futuro a los estudiantes”.
Para dar una idea de la confusión, las universidades no tenían mucha más información que los estudiantes. La Universidad del Sur de California, una institución privada con muchos estudiantes internacionales, publicó un comunicado en el que decía que darán información en cuanto puedan y están “trabajando diligentemente para averiguar cómo ayudarlos”. Algo parecido sostuvo ante sus estudiantes la Universidad de Florida. Aún no hay respuestas. Al menos dos peticiones habían surgido en la red este martes por la mañana para revertir la decisión. Unas horas antes del anuncio, sin que nadie supiera aún a cuento de qué, el presidente Donald Trump había tuiteado: “¡LAS ESCUELAS DEBEN ABRIR EN OTOÑO!!!”.