Tras las huellas de A.T. Curle para desenterrar las fronteras del Cuerno de África

Un equipo de arqueólogos españoles visitó el noreste de Etiopía en busca de las antiguas ciudades medievales documentadas hace un siglo por el militar británico

Parte del equipo de arqueólogos espera a las afueras de Jijgiga a la documentación necesaria para poder pasar los controles de carretera y llegar a uno de los destinos del proyecto.ALVARO MINGUITO

Una expedición de 20 días por zonas remotas de Etiopía, castigadas por la guerra y el olvido, para prospectar las antiguas ciudades medievales que Alexander T. Curle localizó a principios del siglo XX. Este fue el objetivo de un equipo de tres arqueólogos españoles y varios colegas de Etiopía y Somalilandia que ha recorrido la zona para preparar futuras excavaciones.

Un arqueólogo del Incipit recoge algunas muestras de materiales en una de las calles del poblado etíope de AwBarre, bajo la atenta mirada de algunos niños del barrio.ALVARO MINGUITO
Una mujer prepara injeras para el desayuno en el pueblo de Gocti, cercano a la frontera con Somalilandia, donde no hay suministro eléctrico ni agua corriente. La injera forma parte de la dieta diaria etíope y es un pan plano hecho a base de teff, un cereal común en este país africano.ALVARO MINGUITO
El viaje hacia la ciudad etíope de Jigjiga, en la frontera con Somalilandia, desde Adis Abeba, la capital del país, lleva dos días por carretera, en los que se atraviesa la frontera entre Oromía y el Ogaden, dos regiones del país tradicionalmente enfrentadas.
El equipo de arqueólogos del proyecto Statehorn prepara una de sus salidas de prospección en el pueblo etíope de AwBarre, en la frontera con Somalilandia.ALVARO MINGUITO
Un grupo de dromedarios se revuelca en el suelo, a pocos metros del yacimiento etíope de AwBoba, pastoreados por los nómadas que habitan el lugar.ALVARO MINGUITO
Una mujer pasa junto al equipo de arqueólogos, durante un descanso en el poblado de AwBarre, en Etiopía.ALVARO MINGUITO
El equipo arqueológico documenta una pared que podría ser de la antigua ciudad medieval de AwBarre, en un pozo destinado a ser fosa séptica de una de las viviendas del actual pueblo etíope.ALVARO MINGUITO
Worku Derara, profesor de arqueología en la Universidad de Adis Abeba, sostiene para la foto uno de los materiales encontrados durante la expedición, que formó en su día parte de un brazalete.
Carolina Cornax Gómez, una de las arqueólogas españolas del equipo, observa el paisaje durante los trayectos de la expedición.ALVARO MINGUITO
Durante las prospecciones en Garbagiri, un lugar con mezquita y un cementerio musulmán, el equipo de arqueólogos coincide con un grupo de nómadas que preparan una boda. En la fotografía, una de las mujeres de la familia sonríe a la cámara.
El equipo de arqueólogos durante sus prospecciones en Etiopía.ALVARO MINGUITO
Un campo de refugiados a las afueras de la ciudad etíope de Jigjiga.
El arqueólogo español Jorge de Torres muestra a un experto local una de las piezas encontradas durante los primeros días de prospección. Se trata de un pedazo de brazalete de vidrio, probablemente originario de Yemen y que llegó a la zona gracias a las rutas comerciales del Mar Rojo.
Dos arqueólogos españoles trabajan en un hotel de Jigjiga con los materiales recogidos en la prospección, antes de depositarlos en la universidad de esta ciudad etíope.ALVARO MINGUITO
Un de los pobladores nómadas de la zona del yacimiento de Ayanle, en Etiopía, muestra al equipo sus habilidades con la honda, que normalmente se usa para cazar pequeños animales como pájaros y espantarlos de los campos de cultivo.ALVARO MINGUITO
Los arqueólogos caminan tras visitar un túmulo cercano a Ayanle, en busca de un posible yacimiento medieval.ALVARO MINGUITO

Jorge de Torres, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y coordinador de la campaña explica que aspiran a documentar arqueológicamente que el Cuerno de África fue una región estable, dinámica y próspera, pese a ser hoy una de las zonas más convulsas del mundo. “La idea es desmontar, al menos desde el punto de vista científico, fronteras que se levantaron sin respetar la historia y la realidad de las comunidades que habitaban la región”, agrega el experto. Porque según De Torres, los límites geográficos fijados en el siglo XX tuvieron un impacto “no solo en la vida diaria de las comunidades somalíes que viven en la zona, sino en nuestra comprensión de la realidad histórica de la región”.

