Tras las huellas de A.T. Curle para desenterrar las fronteras del Cuerno de África
Un equipo de arqueólogos españoles visitó el noreste de Etiopía en busca de las antiguas ciudades medievales documentadas hace un siglo por el militar británico
Una expedición de 20 días por zonas remotas de Etiopía, castigadas por la guerra y el olvido, para prospectar las antiguas ciudades medievales que Alexander T. Curle localizó a principios del siglo XX. Este fue el objetivo de un equipo de tres arqueólogos españoles y varios colegas de Etiopía y Somalilandia que ha recorrido la zona para preparar futuras excavaciones.
Jorge de Torres, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y coordinador de la campaña explica que aspiran a documentar arqueológicamente que el Cuerno de África fue una región estable, dinámica y próspera, pese a ser hoy una de las zonas más convulsas del mundo. “La idea es desmontar, al menos desde el punto de vista científico, fronteras que se levantaron sin respetar la historia y la realidad de las comunidades que habitaban la región”, agrega el experto. Porque según De Torres, los límites geográficos fijados en el siglo XX tuvieron un impacto “no solo en la vida diaria de las comunidades somalíes que viven en la zona, sino en nuestra comprensión de la realidad histórica de la región”.
Una ciudad medieval bajo un poblado
En torno a 1930, Curle participó en una comisión que delimitó fronteras entre Etiopía y la Somalilandia británica. El militar era hijo del director del Museo Nacional de Escocia y tenía cierta formación arqueológica, lo que le permitió localizar numerosos yacimientos medievales en la zona, excavar en algunos de ellos y entregar todo el material hallado al Museo Británico. Hoy, casi un siglo después, varios de estos lugares situados en territorio etíope no se han vuelto a explorar, exceptuando algunas visitas esporádicas de arqueólogos de la universidad etíope de Jigjiga, capital de la región somalí de Etiopía y limítrofe con Somalilandia, una república que declaró su independencia de Somalia en 1991 y que sigue buscando reconocimiento internacional.
La idea es desmontar, al menos desde el punto de vista científico, fronteras que se levantaron sin respetar la historia y la realidad de las comunidades que habitaban la regiónJorge de Torres, científico titular del CSIC, coordinador de la campaña y director de StateHorn
Gracias a los datos de Curle, el equipo de arqueólogos españoles pudo localizar algunos de estos yacimientos históricos en Etiopía en septiembre y octubre del año pasado, aunque no logró identificar otros mencionados por el militar británico. La población local, que ha recibido testimonios de generación en generación, les sirvió de guía y ayuda.
En su viaje hasta Jigjiga, a dos días por carretera desde Adis Abeba, capital de Etiopía, la expedición atravesó zonas de conflicto y controles entre regiones. Las implacables tormentas de la estación húmeda que les recibieron en los primeros días se vieron sucedidas por el calor y el polvo de la estación seca. El viaje les llevó también a Harar, ciudad histórica y enclave musulmán más importante de Etiopía. Allí, a finales del XIX, el poeta francés Arthur Rimbaud trató infructuosamente de hacerse un hueco en el mercado del tráfico de armas y prácticamente acabó sus días.
Finalmente, los arqueólogos españoles llegaron a AwBarre, un pueblo remoto fronterizo con Somalilandia, en el que pudieron visitar seis yacimientos de los siglos XIV y XV. Uno de ellos está bajo la actual localidad, construida en torno a la tumba de un hombre santo del que el poblado tomó su nombre. AwBarre ya fue mencionado en 1854 por el explorador británico Richard Burton.
“Hemos encontrado evidencias de la ciudad medieval debajo de la actual, incluidas estructuras medievales de casi dos metros de altura. También hemos hallado muchos materiales arqueológicos: cerámicas de China y Persia, cuentas de vidrio, cauríes [pequeños caracoles de mar] o fragmentos de cuencos importados desde la península arábiga”, afirma De Torres.
El equipo de arqueólogos españoles pudo localizar algunos de estos yacimientos históricos en Etiopía, aunque no logró identificar otros mencionados por Curle
Alrededor de AwBarre, los arqueólogos han localizado otros yacimientos de tamaños y funciones muy diversas, desde pequeños caseríos a pueblos de más de 50 casas. Otros parecen haber tenido una función religiosa, como el pequeño asentamiento de Qararu en el que fueron enterradas personas durante siglos, incluso después de que el lugar fuese abandonado. Estos hallazgos complementan la información que el proyecto recabó en Somalilandia y Yibuti en 2021, donde se obtuvieron pruebas de una sociedad dinámica y bien organizada políticamente, que tejió lazos comerciales con el Océano Índico y Oriente Medio.
El trabajo de los arqueólogos forma parte del proyecto StateHorn, que De Torres dirige y que está financiado por la Unión Europea (UE) y gestionado desde el Instituto español de Ciencias del Patrimonio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Incipit-CSIC). El objetivo es estudiar los asentamientos medievales musulmanes del Cuerno de África y en el proyecto se desea que investigadores de varios países trabajen juntos dentro de un plan que implica a Yibuti, Somalilandia y Etiopía. Se prevén excavaciones arqueológicas, análisis de laboratorio, históricos y de etnografía para realizar el primer estudio de envergadura sobre un periodo muy poco conocido de esta zona del continente africano.
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