Ir al contenido

Richmond Kennedy Quarcoo, activista ambiental: “La próxima generación nos merecemos algo mejor que ser un vertedero”

El director de Plastic Punch, una ONG de Ghana dedicada a la lucha contra la contaminación por plásticos, aboga por reducir el consumo y critica el “colonialismo de residuos” que sufren los países del Sur Global

En 2018, durante una noche de monitoreo de nidos de tortuga en una playa ghanesa, Richmond Kennedy Quarcoo (Hohoe, Ghana, 34 años) y sus amigos vieron seis tortugas, cinco de ellas muertas, algunas estranguladas con plásticos alrededor del cuello. “Observamos que la playa estaba muy contaminada”, recuerda este activista medioambiental, y “pensamos que era necesario acercar este problema a las comunidades y mantener limpios los lugares donde anidan estos animales”. Así nació Plastic Punch, una ONG de Ghana que también trabaja en Nigeria para concienciar a población e instituciones sobre la contaminación por plásticos.

Quarcoo, director de la organización, explica que comenzaron con la limpieza de playas, “no como solución definitiva”, sino para involucrar a la comunidad y recopilar datos con los que influir en políticas medioambientales. También hacen activismo para prohibir los “plásticos problemáticos” o promover la responsabilidad extendida del productor, auditan marcas y fomentan alternativas a los plásticos de un solo uso.

El activista, que se encuentra en Cataluña para participar en la gira del proyecto Ciutats Defensores dels Drets Humans, explica que sobre todo abogan por reducir el plástico. Cree que la solución frente a estos residuos “no está en el reciclaje”, sino en “cerrar el grifo”. “A nivel global, menos del 10% del plástico se recicla, es una herramienta limitada. De hecho, ha sido muy utilizado para el greenwashing”, explica.

Quarcoo menciona que también lo usan los gobiernos occidentales para promover su “colonialismo de residuos” en países del Sur Global. “Te dicen: ‘monta una planta de reciclaje’, y luego depositan basura proveniente de sus propios países”, denuncia el activista, que considera que “la próxima generación nos merecemos algo que mejor que ser un vertedero”. “La población está aumentando, el uso de plásticos será mayor y, a menos que elaboremos políticas estrictas, va a ser una pesadilla”, añade.

Pregunta. En Ghana se generan un millón de toneladas de plástico anualmente y solo una pequeña parte se recicla correctamente. ¿Qué se puede hacer?

Respuesta. Hace 30 años en Ghana hacíamos lo correcto: llevábamos nuestras bolsas y recipientes para la comida al mercado. Eso es lo que buscamos promover nuevamente en el país. También debemos invertir en investigación y desarrollo, y por eso hemos explorado el potencial de las fibras vegetales para crear productos que reemplacen el poliestireno y otros plásticos.

Necesitamos leyes que permitan eliminar [el plástico] gradualmente, creando un entorno propicio para la inversión en estas tecnologías. Seguiremos exigiendo acción al Gobierno. El presidente, John Mahama, ha insinuado que se eliminará gradualmente el poliestireno, uno de los mayores contaminantes, ya que no puede reciclarse y termina desintegrándose por todas partes.

Debemos apelar a quienes tienen el poder adquisitivo para que sean más conscientes de lo que consumen
Richmond Kennedy Quarcoo, activista medioambiental:

P. Ghana es uno de los cementerios mundiales de desechos tecnológicos y también de ropa. Gran parte procede del Norte Global. ¿Qué papel juega ese colonialismo de residuos en perpetuar desigualdades ambientales entre el Norte y Sur?

R. Es una realidad triste que un país incapaz de gestionar sus propios desechos esté recibiendo todavía más basura de otros países. Creo que la primera responsabilidad recae en nuestros gobiernos, que deben promulgar leyes firmes y hacerlas cumplir para que esto no suceda. También debemos apelar a quienes tienen el poder adquisitivo para que sean más conscientes de lo que consumen.

Algunas de estas cuestiones están encubiertas bajo el apoyo al desarrollo. Vienen a Ghana y nos dicen que una planta de reciclaje de desechos electrónicos generará mucho dinero para el país. Pero si de verdad produce tanto dinero, ¿por qué no reciclan ustedes esos residuos en sus propios países? ¿Por qué tienen que mandarlos aquí? ¿Por qué quieren que seamos nosotros quienes ‘ganemos dinero’?

P. ¿Cómo se conectan estos residuos textiles y tecnológicos con la contaminación plástica en costas y océanos?

R. Se trata de sistemas de gestión de residuos ineficaces. Los comerciantes que compran estos desechos también pierden dinero y no quieren gastar más en gestionar los residuos, así que los tiran a los cursos de agua o en la playa. La mayoría de estas telas y materiales contienen componentes plásticos que generan microplásticos que los peces ingieren, y a la larga nos afectan a nosotros también. Lo mismo ocurre con los desechos electrónicos. Después de extraer los materiales que necesitan, queda una gran cantidad de residuos plásticos que se abandona o se quema allí mismo.

¿Cómo haces la compra? ¿Llevas tus propias bolsas? Imagínate que las 8.000 millones de personas del planeta empezaran a llevar bolsas reutilizables. Eso supondría una reducción de 8.000 millones de plásticos de un solo uso al día
Richmond Kennedy Quarcoo, activista medioambiental

P. En agosto las negociaciones para un tratado de plásticos volvieron a fracasar. Hay países que mantienen que debe centrarse en la contaminación y no en poner límites a la producción.

R. Mi opinión es muy clara: menos plásticos, mejores vidas. Todos esos países que promueven la gestión de residuos en lugar de reducir la producción tienen intereses porque son productores de petróleo.

No cambiaremos nada si seguimos con las mismas prácticas de siempre. La cantidad de desechos que terminan en el mar es increíblemente alta. Y esto también impacta al clima. Los países necesitan mirar más allá de sus intereses personales y usar ese dinero que han obtenido en el pasado para centrarse en reducir la producción de plásticos. Singapur ha hecho un trabajo excelente, la mayoría de sus sistemas de bebida son de recarga. Esto demuestra que sí hay ejemplos en el mundo; solo necesitamos observar estas buenas prácticas. No debemos temer a esa transición, es una responsabilidad con las próximas generaciones.

P. ¿Qué podemos hacer como ciudadanos?

R. Somos los principales interesados en esta lucha. Somos los más afectados, pero también tenemos el poder adquisitivo. Compramos estos productos. Mantenemos a las empresas que se oponen a las soluciones. Deberíamos poder denunciarlas, pero golpear a sus bolsillos es una forma de hacerlo. ¿Cómo haces la compra? ¿Llevas tus propias bolsas? Imagínate que los 8.000 millones de personas del planeta empezaran a llevar bolsas reutilizables. Eso supondría una reducción de 8.000 millones de plásticos de un solo uso al día. También es clave hacer un llamamiento a los Gobiernos para que avancen en la reducción de plásticos.

Sobre la firma

Más información

Archivado En