El nuevo cardenal brasileño opina que el sucesor de Juan Pablo II será latinoamericano

El Papa nombra arzobispo a su secretario, Stanislaw Dziwisz

El arzobispo de Río de Janeiro, Eusebio Oscar Scheid, uno de los 31 nuevos cardenales de la iglesia católica designados ayer por Juan Pablo II, ha afirmado que el próximo pontífice será un latinoamericano. "Creo que hay grandes posibilidades de que el nuevo Papa sea de América Latina, porque es una región tradicionalmente católica", ha apuntado el prelado.

Scheid, de 70 años y considerado un moderado dentro de la iglesia católica brasileña, ha señalado sin embargo que, si le tocara participar en el cónclave que elegirá al sucesor de Juan Pablo II, votaría por un cardenal africano. "Si t...

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El arzobispo de Río de Janeiro, Eusebio Oscar Scheid, uno de los 31 nuevos cardenales de la iglesia católica designados ayer por Juan Pablo II, ha afirmado que el próximo pontífice será un latinoamericano. "Creo que hay grandes posibilidades de que el nuevo Papa sea de América Latina, porque es una región tradicionalmente católica", ha apuntado el prelado.

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Scheid, de 70 años y considerado un moderado dentro de la iglesia católica brasileña, ha señalado sin embargo que, si le tocara participar en el cónclave que elegirá al sucesor de Juan Pablo II, votaría por un cardenal africano. "Si tuviese que votar ahora lo haría por un africano porque África es un continente que sufre mucho", ha añadido Scheid, que será el octavo cardenal brasileño cuando reciba el capelo cardenalicio el próximo 21 de octubre en Roma junto con los otros 30 nuevos cardenales.

Sin embargo, otro de los designados, el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, se ha mostrado más cauto y ha declarado que el Vaticano no contempla la posibilidad de nombrar un sucesor del Pontífice mientras Juan Pablo II siga con vida. "No es un cargo o un oficio el de Santo Padre, no es un funcionario que ha hecho un concurso de méritos y al que le llega la jubilación; es el espíritu del Señor que se manifiesta en la Historia", ha indicado a Radio Nacional.

Por otro lado, Juan Pablo II ha nombrado arzobispos a su secretario particular, Stanislaw Dziwisz; al prefecto de la Casa Pontificia, James Michael Harvey, y al maestro de las Ceremonias Litúrgicas Pontificias, Piero Marino, los tres estrechos colaboradores del Papa, según ha informado hoy el Vaticano. Dziwisz, de 64 años, está considerado la "sombra" de Papa Wojtyla en estos 25 años de pontificado.

En ambientes vaticanos se daba por hecho que ayer Juan Pablo II le habría nombrado cardenal y visto que el Pontífice designó 30 nuevos purpurados más otro "in pectore", es decir cuyo nombre mantiene en secreto, no se descartaba que se tratase de Dziwisz. Ante el nombramiento de hoy, todo parece indicar que el cardenal "in pectore" es otro. No se descarta que se trate del arzobispo de Hong Kong, Josep Zen Zekiun.

El nombramiento "in pectore" es una prerrogativa del Papa, quien muchas veces no publica los nombres por razones de conveniencia para la Santa Sede (se prefiere mantener como arzobispo a alguien que esté desarrollando un buen trabajo y que de ser nombrado cardenal tendría que abandonar el puesto) o por razones políticas. Por ello y vistas las malas relaciones con Pekín, anunciar el nombramiento del arzobispo de Hong Kong podría dañarlas aún más. Tampoco se descarta que pueda ser el arzobispo de Moscú, Tadeusz Kondrusiewicz, y que no haya sido hecho público, de momento, para no perjudicar el acercamiento entre Roma y la Iglesia Ortodoxa rusa.

El brasileño Eusebio Oscar Scheid, arzobispo de San Sebastián de Río de Janeiro.EFE

Un cónclave "muy conservador"

El presidente de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, Enrique Miret Magdalena, ha advertido de que el cónclave da un perfil "muy conservador, en la línea del actual Papa", por lo que ha augurado "nuevos retrocesos en la Iglesia en cuestiones doctrinales y morales".

Miret Magdalena ha criticado también la proporción de cardenales europeos y latinoamericanos designados -66 europeos por 21 latinoamericanos-, a pesar de que en Latinoamérica se concentran la mayor parte de católicos. Sobre la posibilidad de que el Papa decida renunciar por voluntad propia, ha indicado que "sería lo deseable", si bien ha reconocido que es "poco probable que dimita".

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