La hambruna es “inminente” en Gaza y la mitad de la población sufre una falta de alimentos “catastrófica”, según la ONU

El termómetro mundial para medir la inseguridad alimentaria, elaborado por varias organizaciones internacionales, advierte de que los 2,2 millones de habitantes de la Franja están hundidos en la crisis más amplia y grave del mundo

Palestinos aguardan para recibir comida a las puerta de una oficina de la Agencia de la Onu para los Refugiados Palestinos (Unrwa) en la ciudad de Gaza, el 18 de marzo de 2024. REUTERS/Mahmoud IssaMahmoud Issa (REUTERS)

El 50% de los 2,2 millones de habitantes de Gaza se enfrenta a una falta extrema de acceso a los alimentos y la hambruna en el norte del territorio es “inminente” y llegará de aquí a mayo si nada cambia, aunque hay datos que indican que podría estar ya produciéndose, una situación “sin precedentes” en el mundo que necesita decisiones políticas urgentes. Son las conclusiones de la última Clasificación Integrada de las Fases (CIF, en español, IPC, en inglés), una herramienta mundialmente reconocida para el análisis de la seguridad alimentaria y la nutrición, publicadas este lunes y en las que participan organizaciones de la ONU. “Este análisis actualizado valida lo que todos temíamos: un profundo y rápido deterioro de la situación de la seguridad alimentaria en Gaza. Se trata del nivel más alto jamás registrado, algo que nunca antes habíamos visto. Si no se toman medidas para resolver el conflicto y proporcionar más acceso humanitario, la hambruna es inminente. Podría estar ocurriendo ya”, dijo en una entrevista con este diario Beth Bechdol, directora general adjunta de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), uno de los organismos que colabora en los estudios de la CIF.

Las cifras muestran la “profundización y el rapidísimo deterioro de la inseguridad alimentaria en Gaza”, después de cinco meses de guerra, en los que se han destrozado las infraestructuras básicas y no se permite prácticamente la entrada de ayuda humanitaria. “La hambruna puede llegar en cualquier momento entre ahora y mayo en la parte norte de la franja de Gaza. Esperar a tener la confirmación de que la hambruna ha llegado para actuar es algo indefendible”, concluyen los autores de este informe.

Esperar a tener la confirmación de que la hambruna ha llegado para actuar es algo indefendible.
Informe CIF

La CIF es algo así como el termómetro del hambre. Una iniciativa mundial independiente lanzada hace 20 años y compuesta por 19 organizaciones públicas y privadas para determinar la gravedad y magnitud de la inseguridad alimentaria y la toma de decisiones para paliarla, según unos parámetros reconocidos internacionalmente. La herramienta establece cinco fases. Las tres últimas y más preocupantes son la crisis (3), emergencia (4) y catástrofe (5).

En este momento, toda la población de la franja de Gaza se enfrenta a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda: entre hoy y el mes de julio, se prevé que alrededor de 1,11 millones de habitantes sufran una inseguridad alimentaria catastrófica (fase 5) y el resto estén en las fases 3 y 4. Es decir, todo el mundo en Gaza pasa hambre, en todos los hogares se saltan comidas cada día y los adultos reducen los alimentos que ingieren para que los niños puedan comer, explican los expertos de la CIF.

“Para poner estas cifras en contexto: 1,1 millones de personas equivale a la población de ciudades como Dallas, Dublín o Ámsterdam”, comparó Bechdol.

En el pasado informe de esta iniciativa, publicado en diciembre, se concluyó que un cuarto de la población de Gaza estaba en fase catastrófica, es decir, la mitad de lo que se calcula en estos momentos.

Ni un ciclón ni la sequía

El 7 de octubre de 2023, milicianos de Hamás, grupo islamista palestino que gobierna de facto en Gaza desde 2007, se infiltraron en Israel y mataron a unas 1.200 personas y tomaron como rehenes a 250, según cifras oficiales. Israel lanzó una ofensiva militar, aérea y terrestre contra la Franja que dura hasta hoy y ha provocado más de 31.000 muertos en Gaza, según cifras del Ministerio de Sanidad palestino.

Este lunes, el alto representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, acusó a Israel de ser responsable de una “hambruna” en Gaza. “Sí, se está usando el hambre como arma de guerra. Digámoslo (…) Israel está provocando hambruna”, ha acusado Borrell en una reunión en Bruselas, recordando que la inanición de los gazatíes no se debe a un desastre natural, sino a quienes “impiden que entre ayuda humanitaria”.

