Los desafíos de la ayuda humanitaria en contextos complejos como Sudán y Gaza
Asistir a población castigada por los conflictos, los desplazamientos y el hambre exige más recursos financieros, una mayor formación del personal de las ONG y redes locales que faciliten el acceso a las personas más vulnerables
El 15 de abril, cuando se cumplió un año del conflicto en Sudán, se celebró en París una reunión de alto nivel en la que participaron la Unión Europea, Francia y Alemania. El objetivo de este encuentro, al que asistí representando a Acción contra el Hambre, fue abordar la aguda crisis humanitaria en Sudán, así como los desafíos financieros y de acceso a los que nos enfrentamos para continuar desarrollando la ayuda humanitaria en el país.
Sudán se enfrenta a un contexto sumamente complejo. Casi 18 millones de habitantes, un tercio de su población, sufre inseguridad alimentaria aguda debido a un conflicto que ha generado la mayor crisis de personas desplazadas del mundo: ocho millones desde abril de 2023. Acción contra el Hambre opera en Sudán, junto con socios locales, distribuyendo insumos agrícolas, tratando y previniendo la desnutrición en 44 centros sanitarios y brindando programas de agua, saneamiento e higiene. Aunque hemos ayudado a casi medio millón de personas en el último año, la situación sigue siendo extremadamente difícil.
El conflicto en Sudán es también un conflicto de género. Las mujeres y las niñas se enfrentan a un mayor riesgo de violencia de género, incluida la violencia sexual, al sufrir ataques o acoso cuando intentan acceder a mercados, campos o lugares de distribución de ayuda humanitaria. La creciente inseguridad alimentaria y los desplazamientos obligan a las mujeres a recurrir al sexo de supervivencia para conseguir alimentos y también está haciendo que aumenten los matrimonios precoces y forzados.
Sudán es solo un reflejo de cómo el entorno en el que operamos las organizaciones humanitarias se ha vuelto cada vez más complejo por la proliferación de conflictos en el mundo. Solo en 2023 hubo activos 110 conflictos. En este contexto, la evaluación de riesgos se ha vuelto esencial en nuestras operaciones. Esto incluye la seguridad de nuestro personal (el pasado año 444 trabajadores humanitarios fueron víctimas de violencia, incluyendo la muerte de nuestro compañero Adama Mourouel en la región de Gao, en Malí) y también la necesidad de prever recursos adicionales para poder seguir realizando nuestra misión en entornos complicados y peligrosos.
La creciente inseguridad alimentaria y los desplazamientos obligan a las mujeres a recurrir al sexo de supervivencia para conseguir alimentos y hace que aumenten los matrimonios precoces y forzados
Operar en zonas de conflicto implica también otros desafíos: gestionar la dificultad de acceso a la población, obtener visados para nuestros expatriados que van a trabajar al terreno o tener la posibilidad de contar con dinero en efectivo que nos permita adquirir material humanitario y pagar a personal local. Es fundamental, además, mantener una relación de neutralidad con las partes involucradas en el conflicto para llevar a cabo una respuesta humanitaria. Para nuestros equipos no siempre es fácil mantener esa imparcialidad frente a los abusos, injusticias y desigualdades, pero es la mejor garantía de poder seguir ayudando a las personas que nos necesitan.
En Gaza, Acción contra el Hambre, junto con Médicos Sin Fronteras, es la única organización humanitaria española con un equipo de emergencia integrado por personal expatriado. En este reducido territorio, casi dos millones de personas enfrentan condiciones extremas para su supervivencia. Nuestra capacidad para desarrollar una respuesta humanitaria en contextos tan complejos como el de Gaza se debe a los más de 20 años de trabajo en los Territorios Palestinos Ocupados. Durante este tiempo, hemos establecido una red de socios locales que nos permite activar una cadena de suministro de alimentos y contar con personal in situ para canalizar la ayuda humanitaria. Desde que comenzó el conflicto, hemos proporcionado asistencia a más de 800.000 personas en Gaza, distribuyendo alimentos, agua, kits de higiene y gestionando residuos y servicios de limpieza.
En este momento, de los 50 países en los que operamos, 28 viven conflictos. En la región africana del Sahel, donde estamos presentes en la mayoría de los países, los conflictos y el hambre crean círculos viciosos difíciles de abordar. En una reciente reunión de periodistas en Córdoba, se debatió sobre la presencia de África en los medios y la forma de informar sobre lo que ocurre en el continente. Surgieron preguntas importantes: ¿cómo se cuenta hoy África? ¿Conocemos la relación entre los conflictos y el hambre que afectan a estos países? Una conclusión clave fue la necesidad de mejorar la calidad y cantidad de la cobertura mediática, para conocer las causas y consecuencias de los conflictos y las crisis provocadas por el hambre en el continente. Entre otras razones, porque dentro de 30 años, una de cada cuatro personas del mundo será africana.
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