Una ciudad medieval bajo un poblado

En torno a 1930, Curle participó en una comisión que delimitó fronteras entre Etiopía y la Somalilandia británica. El militar era hijo del director del Museo Nacional de Escocia y tenía cierta formación arqueológica, lo que le permitió localizar numerosos yacimientos medievales en la zona, excavar en algunos de ellos y entregar todo el material hallado al Museo Británico. Hoy, casi un siglo después, varios de estos lugares situados en territorio etíope no se han vuelto a explorar, exceptuando algunas visitas esporádicas de arqueólogos de la universidad etíope de Jigjiga, capital de la región somalí de Etiopía y limítrofe con Somalilandia, una república que declaró su independencia de Somalia en 1991 y que sigue buscando reconocimiento internacional.

La idea es desmontar, al menos desde el punto de vista científico, fronteras que se levantaron sin respetar la historia y la realidad de las comunidades que habitaban la región
Jorge de Torres, científico titular del CSIC, coordinador de la campaña y director de StateHorn

Gracias a los datos de Curle, el equipo de arqueólogos españoles pudo localizar algunos de estos yacimientos históricos en Etiopía en septiembre y octubre del año pasado, aunque no logró identificar otros mencionados por el militar británico. La población local, que ha recibido testimonios de generación en generación, les sirvió de guía y ayuda.

En su viaje hasta Jigjiga, a dos días por carretera desde Adis Abeba, capital de Etiopía, la expedición atravesó zonas de conflicto y controles entre regiones. Las implacables tormentas de la estación húmeda que les recibieron en los primeros días se vieron sucedidas por el calor y el polvo de la estación seca. El viaje les llevó también a Harar, ciudad histórica y enclave musulmán más importante de Etiopía. Allí, a finales del XIX, el poeta francés Arthur Rimbaud trató infructuosamente de hacerse un hueco en el mercado del tráfico de armas y prácticamente acabó sus días.

Mohamed Abdi Allamagen, arqueólogo somalilandés, pregunta a una familia nómada sobre la localización de un posible yacimiento medieval en una de las zonas visitadas por la expedición.ALVARO MINGUITO

Finalmente, los arqueólogos españoles llegaron a AwBarre, un pueblo remoto fronterizo con Somalilandia, en el que pudieron visitar seis yacimientos de los siglos XIV y XV. Uno de ellos está bajo la actual localidad, construida en torno a la tumba de un hombre santo del que el poblado tomó su nombre. AwBarre ya fue mencionado en 1854 por el explorador británico Richard Burton.

“Hemos encontrado evidencias de la ciudad medieval debajo de la actual, incluidas estructuras medievales de casi dos metros de altura. También hemos hallado muchos materiales arqueológicos: cerámicas de China y Persia, cuentas de vidrio, cauríes [pequeños caracoles de mar] o fragmentos de cuencos importados desde la península arábiga”, afirma De Torres.

El equipo de arqueólogos españoles pudo localizar algunos de estos yacimientos históricos en Etiopía, aunque no logró identificar otros mencionados por Curle

Alrededor de AwBarre, los arqueólogos han localizado otros yacimientos de tamaños y funciones muy diversas, desde pequeños caseríos a pueblos de más de 50 casas. Otros parecen haber tenido una función religiosa, como el pequeño asentamiento de Qararu en el que fueron enterradas personas durante siglos, incluso después de que el lugar fuese abandonado. Estos hallazgos complementan la información que el proyecto recabó en Somalilandia y Yibuti en 2021, donde se obtuvieron pruebas de una sociedad dinámica y bien organizada políticamente, que tejió lazos comerciales con el Océano Índico y Oriente Medio.

El trabajo de los arqueólogos forma parte del proyecto StateHorn, que De Torres dirige y que está financiado por la Unión Europea (UE) y gestionado desde el Instituto español de Ciencias del Patrimonio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Incipit-CSIC). El objetivo es estudiar los asentamientos medievales musulmanes del Cuerno de África y en el proyecto se desea que investigadores de varios países trabajen juntos dentro de un plan que implica a Yibuti, Somalilandia y Etiopía. Se prevén excavaciones arqueológicas, análisis de laboratorio, históricos y de etnografía para realizar el primer estudio de envergadura sobre un periodo muy poco conocido de esta zona del continente africano.

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