Este análisis actualizado valida lo que todos temíamos: un profundo y rápido deterioro de la situación de la seguridad alimentaria en Gaza. Se trata del nivel más alto jamás registrado, algo que nunca antes habíamos visto.
Beth Bechdol, FAO

“Es una situación sin precedentes, por los niveles de inseguridad alimentaria y por la rapidez a la que se ha llegado a estas cifras. Y por supuesto, es una crisis creada por el hombre, no estamos hablando de una sequía, un ciclón o unas inundaciones”, recalcó Bechdol.

Para que oficialmente se considere que la hambruna está castigando a una población hay tres criterios que deben confirmarse: que uno de cada cinco hogares sufra escasez extrema de alimentos, que un 30% de los niños esté gravemente desnutrido y que al menos dos de cada 10.000 personas (o al menos cuatro de cada 10.000 niños menores de cinco años) fallezcan diariamente como resultado de la inanición absoluta o de la interacción de la desnutrición y la enfermedad.

En Gaza se ha superado hace tiempo el primer criterio, los expertos también han observado una tendencia al alza de la malnutrición aguda y las pruebas disponibles apuntan a un fuerte aumento en la mortalidad infantil, aunque las cifras son difíciles de obtener en las circunstancias actuales. Todo esto lleva a los expertos a señalar el inminente comienzo de la hambruna porque “muy probablemente” se han superado o se van a superar en breve los tres umbrales.

El informe subraya que en las regiones del norte de la Franja, un 70% de la población actual, es decir unas 210.000 personas, están o estarán en la fase 5 o falta extrema de alimentos de aquí a julio si el conflicto continúa y no se garantiza el acceso de las organizaciones humanitarias a estas zonas. Las gobernaciones de Deir al-Balah y Jan Yunis (centro), y de Rafah (sur), se encuentran en la fase 4 o de emergencia y se enfrentan a un riesgo de hambruna en torno a julio de 2024 si nada cambia.

Más presión

Las conclusiones de la CIF subrayan que “la hambruna puede detenerse” si hay una “decisión política para un alto el fuego” y se autoriza el acceso de la ayuda humanitaria a toda la población de Gaza de forma segura. “Se deben hacer todos los esfuerzos posibles para garantizar el suministro de comida, agua y medicinas, para proteger a los civiles y para restaurar los servicios de salud, saneamiento y energía (electricidad y combustible)”, insiste el informe. La CIF hizo las mismas recomendaciones en diciembre, pero ninguna se ha cumplido hasta hoy.

“Esperamos que la publicación de este informe sea una oportunidad para que las partes involucradas, a todos los niveles, se convenzan, vista la situación humanitaria, a cambiar de enfoque y a ejercer más presión. Porque el derecho a la alimentación es un derecho humano básico y tenemos que encontrar una manera de prestar ayuda humanitaria inmediata”, confío Bechdol, considerando “importantes”, pero pequeñas frente a la magnitud de la necesidad, las iniciativas vistas en los últimos días para llevar alimentos a Gaza: lanzamientos de raciones desde el aire, el canal marítimo abierto desde Chipre o la intención de Estados Unidos de construir un puerto en Gaza.

“La situación ha ido más allá de lo catastrófico. Es absolutamente imperativo actuar ahora. Aunque estamos explorando todos los medios posibles de entrega de ayuda, incluidos los lanzamientos aéreos y los corredores marítimos, estos no sustituyen a la solución más viable y eficaz, que es la apertura total e incondicional del acceso terrestre”, declararon en un comunicado conjunto Borrell y Janez Lenarčič, comisario europeo de Gestión de Crisis y Ayuda Humanitaria, tras la publicación del informe.

Aunque hubiera un alto el fuego en las próximas horas, la responsable de la FAO subrayó que se necesitará “tiempo y mucho dinero” para reconstruir las infraestructuras materiales y rehabilitar la salud de los gazatíes. “Nos preocupan mucho los niños. Cuando en una etapa tan temprana de la vida no se consumen frutas, verduras, huevos y proteínas, hay retrasos en el crecimiento y en el desarrollo, que se mantienen a medio y largo plazo. Así que hay muchos motivos para preocuparse”, detalló.

Este informe ha sido elaborado por 40 expertos de 18 organizaciones, gracias a informaciones obtenidas en el terreno y a distancia. En el pasado, se ha declarado una situación de hambruna en partes de Somalia (2011) y de Sudán del Sur (2017).

La CIF no declara la hambruna, sino que aporta las pruebas para que se haga una declaración oficial. Cuando los expertos consideran que se está produciendo y este análisis es confirmado por el Comité de Examen de la Hambruna de la CIF, corresponde a las autoridades gubernamentales y/o los dirigentes de las Naciones Unidas en el país, declararla oficialmente. “En este caso es complicado y entramos en un terreno desconocido, porque en Gaza no hay una autoridad nacional reconocida. ¿Será algo que asuma la Autoridad Palestina? ¿Cuál será el papel de Naciones Unidas?”, se preguntó Bechdol.

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