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Las buenas cifras del empleo

Hay que celebrar los récords que registra la Encuesta de Población Activa sin olvidar las flaquezas del mercado laboral español

Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre son, sin duda, un hito histórico y una noticia muy positiva sobre la evolución de la economía española: crece el empleo, crece la tasa de actividad, se reduce el paro. Y todo ello en un contexto de fuerte aumento de la población activa gracias a la llegada de trabajadores inmigrantes. El mercado laboral sigue sorprendiendo positivamente y, por primera vez, España ha superado los 22 millones de trabajadores, mientras que la tasa de desempleo cae al 10,29%, la más baja desde 2008. Sin embargo, pese a los buenos números, España sigue a la cabeza del paro en Europa —donde ronda el 6%—, la temporalidad—especialmente en el sector público— sigue siendo muy elevada y el porcentaje de jóvenes sin trabajo es el más alto entre los Veintisiete (24,54% frente a una media del 14,8%). Son tres datos que exigen seguir adoptando medidas para reducir unos indicadores de los que no podemos estar orgullosos.

El segundo trimestre suele ser el mejor periodo del año por el inicio de la campaña turística antes de que otras actividades echen el freno por el verano. Entre abril y junio, la hostelería ha generado 180.500 empleos del medio millón creados en el trimestre, seguidos de la industria (90.000) y el comercio (64.200). Con todo, si los datos se analizan en términos anuales, los ligados al turismo reducen ligeramente su peso en el total y se afianza la creación de puestos de trabajo en sectores con mayor valor añadido y la mejora, tímida pero sostenida, del tejido productivo.

Aunque los hombres acaparan la mayor parte del nuevo empleo (53%), en la comparación con el mismo periodo de 2024 se imponen las mujeres (52%), que registran el mayor número de ocupadas desde que hay registros, con 10,39 millones de empleadas (algo que no puede ocultar su mayor precariedad, con más contratos a tiempo parcial y mayor temporalidad).

Las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz reconocían este jueves que, pese a la reforma laboral y a la apuesta por el empleo de calidad, el mercado laboral convive con asimetrías, o retos estructurales en palabras de los sindicatos, que hay que corregir. Entre ellos, los bajos salarios con respecto a Europa y la necesidad de acercar los sueldos a la media comunitaria. Además, la brecha norte-sur muestra una fragmentación profunda no solo por territorios, sino por sectores y niveles de formación. Comunidades como Madrid, Cataluña y el País Vasco lideran la creación de empleo cualificado, mientras otras, como Extremadura o Andalucía, siguen dependiendo de los vaivenes del turismo y la agricultura.

La tasa de temporalidad ha repuntado tres décimas en los últimos tres meses, aunque es la segunda más baja en un segundo trimestre desde 1987. Los datos serían mejores si se redujera la elevada interinidad en el sector público, que todavía se sitúa en el 27,8%, muy lejos del compromiso del Gobierno de rebajarlo al 8%. Ese ha sido, de hecho, uno de los motivos por los que Bruselas ha recortado a España 1.100 millones de euros de los fondos Next Generation.

La EPA deja, por encima de todo, una importante evidencia: la economía y el empleo mantienen su ritmo y buena salud pese a la polarización, los debates encarnizados entre los partidos y el asfixiante clima generado por la sucesión de casos de corrupción. Pero conviene no ser ilusos, el riesgo de que la política acabe contaminando a la economía es una realidad que no se puede ignorar.

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