Plantar la semilla: reformular la educación forestal para un futuro sostenible
La formación en bosques es la primera línea de acción para prevenir la deforestación y la degradación, y es clave para ayudar a cumplir muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluidos los relacionados con el hambre, la pobreza, el trabajo decente, la energía, la salud y el clima
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Los técnicos forestales de hoy en día deben resolver algunos de los mayores desafíos de desarrollo sostenible de nuestro tiempo. En tal sentido, desde la lucha contra el cambio climático hasta la prevención de futuras pandemias de origen zoonótico, los bosques del mundo y las personas que los gestionan están en la primera línea de acción.
A medida que pasa el tiempo y envejecen las personas que actualmente trabajan por los bosques, debemos asegurarnos de que haya nuevas generaciones de jóvenes que se interesen en iniciar una carrera en silvicultura para abordar los desafíos actuales y futuros.
Pero no hay suficientes jóvenes que estén dispuestos a seguir carreras relacionadas con los bosques en muchas partes del mundo. Esta semana, una importante encuesta realizada por el Proyecto Mundial de Educación Forestal, que dirigen la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal y la Organización Internacional de las Maderas Tropicales, ha revelado algunos de los obstáculos que enfrentamos en la carrera por atraer y educar a la nueva generación de personas que trabajarán en el ámbito forestal.
La encuesta, que es la primera que se hace sobre el tema, reunió información en seis regiones del mundo sobre dónde, cómo y la calidad de la enseñanza en la educación forestal en lugares que van desde las escuelas primarias y secundarias hasta los institutos técnicos y vocacionales y las universidades.
Asimismo, el sondeo reveló que en la mayoría de las regiones del mundo, particularmente en todo el hemisferio sur, las escuelas primarias y secundarias simplemente no están educando a los estudiantes de manera efectiva sobre los bosques y los árboles ni los motivan para que posteriormente cursen estudios y carreras vinculados a la silvicultura. Los planes de estudio escolares no suelen cubrir adecuadamente el conocimiento relacionado con los bosques, lo que incluye materias de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM), pero también ocurre en las ciencias sociales y humanidades. Suele suceder que los niños que van a la escuela prácticamente no tienen contacto con los bosques, ni siquiera en los casos en que viven cerca de ellos.
Debemos asegurarnos de que haya nuevas generaciones de jóvenes que se interesen en iniciar una carrera en silvicultura para abordar los desafíos actuales y futuros
Por tanto, no es de extrañar que muchos jóvenes carezcan de una conciencia básica sobre los beneficios de los bosques y la importancia de gestionarlos de forma sostenible.
La mencionada encuesta también reveló que en muchos lugares los jóvenes tienden a ver la silvicultura como una carrera de bajo nivel y poco atractiva. También se ha señalado que el sector forestal continúa teniendo un problema de imagen. Para muchos, la silvicultura se ocupa exclusivamente de la tala de los árboles. Puede ser difícil comprender que la gestión forestal sostenible es la primera línea de acción para prevenir la deforestación y la degradación, y es clave para ayudar a cumplir muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluidos los relacionados con el hambre, la pobreza, el trabajo decente, la energía, la salud y el clima.
Por otra parte, la encuesta dejó al descubierto fallas en los niveles universitarios y de formación profesional, lo que afecta a los estudiantes que han elegido la silvicultura como carrera. Entre las fallas observadas en muchas regiones cabe destacar la existencia de planes de estudio obsoletos, falta de acceso a herramientas digitales y desarrollo insuficiente de habilidades prácticas y experiencia de campo en los bosques. Adicionalmente, la encuesta señaló que no hay una adecuada inclusión respetuosa de los conocimientos tradicionales e indígenas vinculados a los bosques en los diferentes niveles de la educación forestal. Queda claro, que la educación forestal necesita una reformulación total.
Para iniciar el proceso, la Conferencia Internacional sobre Educación Forestal reune esta semana a más de mil expertos en la materia para analizar soluciones a fin de brindar una formación silvícola de calidad.
Resulta bastante obvio que debemos integrar mejor la educación forestal en los planes de estudio desde los niveles de educación primaria en adelante, y plantar la semilla tempranamente, con la esperanza de atraer a algunos de los mejores y más brillantes jóvenes para que elijan las carreras forestales.
A fin de proteger los bosques, debemos educar a los jóvenes sobre el funcionamiento del sector forestal y su valor para combatir el cambio climático, mantener la salud del planeta y apuntalar la industria humana sostenible.
Podemos comenzar en la escuela primaria inspirando a los niños pequeños con excursiones a los bosques o simplemente enseñando ecología en el patio de la escuela para mostrarles cómo funcionan los árboles y los bosques. Con el apoyo de Alemania, la FAO actualmente ejecuta un proyecto piloto para llevar la educación forestal a escolares de nueve a 12 años de edad, proceso que se inicia con un ciclo de tres años con lecciones innovadoras e interactivas en Tanzania y Filipinas. En colaboración con la asociación alemana para la conservación de la naturaleza Schutzgemeinschaft Deutscher Wald (SDW) y con expertos nacionales en educación, la FAO está desarrollando módulos de lecciones pertinentes a nivel local para docentes y alumnos, basados en el enfoque alemán Waldpädagogik sobre pedagogía en la educación forestal que prioriza las experiencias prácticas de aprendizaje para promover la comprensión del uso sostenible de los bosques.
Resulta bastante obvio que debemos integrar mejor la educación forestal en los planes de estudio desde los niveles de educación primaria en adelante
En el caso de los estudiantes mayores, debemos asegurarnos que se incorpore debidamente el conocimiento forestal en las ciencias naturales y sociales, y en otras partes de los planes de estudio, incluidas las humanidades. De esta manera, los alumnos interiorizarían las diferentes perspectivas culturales y el conocimiento indígena, lo que fortalece su comprensión de los bosques y la silvicultura. Es de vital importancia revertir la imagen que se tiene de la silvicultura como una profesión típicamente masculina.
Los jóvenes, tanto en las comunidades forestales como en las zonas urbanas, también deben ser conscientes de la amplia gama de carreras que existen en el ámbito de la forestación sostenible, que pueden ir desde los profesionales encargados de formular políticas, los desarrolladores de aplicaciones y los empresarios hasta los analistas de imágenes satelitales, pilotos de drones y entomólogos.
Podemos y debemos asegurarnos de que todos los niños y jóvenes tengan conocimiento y conciencia sobre los bosques y su importancia para nuestro planeta y nuestros medios de vida. Al hacerlo, podremos inspirar a algunos de ellos a convertirse en los líderes forestales del mañana.
Andrew Taber es jefe del equipo de Silvicultura Social y Maria De Cristofaro es oficial de comunicaciones y divulgación forestal de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
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