La guerra de Ucrania: ¿cómo vamos a proteger a nuestros bebés del VIH?
Muchas de las mujeres que han sido madres recientemente y viven con el VIH en este país ahora mismo no tienen elección. El conflicto ha destruido el sistema de atención sanitaria, con ataques a más de 700 establecimientos de salud y un número incalculable de trabajadores sanitarios y pacientes desplazados, heridos o muertos
La lactancia materna se considera esencial para el desarrollo del bebé desde hace siglos; pero ¿y si te enfrentas al problema de tener que amamantar a tu hijo cuando existe el riesgo de transmitirle una enfermedad? Esta es la realidad que afrontan muchas madres lactantes que viven con el VIH en Ucrania desde febrero de este año, cuando Rusia invadió el país. Los sistemas de salud de muchas zonas que están o han estado ocupadas se han desmoronado. Debido a la escasez de leche de fórmula, muchas madres que no tienen acceso a tratamiento antirretroviral están amamantando a sus bebés, lo que aumenta el riesgo de transmisión materno infantil del VIH.
En este Día Mundial del Sida ninguna madre debería tener que elegir entre dejar que su bebé muera de hambre o que se infecte por el VIH.
En el año 2000 me enteré de que era seropositiva y estaba embarazada. No tuve acceso al tratamiento de VIH necesario. Sin embargo, tuve la increíble suerte de dar a luz a un bebé sano y libre del virus.
Por desgracia, esto no siempre es así para las mujeres embarazadas que viven con el VIH. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las madres seropositivas amamanten a sus bebés siempre que tengan acceso a tratamiento antirretroviral y se realicen pruebas de diagnóstico de la carga viral cada mes. Sin embargo, muchas de las mujeres que han sido madres recientemente y viven con el VIH en Ucrania ahora mismo no tienen elección. La guerra en Ucrania ha destruido el sistema de atención sanitaria del país, con ataques a más de 700 establecimientos de salud y un número incalculable de trabajadores sanitarios y pacientes desplazados, heridos o muertos.
En el año 2000 me enteré de que era seropositiva y estaba embarazada. No tuve acceso al tratamiento de VIH necesario
Antes de que empezara la guerra, el Ministerio de Salud de Ucrania tenía previsto solicitar un certificado a la OMS que declarara el final de la transmisión maternoinfantil del VIH en el país. Es muy probable que esta guerra desgarradora detenga ese logro en seco. En 2001, la transmisión maternoinfantil del VIH alcanzaba el 27.8% en el país, pero en 2021 había descendido hasta el 1.3%. Cuando se publiquen nuevos datos en 2023, es muy probable que haya aumentado enormemente. A pesar de los notables logros conseguidos en esta lucha en los últimos años, Ucrania tiene la segunda mayor epidemia de VIH de Europa oriental y Asia central.
Las mujeres embarazadas seropositivas de Ucrania necesitan desesperadamente la ayuda de gobiernos y la comunidad humanitaria para evitar que la próxima generación de bebés del país contraiga el VIH. Apenas hay acceso a trabajadores sanitarios con suficiente experiencia en el manejo de casos de madres que viven con este virus y en la prevención de la transmisión maternoinfantil, sin estigmatización ni discriminación, especialmente en las zonas occidentales de Ucrania, que acogen a un gran número de desplazados internos.
Las madres y sus bebés también necesitan antirretrovirales, medicamentos básicos, kits sanitarios y comida. Desde mi organización, Positive Women, hemos podido ofrecer estos servicios, pero esto no cubre todas las necesidades.
A pesar de los notables logros conseguidos en esta lucha en los últimos años, Ucrania tiene la segunda mayor epidemia de VIH de Europa oriental y Asia central
Hemos recibido ayuda de otras organizaciones, como el Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, que ha concedido a Ucrania 15 millones de dólares estadounidenses (casi 15 millones de euros) en financiamiento de emergencia y ha facilitado medicamentos vitales, equipamiento y suministros, entre ellos, generadores para abastecer de energía a los establecimientos de salud sin electricidad. La fundación también ha recibido financiamiento del Fondo Mundial para prestar atención y apoyo a las mujeres y sus hijos.
Sin embargo, es necesario que gobiernos y organizaciones de todo el mundo emprendan más acciones. Como seres humanos, tenemos el deber de ayudar a las personas que no tienen voz y son vulnerables. No debemos permitir que esta guerra eche por tierra décadas de lucha contra la transmisión maternoinfantil de este virus en Ucrania. Debemos proteger de la infección por el VIH a la próxima generación de niños, especialmente cuando tenemos los medicamentos para prevenirla.
En este Día Mundial del Sida, piensen en las personas más vulnerables que sufren en Ucrania y ayúdennos a empezar 2023 con más salud y felicidad.
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