El jengibre gana terreno en la coctelería: “Es el picante natural que todos pueden usar”
Desde clásicos como el Moscow Mule hasta creaciones de autor, el jengibre conquista la coctelería con su frescura
Camila Giraldi recuerda con nostalgia su primer gran concurso en Argentina. Quería darle un giro a un cóctel clásico y decidió infusionar un bitter con jengibre para potenciar su sabor. “Lo quería más picante y más medicinal”, explica. Su apuesta fue arriesgada, pero el resultado sorprendió. Desde entonces, el jengibre se ha convertido en un ingrediente imprescindible en su barra. “Todos lo conocen, pero pocos lo usan por miedo a su picor. Es un básico, tanto en el bar como en la cocina”, dice la mixóloga, que agita cocteleras en el sevillano Naked and Famous. Su cóctel favorito es el Penicillin.
El jengibre ha acompañado a la coctelería durante décadas. Se hizo famoso con el Moscow Mule, en el que se mezcla con vodka y lima. Luego llegaron creaciones como el Penicillin, con whisky, miel de jengibre y limón, y el Dark & Stormy, donde el ron oscuro se combina con ginger beer. Valeria Naranjo, creadora de contenido en coctelería, con más de 50.000 seguidores en Instagram, lo utiliza de muchas y variadas formas. “Es el picante natural que todos pueden usar”, dice. Su truco es calentarlo para suavizar su intensidad sin perder carácter. “Si lo caliento un poco, bajo el picor y lo endulzo. Si le añado miel, elimino el azúcar”, sentencia.
Carlos Moreno tuvo su propia revelación con el jengibre en 2015, cuando se encargaba de los cócteles en el Streetxo de Dabiz Muñoz. Mientras experimentaba, creó una jalea de yuzu y jengibre que cambiaría su manera de ver la coctelería. “Me voló la cabeza y comencé a ver posibilidades”, dice el responsable de las barras del grupo Larrumba y Carbón Negro. Hoy, el jengibre es protagonista en varias de sus cartas. “Puedes usarlo de mil maneras: fresco, seco, en polvo, caramelizado. Potencia cualquier bebida”, concluye Camila Giraldi.