Ir al contenido

Hablar de política

Las lectoras y los lectores escriben sobre la polarización, el anuncio de un abono de transporte nacional, el desalojo en Badalona y el déficit de atención

Todos hemos escuchado que es mejor no hablar de política, sobre todo en reuniones de amigos y familiares, porque ello, al parecer, origina discusiones serias que acaban en romper relaciones. Yo aquí no puedo menos que acordarme de Antonio Machado: “Haced política, porque si no la hacéis, vendrán otros que la harán por vosotros y contra vosotros”. La política es esencial en un país libre y democrático, donde sus ciudadanos tienen libertad de expresión y de opinión. Que la ciudadanía olvide que debe hacer algo más que ir a votar, o peor aún, ni siquiera eso y abstenerse, es sencillamente carecer de algo tan importante como tener conciencia de ciudadano.

Ángel Villegas Bravo. Madrid

No solo es el coste

El anuncio del abono único de transporte a 60 euros suena a alivio para muchos bolsillos, pero me temo que el problema del transporte en España no es solo de precio, sino de fiabilidad. De nada sirve una tarifa plana si el servicio que compramos está roto. Como usuaria de Cercanías, sé que el verdadero coste del transporte no se mide solo en euros, sino en los minutos —u horas— de vida que perdemos en andenes por averías y retrasos sistémicos. Es positivo incentivar el uso del tren, pero resulta contradictorio invitar a más gente a subir al vagón cuando la infraestructura y el equipamiento actual apenas puede sostener a quienes ya lo usamos. Necesitamos una inversión real que asegure que el transporte público sea, además de asequible, digno y puntual.

Ariadna Losada Tomás. Terrassa (Barcelona)

“Sin complejos”

De todo de lo que últimamente los gobernantes de las derechas “sin complejos” se jactan —motosierras para recortar derechos sociales, políticas guiadas por el negacionismo climático o de la violencia machista, etcétera— lo que quizá muestre más arrojo torero (ruindad moral para los acomplejados) es el desalojo de personas vulnerables refugiadas en sitios insalubres alternativos a la calle, personas a las que el señor Albiol llama “okupas ilegales”. El alcalde de Badalona se siente orgulloso de esta proeza: echar a la calle a 400 personas que malvivían en un edificio abandonado, en un día invernal inundado de lluvia del día anterior. Bravo, señor Albiol: ha conseguido igualar la política antiinmigración de Trump.

Hortensia García García. Ávila

Enseñar la paciencia

Cuando yo era pequeña, ver la televisión implicaba adaptarse a lo que hubiera en pantalla o esperar con paciencia el día y la hora exactos para ver el nuevo episodio de una serie que me encantaba. Hoy, en cambio, muchos niños están creciendo con las plataformas digitales, donde pueden elegir qué ver y cuándo verlo sin horarios ni interrupciones. La televisión convencional ya apenas les interesa, y cuando la miran, suelen aburrirse rápido. Como mis primos pequeños, que se impacientan con los anuncios o se aburren y no dejan de cambiar de canal. No quiero idealizar el pasado ni demonizar el presente, pero el consumo de contenidos en los niños ha cambiado, y se debería regular esta dinámica.

Nerea Zapata. Sant Joan Despí (Barcelona)

Más información

Archivado En