Liliana Pechené, la niña que temía a los blancos y se convirtió en lideresa indígena en Colombia
Esta activista trabaja para preservar la memoria del pueblo misak y recuerda que la Tierra es un ser vivo que custodia un conocimiento profundo
Quien ve hoy a Liliana Pechené Muelas no puede imaginar a aquella niña tímida que tenía miedo de las personas blancas y que entró por primera vez a la escuela de Silvia en los años ochenta, cuando seguía vigente la Constitución colombiana de 1886, que no equiparaba a los indígenas con el resto de ciudadanos. “Mis padres decidieron que tenía que recibir una educación más allá de aquella que compartimos en nuestra comunidad, y por eso me enviaron a un colegio de monjas”, recuerda ella.
Pechené abandonó aquel silencio y aquella timidez para asumir desde muy joven responsabilidades políticas dentro del cabildo: su primer cargo llegó poco después de terminar Bachillerato. Comenzó un camino que la llevó a investigar sobre su pueblo y promover la memoria de los misak y a ser parte de la delegación que acompañó al entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos, a la ceremonia del Premio Nobel en 2016, en calidad de representante indígena de las víctimas del conflicto armado.
El pueblo milenario de los misak, también conocido como guambiano, ha ocupado históricamente parte de lo que hoy es el departamento del Cauca, en el suroeste de Colombia. Su nombre significa “gente del agua”. Según el censo de 2018, 21.713 personas se autorreconocían como pertenecientes a esta comunidad. Representan el 1,14% de la población indígena del país. “Siempre hemos sido un pueblo de no violencia”, señala Pechené en un evento del programa Mundo Convive de la Universidad Carlos III de Madrid.
Pechené protagonizó una toma de posesión histórica en 2017 como gobernadora del Resguardo de Guambía (al suroriente del Cauca). Más de 4.000 votos convirtieron a “Mamá Liliana”, como algunos la llaman, en la nueva guía de su pueblo, asignándole simbólica y literalmente el bastón de mando. Además, en 2018 fue galardonada como una de las mejores lideresas de Colombia y en 2019 recibió en Perú el premio Elinor Ostrom por su papel en la promoción de la cultura de la paz. “Asumir el liderazgo en mi pueblo ha significado una gran responsabilidad y un reto. Proponer e implementar cambios de reglas de convivencia en culturas ancestrales, además desde mi rol de mujer, no ha sido fácil. Pero se pudo”, explica.
Proponer e implementar cambios de reglas de convivencia en culturas ancestrales, además desde mi rol de mujer, no ha sido fácil. Pero se pudoLiliana Pechené, gobernadora del Resguardo de Guambía
“No podemos entender la Tierra solo como materia, se trata de mucho más. La Tierra es un ser vivo que custodia conocimiento profundo y es el centro de interconexiones complejas”, afirma Pechené frente a decenas de jóvenes en el Centro Cultural Casa de Vacas, dentro del madrileño parque del Retiro, el Día de la Tierra, el 22 de abril. Su mensaje transmite la urgencia de compartir una sabiduría que el pueblo misak ha custodiado con compromiso.
No es la primera vez que la lideresa reconocida de los misak visita Europa, y que viaja a más de 8.000 kilómetros de su Cauca natal para ser embajadora de su cultura e identidad. Una identidad que ella manifiesta cotidianamente, vistiendo la indumentaria típica de su pueblo, incluido el sombrero Tampal Kuari. “Representa la esencia de nuestra cultura, símbolo de los ciclos de la vida misak, de nuestra ritualidad y testimonio del significado e importancia de cada elemento de la naturaleza”.
La lucha de Pechené viene de lejos: de sus ancestros. Sus palabras empujan a la reflexión y son al mismo tiempo una llamada a la acción. “Hoy miramos a nuestra madre [en alusión a la Tierra] y la vemos enferma”, dice. “Algunos de sus hijos e hijas buscamos medicinas para sanarlas, mientras que otros esperan solo que ella muera. La pregunta fundamental es, ¿en qué grupo estás tú?”.
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